El Retorno de Anthrax al Perú: la persistente euforia del tiempo
Una de las bandas emblemáticas de la historia del metal, pilar del thrash metal estadounidense de los 80 (y bestia negra para los truistas metálicos) nos vuelve a visitar: Anthrax.
No es posible minimizar la importancia de Anthrax sin falsificar la historia del metal. Sus trabajos de los 80 y de los albores de los 90 fueron ampliamente escuchados y gozaron de popularidad general al interior de la comunidad metal en su sentido más general. Estuvieron entre las primeras bandas post heavy que no eran glam en ser conocidas por el gran público, al lado de Metallica y Megadeth, y fueron aceptablemente difundidos por la MTV en las gloriosas épocas de entonces. A la vez, su recurrente sentido del humor en un género que ha tenido escasa habilidad para reírse de sí mismo, así como sus tempranas incursiones en el rap (incluso interpretando un tema al lado de Public Enemy) fueron sembrando dudas acerca de su “autenticidad” metalera. Problema serio dentro de la comunidad headbanger.
En los años 90, la salida de su vocalista clásico y la reinvención de la banda en clave alternativa y noventera metalizada solo sirvieron para acentuar esas dudas y convertirse en una de las (múltiples en realidad) bestias negras del movimiento metal extremo que como sabemos suele ser muy severo en sus enjuiciamientos sobre el trabajo de las bandas que se alejan de la línea ortodoxa ya consolidada hasta los inicios de los 90. Entonces pasaron a simbolizar todo lo que el metal auténtico debería evitar ser. Creo que solo a Metallica le fue peor en cuanto a críticas, sin embargo el grupo continuó y a despecho de todos siguió lanzando discos que la mayoría de metaleros ya ni oía, aunque alguien seguro lo hacía pues el grupo seguía con su carrera profesional.
A nuestro entender eso se debe a la enorme luz que proviene todavía de sus trabajos clásicos ya que finalmente ellos fueron los que más éxito tuvieron configurando esa vertiente thrash tan cercana al hardcore de Nueva York y a la enorme influencia que eso acarreó; además de haber compuesto un buen conjunto de temas clásicos cuya llegada es incuestionable. ¿Quién puede negar la eficacia y contundencia de temas como Among the living, Indians, Caught in a mosh, Antisocial, Keep it in the Family o I am the law? ¿Quién puede decir que no fueron importantes en su primera formación metálica si esta ocurrió en la segunda mitad de los 80, periodo de mayor auge del metal? sinceramente nadie. De allí el éxito de su primera presentación en Lima hace ya muchos años.
Posteriormente la creación del llamado Big 4 al lado de Metallica, Slayer y Megadeth, una estrategia comercial por supuesto, ha hecho mucho por mantener a la banda en el ojo mediático, así como la constante aparición de Scott Ian en programas, premiaciones y series de televisión en los Estados Unidos. Nada de condenable hay en esto: la importancia de la banda hace que sea algo inevitable.
Lo único que se le puede reprochar a un artista debe ser su obra, si esta carece de talento y el problema con Anthrax no es en sí ese sino que la mayoría de sus discos desde 1993 han pasado o desapercibidos (para los metaleros militantes) o han sido rechazados por los cambios en el estilo que lo modernizaron y desmetalizaron. En realidad, salvo muy al inicio, nunca fueron de reivindicar una pureza en el estilo y siempre se manifestaron bastante abiertos a mezclas y fusiones así que tampoco era de extrañar tantos cambios. Sin embargo de tanto en tanto se oía algo que de todas maneras llamaba la atención como aquel trabajo que reactualizó viejos clásicos a pedido del público, The greater of two evils.
En 2010 Joe Belladonna retornó permanentemente a la banda y al año siguiente un buen trabajo se editó, Worship Music devolvía mucho a los sonidos clásicos de la banda y demostraba que aún eran capaces de crear dentro de las coordenadas clásicas que los metaleros siempre han valorado. For all kings, en 2016 volvió a sembrar ciertas dudas, aunque incluso así el último trabajo ha sido en general celebrado. En definitiva, la banda volvió a practicar lo que siempre fue apreciado en ellos, el viejo thrash hardcoriano con poderosas armonías y en la que ellos resultaron ser imbatibles.
Este martes 14 de noviembre tendremos una nueva oportunidad para apreciar a Anthrax, sus clásicos y los temas de sus dos más recientes discos y a juzgar por el video Chile on Hell (2014) de un show en vivo lleno de energía y agresividad. La alineación es casi toda la del periodo ochentas de la banda, Scott Ian, Frank Bello, Joe Belladonna, Charlie Benante y el nuevo guitarrista Jonathan Donais. El local será el Club Lawn Tenis de la Exposición Barranco Arena, Catalino Miranda 154, Barranco; la hora, 8:00 pm. Organiza Danger Steel
Anthrax en Chile