Misas paralelas
Todo el Perú acaba de celebrar Semana Santa. Como es costumbre, Cusco tuvo al Señor de los Temblores y procesiones multitudinarias de fieles que quemaban inciensos entre chelas y sentidas oraciones. También Cusco celebró comiendo el buffet de los doce platos, algo que recién conocí, uno por cada apóstol, ninguno con carne, solo pescado, para no ofender al Señor. Por estos días, esta hermosa ciudad se ha visto más linda, coloreada de gente de todo el mundo y con la energía elevada, como solo la fe y el amor pueden hacerlo.
En mi caso, tuve la suerte de asistir algo que rompió el protocolo de la Semana Santa. Por primera vez en la historia, la Orquesta Sinfónica del Cusco y el Coro Nacional se juntaron para actuar. Este hecho histórico se realizó nada menos que en la Catedral y tuve la suerte de ir. En esta única oportunidad, ambos elencos interpretaron “Missa Andina”, una astronómica pieza de 24 partes compuesta por el moqueguano Alejandro Nuñez Allauca, para solistas, coro, órgano y orquesta. Una espectacular obra que, resonando en los muros de la Catedral, se hizo más grande y emotiva.
Ya no soy católico como cuando era chico, pero reconozco que las iglesias tienen algo especial y por alguna razón, siempre me jalan hacia adentro. Con el paso de los años fui reformulando mi experiencia de DIOS, y lo que tengo en la actualidad es algo bastante distendido que me llena el corazón. Ya no me preocupo por arrodillarme al entrar o persignarme, solo con conversar y ser sincero con aquella fuerza gigante que para mí sí existe.
Ahora la Catedral estaba llena de gente. De hecho, la cola para entrar daba la vuelta a la misma y los que no tenían pase no pudieron entrar. Me dio pena aquello porque creo que todos debieron participar y no me gusta cuando las iglesias se cierran a la gente, pero supongo que es una cuestión de espacio, de orden y tal vez de energía. No lo sé. Pero adentro estábamos los que estábamos, todas las bancas llenas y los costados con gente de pie. La cita era el martes 31 de marzo, a las 7.30 de la noche y como en Inglaterra, a esa hora empezó. Primero con los discursos protocolares del director de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, Ricardo Ruíz Caro, que premió al director del coro, Javier Súnico, y luego al director panameño Matteo Pagliari, quien tomó la batuta de la Sinfónica de Cusco como invitado.
Lo que vino fue una hora de viaje entre música sacra, reminiscencias andinas y según yo, algo de rock psicodélico. A veces me parecía que el sonido no venía de los intérpretes, sino de algún otro lugar inubicable. A la mitad de la obra cerré los ojos para no distraerme y escuchar a profundidad. No sé si me quedé dormido, pero me fui a aquel lugar inubicable. La obra del maestro Nuñez Allauca (cuya hermana estuvo presente en la audiencia) me pareció sumamente emotiva por pasajes, y en algunos parecía explosiones que retumbaban el viejo piso de la iglesia, y tenía tanta fuerza que parecía ser capaz de retumbar incluso los cimientos del pasado, de lo que fuera el Templo de Wiracocha, ante de ser Catedral española.
“Missa Andina” fue compuesta entre 1997 y 1998, y dedicada al Papa Juan Pablo II. Fue estrenada en la Catedral de Lima y después se presentó en La Basílica de San Marcos de Milán, la Iglesia San Ignazio en Roma y la Mezquita Catedral de Córdoba, en España. Esta fue la primera vez que se presentó en Cusco. El director de la Sinfónica de Cusco, Theo Tupayachi, menciona: “La Missa Andina es una obra monumental y magnífica, donde se logra sintetizar los componentes más significativos de la música religiosa andina y las formas musicales occidentales”. Alejandro Núñez Allauca, que vivió un breve periodo en Cusco en su niñez, reside actualmente en Suiza. Entre sus principales obras destaca “Koribeni”, “Huatyucari”, “Wiesbaden Konzert”, “A Moquegua”, “Aleluya del Alba”, “El Hijo del Sol” y su “Missa Andina”.
El Ministerio de Cultura de Cusco grabó en vivo la presentación con el plan de sacar un disco. Desde este noble blog, agradezco profundamente esta iniciativa. Creo sinceramente que el Cusco está en camino hacia su gran realización y que solo el arte nos salvará del gran diluvio. El Ministerio la ha visto y la está rompiendo al respecto. Con todo este lelo corazón, gracias.