Blood Rage
Esta semana jugué Blood Rage, considerado como uno de los mejores juegos de mesa de 2015 y que fue financiado vía Kickstarter. A continuación mis impresiones.
La industria de juegos de mesa está a la alza. No solo por el reciente interés por los juegos de mesa europeos en todo el mundo (incluyendo en Perú), sino por las nuevas formas de publicación y distribución de los juegos. Kickstarter, que ha comenzado a tener una mala reputación para proyectos de videojuegos, sí representa una opción válida para proyectos de publicación de juegos de mesa.
Un ejemplo es Blood Rage, un juego de mesa de estrategia de 2 a 4 jugadores (si no se cuenta con la expansión que permite jugar con un amigo más) que pidió cincuenta mil dólares y que al final de la campaña recolectó casi un millón. Respaldado por la experiencia de la empresa editora (Guillotine Games) y su creador (Eric Lang), no tuvieron problemas en superar su meta y hoy el juego ya se encuentra disponible para todos.
Blood Rage está inspirado en la mitología nórdica, y nos pone a cargo de un clan de guerreros vikingos que deben expandirse mientras llega el fin de los tiempos (Ragnarök). A través de tres rondas de juego, cada jugador debe utilizar su fuerza militar y héroes para posicionarse estratégicamente, obtener mejoras para sus habilidades e impedir que sus rivales logren sus objetivos.
El tablero está dividido en regiones y provincias, sobre las cuales cada jugador podrá posicionarse y tratar de obtener el tesoro de cada una, para lo cual podrá ser necesario combatir al resto de clanes, utilizando su fuerza militar y cartas de aumento de poder.
Una partida de Blood Rage dura alrededor de dos horas. El juego destaca por ser rápido y fácil de entender luego de algunos minutos en la partida. Además, cuenta con miniaturas muy bien realizadas que aumentan la experiencia de juego. Es un juego de mesa ideal para aquellos que amen la mitología nórdica pero también para aquellos que buscan un juego fácil de entender y que esté basado en el posicionamiento de unidades y la estrategia.