Andrés Roca Rey conquistó Pamplona (con videos de sus faenas)
AYER CORTÓ TRES OREJAS, A PESAR DE RESULTAR CORNEADO
Llegó, vio y venció ● Asustó con su valor a las peñas pamplonicas ● Dejaron a la juerga para no perder detalle de sus faenas.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Andrés Roca Rey conquistó otro coso importante en España. Una a una, van cayendo las plazas de toros españolas más famosas. Arrolla y se impone allá donde va. Se rinde el público ante su increíble valor, perspicacia taurina y decisión indesmayable. Ayer, día de San Fermín, fue la de Pamplona. A pesar de resultar herido, corneado en el escroto por su primer toro y violentamente volteado, se mantuvo en el ruedo sin hacer ni una mueca de dolor y cortó una primera oreja. Entró a la enfermería; ocho puntos de sutura y de nuevo al ruedo. Como si estuviera ileso, cortó dos orejas más a su segundo, con fuerte petición del rabo y salió en hombros, aguantando con los dientes apretados, pero sonriente, el lacerante dolor.
Andrés congeló los corazones del público. Los juerguistas pamplonicas dejaron de comer y beber. Atentos, observaban lo que el peruano, de solo 19 años, era capaz de hacer con los voluminosos, cornalones y muy astifinos toros de Fuente Ymbro lidiados ayer. Además, varios fueron complicados, peligrosos e inciertos.
LA PRIMERA OREJA
El tercero de la tarde fue el peor. El más incierto y peligroso. Los dos primeros tuvieron clase, pero poca movilidad. Miguel Abellán –bien con el primero, pero lo pinchó− y Paco Ureña no entusiasmaron al público.
De capote se vio que el toro tenía peligro. A Andrés pareció no importarle. Lo lanceó, impávido, inmóvil, como si fuera bueno. No parecía de brindis, pero él lo brindó al público. Se puso de rodillas y allí, a merced de las inciertas embestidas, lo muleteó por alto. El toro se colaba por el pitón derecho y al seguir él de rodillas, lo cogió por la ingle y lo volteó violentamente, como un aspa de molino. Cayó, estrellándose fuertemente sobre la arena, con el escroto partido y conmocionado. Iba, cargado, rumbo a la enfermería pero se incorporó; tomó la muleta y como si nada hubiera pasado, le hizo una faena por el lado izquierdo. Nadie osaba dejar de mirarlo, esperando otra cornada. Mató de buena estocada y obtuvo una merecida oreja. Dio la vuelta cojeando y tapándose la taleguilla rota con una toalla. ¡Qué valor! Luego, por su pie ingresó a la enfermería.
SECUENCIA DE LA CORNADA (FOTOS: EFE, REUTERS Y CULTORO)
El toro se vencía por el pitón derecho, pero Andrés ni se movió. Lo empitonó por la ingle, lo volteó y le partió el escroto. Quedó conmocionado. Se repuso y herido cortó una oreja.
DOS OREJAS MÁS
Abellán y Ureña lidiaron los poco lucidos cuarto y quinto; expusieron lo justo y lógico.
Salió Andrés de la enfermería y recibió al sexto, el único bueno de la corrida, por delantales y verónicas. Muy cornalón y tremendamente astifino el castaño. Cojeaba el toro. Quizá, golpeado en la mañana, durante el encierro. Con el rocío matutino, los toros a veces caen en el pavimento al correr por las calles.
Con el capote a la espalda, lo llevó por rogerinas al caballo. Casi no lo picó en la primera vara y ordenó solo un picotazo en la segunda, para facilitarle mayor
Andrés no lo hubiese llevado muy templado con la muleta, con suavidad y tirando de él. No solo hubo valor. Mostró inteligencia, capacidad lidiadora y el asombroso sexto sentido que posee, para entender qué hacer con cada toro en el momento preciso. Los naturales y derechazos fueron magníficos. Luego, un arrimón y derechazos de rodillas que entusiasmaron al público. Estocadón en la yema. El toro salió rodado de los vuelos de la muleta y él, aclamado rotunda y estruendosamente.
Dos orejas y petición de rabo. Salida en hombros. Otra plaza conquistada por el peruano.
Vea debajo de estas líneas los videos de las faenas de Roca Rey
LA CIUDAD DE HEMINGWAY
Festiva y juerguista Pamplona
La mítica ciudad de los encierros. Cada mañana, los mozos locales y arriesgados visitantes corren desde los corrales hasta la plaza delante de los aparatosos y cornalones astados que se lidiarán esa misma tarde. Pamplona se caracteriza por el imponente trapío de los toros que allí se lidian. Feria y fiesta del toro, popularizada por Ernest Hemingway en su novela Fiesta (The Sun Also Rises), en la que la juerga, el vino, la música y el baile inundan las calles y la plaza de toros.
Para captar la atención del público de Sol, que agrupado en peñas canta, baila, bebe y riega vino entre ellos durante toda la corrida, hay que impactarlos y asustarlos. El de Sombra, por el contrario, está más atento a las faenas.
VIDEOS DE LAS DOS FAENAS DE ANDRÉS ROCA REY EN PAMPLONA EL 7 DE JULIO DE 2016 A LOS TOROS DE FUENTE YMBRO
FAENA AL TERCER TORO – UNA OREJA
https://youtu.be/IZ_soXbsK8o
FAENA AL SEXTO TORO – DOS OREJAS
https://youtu.be/dOdJxv1P7Ug