Preocupante gestión municipal en el Rímac
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
La Ley de Municipalidades dispone que la Municipalidad del Rímac está obligada a gestionar los intereses de sus vecinos y a promover el desarrollo local a través de actos administrativos y de gobierno. Debe promover la prestación de servicios públicos y estimular el desarrollo integral, sostenible y armónico del distrito. El Rímac, gracias a los monumentos históricos de los siglos XVII y XVIII que posee, forma parte del selecto grupo de ciudades que la Unesco considera Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El beneficio que el turismo le brindaría y los puestos de trabajo, directos e indirectos, que podría obtener su población gracias a la nominación de la Unesco, no requiere mayor explicación. Pero eso no cae del cielo; se necesita la activa participación de su alcalde y regidores, lo que no parece suceder actualmente.
Hasta antes de la pandemia, mientras el centro de Lima rebosaba de turistas, el Rímac era un páramo. Ni un solo turista se animaba a cruzar el río, ante la falta de seguridad en el Rímac; sus monumentos ni siquiera estaban abiertos para poder visitarse. ¿Y la gestión municipal?
–Acuerdo del Concejo de Lima–
La plaza de toros de Acho, monumento vivo con 254 años de existencia – consuetudinariamente descuidada por su propietaria, la Sociedad de Beneficencia de Lima (SBL)–, se mantiene a duras penas gracias a la feria taurina del Señor de los Milagros que ayuda a su mantenimiento y aporta más de dos millones de soles anuales a la SBL, aparte de setecientos mil soles al año a la Municipalidad del Rímac. Su estado no es óptimo, pero sin corridas de toros caería en el abandono total, pues a lo largo del 2019 solo pudo alquilarse cinco días para eventos no taurinos.
En agosto, el Concejo de Lima Metropolitana aprobó el acuerdo 288, ilegal e impracticable, pretendiendo impedir las corridas en Acho. La Municipalidad del Rímac ha guardado injustificable silencio al respecto. El alcalde, Pedro Rosario, manifiesta que no han dicho nada porque el acuerdo no tendrá efecto real, al vulnerar la legalidad. No explicó por qué no protestó ante la intención perversa de dicho acuerdo, que va en contra de los pobladores del Rímac y de su propia municipalidad.
–Construcciones ilegales–
Como hongos nocivos, han surgido dos edificaciones de tres pisos a la espalda de Acho, hacia jirón Cajamarca, afectando gravemente su entorno monumental. No tenían licencia. El alcalde Rosario dice que han impuesto multas y harán denuncias penales. Lo que no aclara es cuándo serán demolidas ni por qué ninguna inspección municipal las detectó a tiempo, a pesar de estar a solo cinco cuadras de la municipalidad.
También tiene responsabilidad la SBL, que desde hace nueve meses opera en Acho un albergue para poco más de 40 personas. Las construcciones ilegales se ven claramente desde el interior de la plaza. ¿Nadie de la SBL se percató de ello?
Pero no todo son malas noticias. La cuarta fase de la reactivación ha aprobado espectáculos al aire libre con 60% de aforo. Retorna la tauromaquia a los ruedos del Perú.