Discoteca alterna del metal: no solo de clásicos vive el headbanger
Creo que todos los headbangers, además de adorar a Iron Maiden, Judas Pirest, Black Sabbath y al llamado Big Four, tenemos una especial lista de bandas y discos que muchos parecen pasar por alto, no se conocen y los que están fuera del metal no han oído ni oirán. Estos grupos y discos en realidad, al lado de los más conocidos y consagrados han sido parte activa en nuestra formación metálica. Por eso es bueno hacer un ejercicio de la memoria para traer a estos a la actualidad y volver a darles una escuchada. Expongo algunos discos que me parecen geniales, que he oído muchas veces y que la gente no parece reparar en ellos. No están en ningún orden específico sino conforme me acordé de ellos.
Se trata de discos que me encantan y que no tuvieron el reconocimiento debido o que este fue muy fugaz por el éxito de otra cosa o porque el estilo como tal ya no estaba de moda.
El primero en el que pienso es en el Timebomb de U.D.O. Editado en 1991, es para mí un disco que está a la altura del Painkiller de Judas Priest. La velocidad y agresividad de este álbum es apabullante. Interpretado por una alineación hoy desaparecida, U.D.O. nos entregó un trabajo en el que destacaron Metal Eater, Thunderforce, Soldiers of Darkness y Metal Maniac Master Mind. La guitarra está a cargo de Mathias Dieth, conocido miembro de Sinner, y Thomas Smuzsinsky, bajista de Running Wild. Es uno de mis discos favoritos de los 90 y creo que muestra al heavy metal en toda su madurez estilística. El problema de su insularidad mediática radica quizás en el año de publicación, 1991, ad portas de la avalancha grunge y cuando el metal estaba en pleno giro hacia sí mismo en sus versiones más extremas durante casi toda la década
Recuerdo también el Freaks de Rigor Mortis. La mayoría recuerda el álbum homónimo con el escudo del cráneo en la portada roja, pero para mí lo mejor de ellos fue este EP. Cuando lo oí en 1990, me pareció violento y atronador, me lo grabé en Colmena y anduve con esa copia por años, dándole y dándole, imaginaba cómo sería poguear con una canción como Cattle Mutilation. En este disco el vocalista no es el mismo que en el debut, se trata de Doyle Bright. Su voz me gusta más. La portada era otro éxito de ese disco, los deformes luciendo como un verdadero circo del horrror en clara alusión a la película homónima de Tod Browning de comienzos de la década del 30. Si deseas escuchar thrash verdadero y sin concesiones, esta es una alternativa segura.
Otro álbum que marcó mi época final escolar y mi adolescencia fue el Stop Violence and Madness de Rumble Militia. Una agrupación alemana que practica un estilo a caballo entre el thrash metal y el hardcore, escasamente conocidos por acá, me enteré de ellos a raíz de una crítica en la Metal Hammer de 1989. El Cd lo tenían en Underground Records en Galerías Brasil, cuando atendían Necro y Hugo Satán, me lo grabé y me volví adicto a todas y cada una de las canciones. Boys in Blue, Reflections on Your Video Programm, Kindergarten y especialmente Save Yourself son temas demoledores de speed/thrash metal que vale la pena oír una y otra vez.
Más recientemente me ha impresionado mucho el ep de Isen Torr Mygthy and superior, grabado en el 2003 y que es un epic doom de primera con una portada magistral. Son solo dos poderosos temas (más el demo del primero) pero tienen ese rara habilidad de evocar imágenes místicas e históricas gracias a la precisa instrumentación.
Si el Stop Violence and Madness era uno de mis pilares favoritos en el thrash, el otro era el Raw Evil, Live at Dynamo, de Forbidden. Editado en 1989, pero que yo oí en el 90. Son solo 4 temas pero era incansable en mi walkman. La versión de Victims of Change [de los Judas] me dejaba anonadado, la voz de Russ Anderson era increíble, la forma en la que había logrado procesar la interpretación de Halford para recrear su propia aproximación era impresionante. Adoré ese EP y aún hoy lo oigo con frecuencia (ahora lo tengo en vinilo).
Poco apreciado en su época debido a que ya estaba de “moda” el death metal y todos oían Deicide y Morbid Angel, yo me pronunciaba por el Craked Brain de Destruction, primer disco de la banda sin su clásico y hoy recuperado Schmier (en aquella ocasión estuvo a cargo de las voces el vocalista de Poltergeist, Andre Grieder, quien tiene un timbre de voz parecido). El disco a mí me parece estupendo, además de que fue grabado con la tecnología de punta de la época, en una mesa de 44 canales y gozó con miles de marcos para su producción. La época, sin embargo para el thrash ya estaba detrás y fue poco lo que logró. Quedó sepultado en el olvido incluso de los headbangers acérrimos y sufrió mala fama por gusto. Incluso la versión de My Sharona, clásico de The Knack de ese disco queda muy bien.
