La dignidad sanitaria de los damnificados
No hay duda que los efectos de las lluvias e inundaciones han sido devastadores para el bienestar de muchas poblaciones en el país, quienes si ya vivían en condiciones precarias antes de los desastres, ahora están peor.
En ese sentido, ha sido muy reconfortante ver como la sociedad peruana e internacional se movilizó para ayudar a los necesitados. Las donaciones de agua, alimentos, ropa y carpas no se hicieron esperar y miles de familias tuvieron agua y comida que llevarse a la boca y techos provisionales para defenderse de las inclemencias del tiempo.
Creemos sin embargo que un importante asunto ha sido soslayado: el de la adecuada disposición de las excretas de los damnificados, problema que ha afectado tanto a las familias que tenían baños antes del desastre, como a aquellas que carecían de ellos. Miles de casas tienen baños inutilizados por el atoro de los desagües, haciendo que aguas sucias rebalsen continuamente por la taza del baño. Ante la necesidad diaria -cuentan las desesperadas madres- la familia defeca en bolsas plásticas, que luego eliminan en los múltiples basurales acumulados alrededor del vecindario.
Y ni que decir de los miles de damnificados que viven en los múltiples campamentos habilitados para ellos, la eliminación de excretas en esos lugares es sin duda insalubre. Seis semanas después del inicio de la tragedia, dialogamos en nuestro programa radial con autoridades del Ministerio de Salud, quienes dijeron que ese es un asunto del Ministerio de Vivienda y que recién estaban empezando a ver ese problema. Sabiendo que un ser humano elimina orina 5 a 6 veces al día y defeca por lo menos una vez al día, la pregunta es, ¿adónde están eliminando sus excretas los miles de damnificados, y cual es el impacto de la deficiente eliminación de esas excretas en la salud pública?
Problema antiguo
Como lo habíamos notado ya en una nota el año 2014, la higiene de los baños es un problema crónico en el Perú. Por razones no claras, los baños públicos en el país son casi inexistentes y si existen, son sucios y están en pésimas condiciones de funcionamiento y mantenimiento. La limpieza de los baños de diversos tipos de establecimientos, incluyendo muchos restaurantes y centros populares es deficiente. Pero algo completamente inaceptable es que los baños de las dependencias del Ministerio de Salud y EsSalud sean sucios, sin agua, jabón ni papel. Si las instituciones encargadas de velar por la salud pública del país permiten esa situación en su propia casa, es fácil imaginar lo que se espera del resto.
Ventajas de tener servicios higiénicos limpios
Corriendo el riesgo de ofender su inteligencia y que en pleno año 2017 tengamos que recalcar los beneficios que tiene para la salud el tener un baño limpio, veamos cuales son para evaluar lo que su ausencia pueda estar causando en los precarios vecindarios de los damnificados.
En primer lugar, el baño permite que las excretas sean eliminadas de manera higiénica, evitando que las bacterias y virus causantes de enfermedad puedan ser transmitidas a otras personas. Tener un baño funcionante, permite cuidar la salud no solo de la persona, sino de la familia, el vecindario y la comunidad en general. Baños limpios reducen la trasmisión de enfermedades causadas por virus como el norovirus y la hepatitis A y bacterias como salmonella, shigella y E. Coli, causantes de severas diarreas en niños y adultos. Al respecto, el Dr. Jan Eliasson, sub secretario de las Naciones Unidas dice que un niño muere cada dos minutos y medio por alguna enfermedad relacionada a la defecación al aire libre. Agrega que esas son muertes silenciosas, no reportadas por los medios de comunicación y ausentes por tanto del debate público. Y cuanta razón tiene el Dr. Eliasson, sino dígame amable lector, ¿ha visto o escuchado algún reportaje sobre la disposición de las excretas de los damnificados? Pues no, de eso no se habla, eso no se reporta, es de mal gusto hacerlo.
En segundo lugar, el tener un lugar limpio y privado en donde eliminar sus excretas le brinda dignidad al individuo y su familia. ¿Se imagina que usted y su familia no tengan acceso al limpio baño que tienen en casa? ¿Se imagina la humillación de defecar al aire libre o acudir a letrinas o unidades portátiles inmundas e inservibles?
Pues esa es la situación actual de miles de personas damnificadas en la zona de desastre, situación que ha ocurrido porque no se pensó en la eliminación de excretas desde el primer día de la tragedia. Así como se pensó en agua, comida y abrigo, debió pensarse también -desde el primer día- en donde iban a eliminar los damnificados su diaria producción de excretas. Construir letrinas e instalar baños portátiles debió ser una prioridad inicial. Contratar miembros de la comunidad local para limpiar y mantener esas facilidades hubieran sido bienvenidas por los damnificados desempleados.
Corolario
Al tomar posesión de su cargo, el primer ministro Indio Narendra Modi prometió eliminar la defecación al aire libre en su país construyendo 5.2 millones de letrinas. Alguien tiene que iniciar un cambio similar en el Perú. No es posible que en pleno año 2017 los peruanos permanezcamos indiferentes a la adecuada eliminación de excretas, acumulación de basura en las calles y suciedad de baños públicos en el país.
¿Será posible que además de cumplir su promesa de dotar de agua potable, pueda el presidente Pedro Pablo Kuczynski ser el catalista de un plan nacional de higiene y educación sanitaria? Sin duda que Don Max, su adelantado padre salubrista hubiera