¿Qué hacer si no quiero juerga en Cusco?
Si estás en Cusco por la noche y estás con ganas de algo tranqui como un café y una banda local con música propia, o poesía, o algo para pensar e inspirarse, la verdad es que nos vas a encontrar mucho. No porque no hayan artistas buenos en Cusco o falten viajeros alucinandos con sus instrumentos musicales raros. Lo que falta son espacios. A mi parecer, la oferta de entretenimiento de Cusco es pobre: juerga, más juerga i know you want me, you know i want you y todo lo que viene con eso. Me mortifica ver tanto de lo mismo, la nula creatividad o facilismo de algunos empresarios. Sin embargo, hay algunos lugares en Cusco que me motivan y que son precisos para un lelo feeling romanticón con ganas de pensar en el curso de la existencia. Pasen ustedes.
La Esencia
Este es mi lugar favorito en Cusco. Para empezar es el más raro del mundo. Si quieres un Chilcano, no hay, un café, tampoco. ¿Agua? No. Lo único que hay son mates de esencias naturales como Hierba Luisa, Cedroncillo, Manzanilla, etc. Pero eso no lo hace aburrido o mucho menos. Todos los días en La Esencia hay espectáculos con artistas locales o extranjeros. Así que el tecito entra en maridaje perfecto con un cuentacuentos o un show de mimos. Es el lugar ideal para ver nuevas propuestas musicales, teatro, improvisación y cualquier cosa que el dueño, Panchito, en su enorme ecuanimidad, programe para la semana. La renta de La Esencia se paga a las justas pero increíblemente, Panchito está feliz y sonríe, como para que creas que la bondad existe. Yo creo que él está cambiando el mundo ahora mismo. Lo puedes buscar en Facebook como La Esencia Cusco. Está en Calle Arequipa 266, a la vuelta de la Plaza de Armas. Ingreso Libre, salida con sombrero.
Laggart Club
Dos personajes rarísimos llamados Kendricks y Cosette, y su hijo Allum, dan vida y amor a este lugar que lleva el nombre de un animal de la selva. Este espacio que funciona como galería de arte, donde se toma buen café, rico trago y se come rarezas alucinantes, es el último clavo del que cuelga el letrerito de “barrio de los artistas” de San Blás. Casi todas las noches hay algo en vivo, poesía, música, películas o cualquier cosa que salve de la repetición de la noche cusqueña. Un amigo me dijo que el Laggart es “recontra hipster”, y puede ser. Si ser hipster se trata de buscar un lugar diferente para tener experiencias diferentes, quiero ser hipster. Kendricks es pintor y en su calidad de selvático, ha decorado las paredes con anacondas, ríos, animales raros, símbolos shipibos y formas de ayahuasca. No sé qué hace la selva acá, debe ser otra señal de ecuanimidad, donde todo vale, donde somos uno y nadie es de ninguna parte y todos somos de todas partes. Queda en Tandapata 101, San Blás. Tienen Facebook pero no publicitan nada de lo que hacen. Lo mejor será ir y ver qué pasa.
Ukukus Bar
El Ukukus tiene más de 20 años en Plateros poniendo en escena, todos los días, sin parar, música en vivo, lo que para mí los hace dignos de homenaje. Sobre este escenario han pasado bravos de nuestra música como El Polen, Uchpa, Del Pueblo del Barrio, La Sarita, Jean Pierre Magnet y grandes músicos cusqueños y del mundo en general. Tito, el dueño, es un hombre tranquilo que también hace música y sabe que ha hecho algo por la cultura de esta ciudad, sin decirlo. La carta musical del Ukukus consiste básicamente en música fusión (y toda la confusión que eso genera), rock, tradicional y por ahí algunos grupos de covers. Sin embargo la línea general sigue siendo bandas consolidadas con propuesta propia. Para aquellos que no se sienten tan Esencia o Laggart y sí un poquito i know you want me… el Ukukus es un buen point porque después de los conciertos al DJ le sale todo el Mama África y se arma un tonazo. Así que es un buen punto medio para los que le gusta pensar en la vida y después no pensar en nada, lo cual también es muy válido. Algo interesante del Ukukus, que se lo tienen guardadito, es que parte de las ganancias va a un proyecto de reforestación en comunidades alto andinas. Así que lo que bebiste se convertirá en árbol y eso es bueno. Ukukus también tiene Facebook pero como el caso anterior, nunca publicitan nada, salvo la programación mensual y eso es todo. Saben que la gente va a llegar porque el nombre está hecho y en lugar estelar en Cusco. Algunos días cobran entrada, otros no, de acuerdo al que se presenta. Plateros 316.
La Oveja Negra
Un lugar muy interesante y más para un estudio antropológico. La Oveja Negra es el reducto de los cusqueños que hacen vivas por la revolución de Fidel, escuchan Silvio Rodríguez y hacen salud por el “Che” con Cuba Libre. También caen por acá hartos poseros, fundamentalistas del Cusco o la lucha popular que cuando salen a la calle mean el primer poste. Hay de todo y por eso es un lugar sumamente interesante. Queda en el empinado distrito de San Cristóbal y nunca anuncian nada, solo se sabe que está ahí y que para entrar hay que tocar el timbre de una casa con un cartel de una oveja negra tachada. Así que entrar ahí es como entrar a un clubcito. Cuando ingresas vas a ver posters del Che obvio, Silvio, más obvio, Sabina, Milanés y toda la escuela de trova. Los fines de semana hay concierto de alguien tocando la escuela de trova y por ahí, algún mandado cantando las propias, pero es probable que le pidan lanzándole una rodaja de limón que cante “Ojalá” o “19 días y 500 noches”. He ido algunas veces y siempre me fascinan estas ovejas negras que quieren mantenerse en secreto y jugar juego de tronos a la cubana. Altamente recomendable, como para conocer un matiz más y fascinante de Cusquito. Sugerencia: pedir a la señora de la casa que le muestre, por favor, el mirador, el cual es un altillo que da la mejor vista de Cusco en 360 grados. Lo mejor de la Oveja. Prometo ir pronto. Queda en Calle Arcoiris 511.
El Teatro Municipal, el ICPNAC, la Casa Garcilaso y el Ministerio de Cultura, programan con frecuencia eventos interesantes que a lo mejor coinciden con tu próxima visita. También escuché de otro point llamado Basemen, música de autor en vivo, ¡habrá que ir! Después hasta acá, donde yo sé. Creo sinceramente que Cusco necesita creatividad, nuevos espacios para sus voces, empresarios con arrojo, románticos administradores de empresa, más de este ánimo rebelde y espíritu ecuánime. Que Cusco no se pierda entre Nene Malo, posters de Tilsa Lozano y mojitos mal preparados, por favor.