La abuelita del cine mexicano
El espectáculo mexicano tiene muchos iconos reconocidos internacionalmente, pero solo una actriz logró convertirse en la abuelita símbolo del cine y la televisión en ese país. A 30 años de su muerte, conozcamos un poco de la vida y trayectoria artística de doña Sara García Hidalgo.
Sara García nació el 8 de septiembre de 1895 en Orizaba, Veracruz. Hija de Felipa Hidalgo Ruiz e Isidoro García Ruiz, ambos andaluces. Ellos se establecieron en tierras mexicanas, procedentes de La Habana, Cuba. El matrimonio García Hidalgo tuvo once hijos, siendo Sara la undécima y, además, la única sobreviviente, ya que sus otros diez hermanos fallecieron.
A la edad de cinco años, pierde a su padre, quien sufrió una embolia cerebral; debido a ello su madre se muda con ella al Distrito Federal, en donde comienza sus estudios en la escuela de las Vizcaínas.
Es en este centro educativo, en el que empieza a mostrar sus dotes artísticas.
Sin embargo, la fatalidad la perseguiría, cuando en 1905 muere su madre, quien se contagió con la epidemia de tifus, la cual había invadido el país por aquellos días.
Quedando al cuidado de las religiosas de su colegio, Sara logra destacar debido a sus excelentes calificaciones y buena conducta. Es así que consigue la suplencia de maestra de dibujo, siendo aún una adolescente.
El paseo que la llevó al cine
Un día, al caminar por la alameda cerca de su colegio, descubre un estudio de grabación, propiedad del director Joaquín Coss, quien al verla espiando la invita a participar en lo que sería su primera película, “En defensa propia“, en 1917.
La experiencia actoral le gustó tanto, que decide alejarse de las Vizcaínas y hacer carrera en las carpas. Entonces da el salto al teatro con la compañía de Prudencia Griffell. En este ambiente conoce a Fernando Ibáñez, un actor de segunda, de quien doña Sara García se enamoró, y con quien luego se casó.
Pero después del nacimiento y dedicación a su única hija, María Fernanda, su matrimonio terminó pronto, tanto por sus continuas giras como por las infidelidades de su esposo.
Nace la abuelita
Ya asentada en el teatro y superando eventos tristes, como la pérdida de su hija debido una fiebre tifoidea que no pudo superar, el cine le da nuevos bríos a su carrera.
La película “Allá en el trópico” la convierte en la abuelita del cine mexicano, un papel que ganó en 1940, a pesar de que el director del filme, Fernando de Fuentes no quería considerarla por ser muy joven para ese rol.
Sin embargo su actuación convenció y conmovió al realizador, cuando se presentó a la prueba ataviada por una peluca especial que mandó a preparar para la ocasión, además de la falta de dientes, los que se había extraído para actuar en una obra teatral.
Así se convirtió en una de las más grandes figuras de la “época de oro” del cine mexicano, compartiendo escena con actores como Fernando Soler, Pedro Infante, Marga López, Libertad Lamarque, Rosita Quintana, Cantinflas, Clavillazo, Resortes, Antonio Aguilar, Carmen Montejo, Luis Aguilar, Elsa Aguirre, Joaquín Pardavé, entre otros actores.
Fue protagonista de “Los tres García”, “Vuelven los García”, “Dicen que soy mujeriego”, “Azahares para tu boda”, “La comadrita”, “Cuando los hijos se van”, “¿Por qué nací mujer?”, “Las hermanas Vivanco”, “Ahí está el detalle”, por mencionar solo algunas películas de su extensa filmografía.
Su paso por la televisión y el Perú
Luego del éxito de su carrera en el cine y el teatro, Sara García tentó suerte en la radio y en la televisión. Pero su paso por ambos medios no fue tan tierno ni amoroso.
Los que la recuerdan señalan su mal carácter y poses de diva. En 1952, hace su debut en el programa “Media hora con la abuelita”, que resultó un fracaso. Pero, ocho años después, en 1960 logra su primer triunfo televisivo con “Un rostro del pasado”, telenovela escrita por Fernanda Villeli, una historia de corte policíaco, en que comparte pantalla con la actriz Gloria Marín, con la que surgió una rivalidad por el protagonismo.
Y gozando de esta nueva gloria, visita nuestro país en abril de 1965. En esa ocasión, la actriz cumple con una agenda que incluye presentaciones en Radio Programas del Perú, los principales canales de TV. y teatro.
Doña Sara sorprendió a los limeños con su talento. Archivo Histórico El Comercio (29/04/1965)
Durante la conferencia de prensa ofrecida en el Hotel Savoy, doña Sara tuvo en jaque a los periodistas que estaban ansiosos por conocer detalles de su vida. Se confesó admiradora de Charles Chaplin y John F. Kennedy, y devota de San Martín de Porres.
En 1973, la empresa de alimentos Nestlé la elige como imagen para su chocolate instantáneo “La abuelita”, producto que aún se mantiene en vigencia.
Un año después, regresa a las novelas con la exitosa historia infantil “Mundo de juguete”, y en 1978 graba lo que sería su último melodrama: “Viviana”, junto a Lucía Méndez.
El adiós de Sarita
Tras una larga vida marcada por pérdidas afectivas importantes, doña Sara nunca dejó de tener temple, ni disciplina para entregarse a su trabajo. Así podía interpretar con la misma intensidad a una abuelita dulzona, a una madre abnegada o a una señora divertida (mostrando también su vena cómica).
Lamentablemente, un paro respiratorio que surgió de una neumonía, se la llevó el 21 de noviembre de 1980, en el Centro Médico Nacional en México, D.F. a los 85 años de edad.
Acompañada por los acordes de la canción “Mi cariñito”, Sara García fue enterrada junto a su hija en el Panteón Español.
Y con un gran legado de éxitos cinematográficos, teatrales y televisivos, mexicanos y latinoamericanos, la recordamos siempre como “la abuelita del cine charro”, la que nos robó una sonrisa, nos enterneció o conmovió con sus actuaciones.
(Rosa Hermoso Alvarado)
Fotos: Archivo