Cambiando completamente de rubro, en el hard roclk/glam el Surprise Attack de Tora Tora me encandiló cuando no era sino una chiquillo en tercero de media. No era agresivo, sino muy melódico pero tenía esa cualidad hardrockera que yo admiraba en bandas como Great White. Love’s a Bitch, 28 days, Guilty, Phamtom Ride y especialmente Walkin’ Shoes eran mis favoritas.
En ese mismo rubro yo era uno de los más grandes fanáticos de L.A. Guns y me gustaba mucho el primer disco, homónimo de la banda. Para mí eran más Guns ‘n’ Roses que los Guns ‘n’ Roses. Todas las canciones me gustaban casi por igual y le daba y daba a todas ellas, encantado con la onda sleazy motociclista que le habían dado a su música, además de ver bastantes veces en canal 27 el video de One More Reason. Cunado en el 2008, vino el L.A. Guns (una de las dos versiones de esa banda que existen en la actualidad) de Tracii Guns, el guitarrista y confundador de los Guns ‘n’ Roses, me regaló personalmente su púa con la que acaba de tocar Electric Gypsi.
Ahora vuelvo a saltar en el tiempo y el estilo para llegar a Demons and Wizards, proyecto de Hansi Kursh, vocalista de Blind Guardian, y John Schaffer, guitarra y líder de Iced Earth. El álbum me tomó por sorpresa allá por el 2000. No esperaba tanto de ese proyecto. A mí no me gusta nada Iced Earth, salvo los dos dicos que tienen con Ripper Owens en la voz y siempre me ha parecido que su vocalista típico, Matt Barlow, es de habilidades bastante discretas, aunque no malo, pero tiene sus fans. En cambio considero a Blind Guardian una de las bandas más interesantes del heavy power metal contemporáneo y firme canditato a portar el estandarte del verdadero metal, al lado de otros claro, cuando los grandes de la NWOBHM finalmente nos dejen. En este disco lo mejor de ambos se conjuga creando una obra espectacular que ni les cuento. Melódico y sinfónico, delicado y enérgico, dulce y rabioso, no se yuxtaponen los elementos sino que se alagaman creando unas estructuras sonoras exquisitas que beben del rock clásico de los 70 pero que desembocan en el metal continental de fines de los 90 (nada que ver con el americano). gran álbum, la portada es, además, preciosa y sugerente.
Volviendo al querido y viejo thrash metal, creo que el Act III fue el testamento adelantado de lo que el thrash trató de ser y que no pudo. En 1991, nadie vislumbraba aún la crisis para el metal que los medios propiciarían. Muchas bandas experimentaban con mayor o menor fortuna y Death Angel, los niños precoces del thrash metal, buscaba su parcela. El Act III es un disco ambicioso, distinto y superior a casi todo lo que hizo la Bay Area en esos años. Conjugando el thrash clasico con el punk y el funk, lograron un álbum sobresaliente con temas como Seemingly Endless Time y Distubing the Piece, o temas extraños como X-tc y The Organization. Lamentablemente el accidente que la banda sufrió en el 91 los marginó de la gira Clash of the Titans, con Slayer, Testament y Megadeth. Este disco estaba entre mis favoritos de fin de colegio y le tengo un gran aprecio porque en su momento abrió mis sentidos a otros sonidos.
Exhorder es conocido por haber patentado el sonido Pantera antes de Pantera. De hecho Pantera es una banda anterior pero por muchos años eran unos imitadores de Kiss con escaso aporte personal al metal y la verdad habrían pasado al trasfondo sombrío de la historia del metal como una de las peores bandas de la historia de no ser por la asimilación del estilo de Exhorder. Esta banda era del estado de Luisiana y se movía mucho por el católico sur de los Estados Unidos. Su primer disco Slaugther in the Vatican tiene una de las mejores portadas de la historia del metal, pero a mí me dejó un poco indiferente. Es con The Law, de 1992 con que de verdad me sentí impresionado. Sin embargo, ya venía sonando Pantera desde el año anterior con su Cowboys from Hell (que un montón de gente creía que era su debut, y no el quinto disco en realidad). Era claro el parecido, aunque la voz de Khyle Thomas de Exhorder me parecía más potente. Pantera se movió mejor y Exhorder no logró ir más allá, es una lástima, pues a tenor de estos dos discos y sobre todo del The Law, iban por un camino genial. Me encantan Soul Search Me, Unborn Again y la poderosa y doomesca Cadence of the Dirge.
Para cerrar esta especie de autobigrafía nostálgica de mi vida musical, no quiero dejar de mencioanr a los Sanctuary, cuyos dos discos, Refuge Denied (1988) e Into Mirror Black (1990) tanto me encantaron en esos años. Del primer disco recuerdo sobre todo Battle Angels y del segundo, todo, es uno de esos disco totales en los que no hay ningún tema malo, como el Painkiller, todos parejitos, todos memorables. Future Tense, Taste Revenge, Seasons of Destruction, One More Murder y el cierre poderoso con Communion. Una de las mejores voces de la historia del metal, Warrel Dane, con letras muy inteligentes acerca del aislmiento social, la alienación y el crimen en las calles. Esta disco llevó al US Power a su última frontera en la época del death metal. Lo máximo.