¿Conoces tu punto ciego?
¿Sabes cuál es tu punto ciego? ¿ ¿Te han comentado alguna vez de algo que de verdad no imaginabas para nada que era una debilidad o área de oportunidad tuya?
Punto ciego en fisiología se refiere a la parte posterior del ojo que carece de las terminaciones nerviosas que tapizan el resto de la retina. Esta zona no registra las variaciones luminosas del cristalino, y crea en consecuencia un vacío en la información que se transmite al cerebro. Es una buena metáfora que describe nuestras dificultades para ver cosas sobre nosotros mismos tal y como son.
Cuando hablamos de punto ciego en nuestro perfil, hablamos de aquellos defectos, carencias, fallas, debilidades o, como mencioné, áreas de oportunidad que podrían estar afectando nuestra performance, comportamiento, desempeño, el cómo nos relacionamos con los demás y, también, cómo ellos nos perciben a nosotros. Y, por supuesto, sin que tengamos la más mínima idea de lo que está sucediendo, de lo que estamos haciendo mal o está dañando nuestra imagen o reputación. Me pasó hace poco. Un grupo de amigos muy queridos, profesionales, todos ellos de muy alto nivel, decidimos darnos retroalimentación entre todos. Y vaya que me llevé una buena sorpresa con lo que escuché. Realmente era un punto ciego importante. Actitudes y comportamientos míos estaban dando mensajes completamente equivocados. No malos, solo que diametralmente opuestos a lo que yo sentía y quería lograr. Me quedé helada: ¿de verdad? Me costó digerirlo, pero fue muy importante escucharlo porque me hizo ver algo ante lo cual estaba completamente ciega y estaba impactando negativamente en mí, mi imagen y potencialmente mí reputación. Y definitivamente, alejándome de mis metas y objetivos, sin que yo ni por asomo lo sospechara.
Qué bueno fue que tuviera esa sesión y conocer esa información. De haber seguido sin conocer ese punto ciego, este seguro habría seguido causándome daño. ¿Cómo hacemos para conocer puntos ciegos? Nada mejor que preguntando a gente que nos conoce y estima en los distintos ámbitos de nuestras vida personal y profesional. O algún coach serio, un mentor, incluso un jefe o pares.
También es muy bueno preguntarlo a subordinados de confianza. Y también a los hijos, que nos conocen mejor que nadie. Ahora, para que la retroalimentación que recibamos valga la pena, es necesario que realmente la queramos escuchar con todos nuestros sentidos abiertos y atentos. Sin defendernos, sin explicarnos, sin excusarnos.
Escuchar, internalizar, madurar y ojalá decidir hacer un plan serio de cambio o mejora. Y luego, monitorear los avances de tiempo en tiempo. Trabajar sobre nuestros puntos ciegos puede hacer que incluso se conviertan en una fortaleza a nuestro favor, por increíble que suene. Mientras que la mayoría de las personas busca respuestas, los verdaderos líderes buscan hacer preguntas. Preguntar sobre nuestros puntos ciegos es muy poderoso. No es fácil siempre internalizar aquello que escuchemos, pero es vital saber cuáles son aquellas limitaciones que estarían causando retrasos o daños en nuestro perfil, nuestras metas, planes y objetivos. O en nuestra marca personal, imagen y reputación. Identifiquemos nuestros puntos ciegos y trabajemos para potenciar positivamente nuestro perfil laboral y elevar nuestro nivel de empleabilidad. Nuestra carrera es nuestro principal negocio propio. ¡Tomemos el control y desarrollo de nuestra vida personal y laboral ya!
Publicado el 17/03/2017 en América Economía
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