Mitos y leyendas
Desde que el ser humano comenzó a relacionarse con otros individuos, empezó a contar fábulas e historias; y, al domesticar la flora y la fauna observó los cambios de la naturaleza. En ese momento echó a volar su imaginación, lo cual dio origen a una serie de leyendas que nos acompañan hasta hoy.
Foto: helorits Miller
Vamos a contarles por qué a pesar de los avances de la humanidad seguimos creyendo algunos mitos y supersticiones.
El más común relacionado con nuestra mascota tiene que ver con la idea de que si al perro le damos azúcar o pan van a aparecerle lombrices. Esto no tiene ninguna base científica pero aún así es tomado como cierto por muchas personas.
Otro mito es creer que el gato de color negro traerá mala suerte. Sucede que hace cientos de años se adoraba a una diosa egipcia llamada “Bast”, a la cual se le atribuía el poder mágico de la prosperidad y la abundancia. Esta diosa tenía cuerpo de mujer y cabeza de gato, y fue adorada hace muchísimos años y se cree que con la finalidad de desterrar esta adoración se inició una persecución a los gatos señalando que eran las mascotas del demonio, sobre todo los de color negro. Esta situación produjo un aumento de sus enemigos naturales: las ratas.
Es importante indicar que el gato negro que tenía una mancha de color blanco en el pecho era intocable, pues a esa mancha se le llamaba “lágrima de Dios”.
Otro ejemplo es creer que la crianza de peces ornamentales en las casas trae mala suerte, cuando lo cierto es que estos animalitos traen paz y tranquilidad al espíritu. Tanto así que los primeros psiquiatras sentaban a sus pacientes frente a peceras y a éstas las denominaban “curalocos”.
Hay otro mito, creado por lo agricultores, relacionado a las palomas. Como estas aves se comían sus granos de cultivo, afectando la producción, entonces se dijo que las palomas traían mala suerte porque su pisada tenía forma de cruz. Pero, si nos fijamos bien la huella de una paloma no es una cruz sino una “y”.