Hands of Doom - Headhammer - Austral Holocaust - 2012
Dentro de la variada escena local Hands of Doom brilla con sorprendente y pesada oscuridad propia. Este es su más reciente lanzamiento, Headhammer.
El doom metal tiene una larga y respetable tradición en nuestra pequeña escena. Como ya se ha señalado, quizás la primera banda local de lo que podríamos llamar metal peruano, sería Oxido. Además de ella en los 80 y aún hoy la antorcha del doom la ha portado con gran acierto y señera dirección Mazo, una de las más logradas bandas peruanas de lo que sea que hagamos acá en rock y derivados. Ya en en estos modernos tiempos, Reino Ermitaño, Caballo de Plomo y Espíritu de Hierro, entre otros, han ido consolidando una propuesta pesada y dura. Incluso tenemos al colectivo Ogro haciendo periodicos conciertos en Jr. Chota en el Centro de Lima. La cosa no acaba acá.
Dentro de esta pequeña pero constante tradición, Hands of Doom se nos muestra como una de las más sólidas propuestas locales. Yo los conocí merced a su War Tales, que compré entre varios cd’s a bajo precio en Galerías Brasil, así como para saber qué era y luego de una rápida oída sabía que era de esas compras accidentales tan fructíferas en la vida (la de libros y discos que he conocido así). Me gustó mucho la propuesta, pero no supe mucho de ellos en tiempos. En un show hace unos meses, con Oxido y Mazo, los escuché y en vivo me gustaron más incluso. Su mezcla de rock pesado, black metal y heavy metal underground es equilibrada y potente.
A priori me cuesta señalar una banda específica con la que hacer el parangón exacto, lo que habla muy bien de su originalidad. Es bastante doom, pero no un retrodoom o un doom revival, de hecho lentos no son; se trata de un sonido orgánico, fuerte, nunca desnaturalizado. No abusa de una pesadez que llegue a la disonancia irreconocible e incluso horrísona, sino que se mantiene en los acordes más pesados del rock sin por ello regatear a los melódicos que le sustentan. Lo doomesco acá no está en la lentitud, que casi no la hay, sino en lo pesado del sonido. Quizás lo más reconocible que pueda señalar es que las guitarras y algunos compaces me remiten a Motörhead y las estructuras de los temas a Celtic Frost y Venom.
El otro gran referente parece ser Black Sabbath, pero un Sabbath leído desde Venom, con la que la voz de Rocagliolo (Kranium) mantiene una relación evidentemente filial. Esa voz que en el Testimonio de Kranium a veces se desmarcaba de las notas debidas, acá suena precisa y desenvuelta como nunca antes. Exponiendo los relatos de violencia y furia que hacen de este Headhammer un disco épico.
Épico en dos sentidos, uno musical pues la mayoría de temas son casi batallas sónicas de sobreviviencia, metal and roll marchante sin concesiones que se abre paso como un panzer en medio de paisajes desolados y devastados. Esa marcha sustentada en una percusión precisa y hasta indiferente con lo que deja atraz y un bajo compañero fiel y primera figura flanqueando todo sonido que atraviesa los paisajes creados por las guitarras llenas de melodías inesperadas que asaltan a la vuelta de cada cambio. El otro sentido épico yace en la temática asaltada por los temas. Cahuideath nos remite al semilegendario guerrero Cahuide aquel que se convirtió en un símbolo de la trágica resistencia incaica en Sacsayhuaman en tiempos de la rebelión del Manco Inca, el que se precipita desde la torre antes de verla en poder hispánico. Han sabido leer en nuestra propia historia y encontrar esta historia como motivo inspiracional.
Otro ejemplo, pero en otra vertiente, lo tenemos en Chrome Hell and Leather, pero en este caso la épica es la del día a día, la de los headbangers amantes de la velocidad sin frenos, y que sin importar las superficiales escalas de valores del resto, normalmente producto de prejuicios y atavismos irracionales, siguen con el estilo de vida del guerrero headbanger sin límites ajenos. La imagen del motociclista es muy sugerente acá. El tema que más me gusta es Hands of Doom, que ya había aparecido en su compilatorio previo, pues es toda una declaración tanto de intenciones como artísticas de lo que se propone la banda, música dura y viciosa, los ingredientes del buen metal a los que se les puede agregar todo lo demás, pero que no pueden faltar. Así van todos los temas. De verdad un trabajo que se disfruta mucho. Quizás el único pero que les haría es que los temas son algo largos, los dos iniciales duran más de 7 minutos y Hands of Doom, el corte, más de 8. Eso suele ser un factor que hay que saber manejar con cuidado para que no se convierta en factor en contra. Por ahora no ha sido contraproducente.
El disco está acreditado de la siguiente manera, todas las guitarras y voces por Daniel Roncagliolo, percusión y bajo en Chrome Hell and Leather y Metal and Roll por Daniel Roncagliolo, bajo en Cahuideth (sic), Attila the Hun, Raw Power y Hands of Doom por Ricardo Marcelo, batería en Cahuideth (sic), Attila the Hun, Raw War y Hands of Doom por Gustavo “Java” León. Así que como leen la alineación para la grabación ha sido un tanto irregular, aún así el resultado no lo ha sido y goza de gran homogeneidad.
Yo les recomiendo mucho de este disco y oiganlo junto con lo que está haciendo Cobra, Avoidant, Reino Ermitaño, Epilepsia, Necropsya, Dehumanizer, Mazo, Shakken y tantos otros y creo que podremos decir que nunca nuestra escena ha estado tan poblada por tal variedad de estilos (y épocas) que cuentan ya con registros sonoros. Oigamos el metal hecho acá, comienza a ponerse bueno hacerlo.