El lado humano de la jubilación
Los años finales en el empleo pueden y suelen ser excepcionales, ya que permiten disfrutar de la reputación ganada y la experiencia acumulada. Sin embargo, al acercarse la edad de jubilación, muchos empiezan a sentir una angustia derivada de la inminencia del fin de la actividad laboralTodos dicen desear el retiro, pero la verdad es que se trata de una relación de amor y odio. Para algunos puede ser una etapa placentera, productiva y satisfactoria porque empezarán a ejecutar un plan de vida hecho con la suficiente antelación; para otros puede convertirse en un período de desilusión, apatía y abandono. Algunos bromean diciendo que la jubilación le quita la diversión a los sábados, ya que los días trascurren sin adrenalina, sin desafío, sin retos ni objetivos.
Ante este panorama, ¿es posible apoyar a los que están por jubilarse a tener mejores opciones para un exitoso retiro, más aún ahora que los jubilados se retiran más saludables, viven más tiempo y estarán retirados por casi tantos años como los que trabajaron? La respuesta es sí.
“Hay una enorme diferencia entre si se prepara la jubilación o no. La calidad de vida que puede obtenerse con una jubilación bien preparada aumenta, como mínimo, un 50% y, en muchos casos, un 100%”, nos dice José María Carrascal, filósofo, periodista y autor de “Jubilación. La edad dorada”.
En países más avanzados, la jubilación se empieza a preparar activamente hasta con cinco años de anticipación. En el nuestro la mayor parte se encuentra de golpe frente a un cambio de vida radical sin ninguna información, preparación o apoyo por parte de la organización donde trabajó o del sistema previsional. Luego de la euforia inicial por la nueva libertad, el jubilado puede sentirse al pie de un precipicio que no sabe cómo cruzar.
El dinero es, por supuesto, fundamental para enfrentar la jubilación con dignidad, pero no es lo único por considerar. La jubilación tiene un lado humano que no se puede dejar de lado, aunque frecuentemente la discusión sobre el tema se centra casi exclusivamente en la pensión. ¡Y los que se jubilan necesitan más que dinero: son muchas y muy importantes las decisiones por tomar sobre ese tiempo que con tanto esfuerzo se ha ganado! Y deben ser tomadas con suficiente antelación, mientras se está aún trabajando.
Los trabajadores y ejecutivos de todo nivel deben ser ayudados a planificar una nueva forma de vivir, tomando en cuenta el estrés causado por la pérdida de identidad, el cambio de rutina y la falta de reconocimiento externo, que impactan la moral y la autoestima del jubilado. El plan de acción debe tomar en cuenta temas centrales como: la planificación patrimonial completa, salud y prevención, uso del tiempo, trabajo en sus distintas variedades -incluyendo el voluntario, negocios y consultoría-, recreación y deporte, nuevos roles con la comunidad y familia, identidad y autoestima, alternativas de vivienda futura, etc.
La familia es clave tanto en la evaluación de opciones y alternativas como en la toma de decisiones ya que cónyuges e hijos sentirán también el impacto del cambio de vida y roles del jubilado.
La jubilación es un proceso de cambio que llega inexorablemente. Por ello la importancia de tomar conciencia de que bien preparado puede brindar la extraordinaria posibilidad de continuar una vida productiva y satisfactoria, con nueva energía y confianza en el futuro, por muchos años más.