¿Selva en Cusco?
Es natural relacionar al Cusco con la sierra y el frío, sin embargo pocos saben que el territorio de esta región está conformado mayoritariamente por selva. La pequeña parte que he conocido es Quillabamba, en la provincia de La Convención, un lugar caluroso -sin sancochar- que me encanta, me hace sentir bien, me cambia el ánimo en sandalias y polo de manga corta.
(Fotos: Boris Mercado)
Quillabamba está a 1,050 msnm, a seis horas aproximadamente al norte de la ciudad de Cusco, cerca de Camisea. Llegar hasta allá es una aventura alucinante porque hay que cruzar los andes por el Abra Málaga (a casi cinco mil metros de altura) donde todo se pone hielo. Luego viene un bajadón de 180 kilómetros hasta Quillabamba en que el paisaje cambia progresivamente de blanco nieve a verde plátano. Es de verdad una experiencia única ver cómo cambia el paisaje en cuestión de minutos. De verdad vivimos en una tierra única y espectacular.
Cuando llegas a Quillabamba todo es diferente. Los pobladores están en ropa diminuta, maridando el calor con un helado en la plaza. Me atrevo a decir –con riesgo a buylling- que el humor de los quillabambinos es diferente a los de Cusco sierra. Estos son relajados, jocosos, extrovertidos y calenturientos, mientras que en la sierra son más ariscos, fríos e introvertidos.
El distrito es reconocido por su cacao y el café, así como por las frutas. Allí se asentó la fábrica Winters de cocoa, la empresa Huyro de Té y trabajan cientos de pobladores para producir riquísimo café artesanal. Para mí, un café Quillabambino o de Maranura no tienen nada que envidiar a un Juan Valdez colombiano o a cualquiera.
Por su parte, el cacao es una joya que recién estamos valorando (en Europa lo hacen hace rato) y ya genera trabajo, movimiento y mega planes. La semilla de cacao se puede consumir directamente o procesada en chocolate. Tiene la propiedad de abrir las vías sanguíneas del corazón, oxigenarlo, darle vida y reanimarlo, además de ser estimulante sexual. En otras palabras, si todos consumiéramos cacao seríamos más felices.
Acá en Urubamba o en la ciudad de Cusco la fruta de Quillabamba se vende bien, simplemente porque es riquísima. Recuerdo estar en la casa/terreno/edén de una señora en Quillabamba que tenía árboles de naranjas por todos lados. Entonces salía de excursión y levantaba cuantas podía para comerlas mientras me bañaba en el río. En ese momento, cuando estás pegajoso de naranja y tú mismo hueles a naranja, te das cuenta de que podríamos vivir solo de fruta y río.
En Quillabamba, las dos veces que he ido, la he pasado recontra bien. En especial porque tiene un club público con piscina que se llama “El Sambaray”. Allá puedes tener toda el agua, todo el sol y todo el calateo que extrañas en Cusco. La entrada al Sambaray cuesta dos soles y adentro hay servicios para almuerzo, canchas deportivas y áreas verdes para caminar cerca del río.
Es popular y bien rankeado el Pollo a la Brasa Quillabambino. La vez que lo probé me pareció el mejor pollo a la brasa de la vida, bien servido. Un pollón 100% recomendable. También se puede comer trucha y lo de siempre en toda parte del Perú: chifas, más pollo a la brasa y menú. El mercado de Quillabamba es interesante y sirven buenos desayunos y almuerzos.
Asimismo, en esta zona se practican deportes de aventura que no he tenido la oportunidad ni de ensayar aún. Montañismo, bicicleta, canotaje y más cosas arriesgadas. Tampoco pude conocer los Bosques de Mandor o las cascadas, pero ahí están para que un lelo intrépido se aventure. A una hora (volviendo a Cusco) está el distrito de Santa Teresa, donde se parte en caminata de tres horas a Macchupicchu, una ruta muy usada en particular por viajeros que 1) quieren algo nuevo en su vida y 2) creen que la tarifa de Perú Rail es abusiva, lo cual, es verdad.
Quillabamba ofrece una experiencia totalmente diferente a la esperada en Cusco. Si estás con ganas de conocer algo nuevo te recomiendo calurosamente esta zona. Parte de la selva cusqueña es también el Parque Nacional del Manu y encontrarás en Cusco muchas agencias que ofrecen tours, o si eres más guerrero, puedes crear el tuyo. Para mí, después de estar un buen tiempo por acá, es importante y hasta necesario dejar la sierra un rato por la selva. La sierra es hermosa pero tiene su carga, sus cosas. La selva me hace bien, me sacude. Me hace lo que el cacao al corazón.
La ruta del cacao: el paradero hacia Quillabamba está en la calle del Cementerio de Almudena en Cusco. Salen a toda hora y todos los días. El pasaje cuesta entre 20 y 50 soles, de acuerdo al servicio, que puede ser un bus, una van o un auto. Llevar repelente.