Borges y el Perú: a 25 años de su muerte
Jorge Luis Borges murió el 14 de junio de 1986. Tenía 86 años y una ceguera de por lo menos 30 años. Mantuvo en vida una cercana relación con el Perú, que se inició fugazmente en Lima, la noche del 17 de diciembre de 1963. Esa vez la nave de Avianca que lo llevaba de Colombia a Argentina se detuvo tres horas en el aeropuerto Jorge Chávez. Solo habló con él, y por sólo unos minutos, el senador Luis Alberto Sánchez.
Sin embargo sus verdaderas visitas fueron dos: la primera se inició el 25 de abril de 1965, y en ella la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa, y al día siguiente la Decana de América, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, lo distinguió como Profesor Honoris Causa. Asimismo, el Instituto Cultural Peruano-Argentino lo nombró Miembro Honorario.
En esos días de fines de abril de 1965 Borges sintió la calidez peruana. Muy entusiasta, concedió entrevistas a algunos medios como El Comercio, cuyo periodista Manuel Jesús Orbegozo pudo hacerle todo tipo de preguntas en el hotel Bolívar.
Borges redondeó entonces su faena literaria con el recibimiento de la Orden del Sol del Perú en el Grado de Comendador, que le concedió el Gobierno peruano de Fernando Belaunde Terry.
La segunda visita, y la última vez que Borges estuvo en el Perú, fue entre el 21 y el 26 de noviembre de 1978. Llegó literalmente de la mano de María Kodama, su amiga y asistente personal.
Los reporteros fueron más incisivos con él que hacía 13 años, y nunca dejaron de preguntarle por el Nobel de Literatura que le era esquivo. Él respondía con admirable modestia y buen humor.
Esa vez le tocó a Mario Campos, periodista de El Comercio, perseguirlo hasta el hotel Cesar’s, en Miraflores. Borges paseó su genio literario por sets de televisión, cenas de homenaje con escritores y, finalmente, en importantes actos académicos, como el recibimiento del Doctorado Honoris Causa de manos del rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, José Tola Pasquel.
El viernes 24 pudo cumplir por fin su deseo de ir a la ciudad inca de Machu Picchu, en el Cusco. En la mañana del domingo 26, voló rumbo a su país de origen. Su imagen quedará imperecederamente en todos los peruanos, pero en especial en sus fieles lectores, que en el Perú, sin duda, suman cientos de miles.
(Carlos Batalla)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio