Alimentación complementaria, recomendaciones para las primeras comidas de tu bebé
¡Hola! Les comparto la introducción de mi libro para la etapa de la alimentación complementaria, que debe empezar alrededor de los 6 meses, aunque cabe recalcar que cada bebé es diferente y algunos pueden mostrar interés un poco después, sobre todo si tienen lactancia materna exclusiva.
Después de que mi primera hija cumplió 5 meses, no pude dejar de pensar en cuándo llegarían los famosos 6 meses requeridos por la pediatra para que se iniciase la etapa de la «alimentación complementaria» y pudiera empezar a darle de comer algo más que leche.
La primera vez que hable con Frances, la pediatra de mis hijas, sobre la alimentación complementaria, me dijo algunas frases que se me quedaron grabadas:
• «Hay que respetar a los bebés y no licuarlo todo junto».
• «¡Enseñarles lo que comen, que lo huelan, toquen, miren sus colores, sientan sus texturas y sobre todo darles comida que sea rica!».
• «La hora de comer no es la hora del juego; hay que sentar al bebé en una silla cómoda, sin estímulos. La comida será más que suficiente».
Les compartiré cómo fue la experiencia de alimentar a mis hijas y cómo se pueden afrontar situaciones que, aunque son normales, las primeras veces pueden parecernos un gran problema.
Las recetas y la metodología que encontrarán en mi blog y mi libro son las que utilicé con mis tres hijas. Los ingredientes que les presento están basados en la información que me daba mes a mes la pediatra sobre los alimentos que les podía ir dando entre el sexto mes y el año. La combinación de estos datos y mis ganas de alimentarlas rico y balanceado fueron la clave para el éxito en esta etapa. Debo confesar que no fue tan fácil. Es súper importante estar relajados, tener mucha paciencia y confiar que se está haciendo bien las cosas. Recuerden que los bebés están aprendiendo a comer, y esto les llevará un tiempo. Me parece que tener una guía para este momento es muy valioso y por eso les comparto mi experiencia.
Algo fundamental a tener en cuenta es que cada mamá/papá y cada hijo son un mundo nuevo, y ambos tendrán que ir descubriendo. Mi hija mayor, las gemelas y yo aprendimos a comer muy bien con estas técnicas. Recuerden que habrá cosas que no les gusten tanto, cada uno tiene sus preferencias y desde chicos nuestros hijos nos lo harán saber. ¡Pero no hay que «tirar la toalla»! Estamos educando el paladar y buenas costumbres de nuestros hijos, y hay cosas que tendrán que probar varias veces antes de que les agraden. Si me preguntaran sobre la receta mágica, les diría: «Si podemos generar buenos recuerdos alrededor de la mesa, y logramos que nuestros hijos y nosotros mismos asociemos la hora de comer con un momento feliz, habremos ganado todos». Y los chicos estarán dispuestos a probar y experimentar nuevos sabores, texturas y experiencias.
Debemos aprovechar que los bebés y los niños son exploradores y curiosos por naturaleza y que lo que más les gusta es compartir con nosotros, su familia. Démonos cuenta de que a la hora de la comida tenemos un montón de oportunidades para fortalecer nuestro vínculo, compartir y educar a nuestros hijos. En la mesa podemos nutrir no solo su cuerpo, sino también su seguridad, su posición en el mundo. Nuestros hijos y nosotros recordaremos estos momentos toda la vida.
El libro tiene siete capítulos. En los cinco primeros pueden encontrar las recetas según cada etapa, en el sexto las recomendaciones y respuestas de reconocidos pediatras y nutricionistas, y en el sétimo ideas para celebrar el primer cumpleaños. En cada capítulo les iré contando cómo fui introduciendo alimentos sólidos a partir de los 6 meses y hasta el año. Para el final, ya debemos estar comiendo todos de una misma olla (aunque, claro, muchas recetas deben ser adaptadas para que esto funcione). Mes a mes iremos progresando con las texturas y combinaremos la manera tradicional con un poco de BLW1 especialmente a partir del octavo mes. Sepan que mientras van pasando las etapas pueden comer las recetas de etapas anteriores. Y que lo mejor es consumirlas frutas, verduras, cereales y proteínas que hallan en nuestra comunidad y estén de estación.
(1 Un método alternativo a la cuchara. Se trata del «Baby-led Weaning» (BLW), que consiste en una alimentación complementaria guiada por el propio bebé, que permite que el lactante manipule los alimentos con sus manos y se los lleve a la boca. «El objetivo es que los padres vayan dando al bebé poco a poco trocitos de los alimentos que coma habitualmente la familia, explica a ABC Begoña Domínguez, presidenta de la AEPap». Fuente: L. Peraita. (2016). Los pediatras recomiendan el «Baby Led Weaning», el método alternativo a la cuchara. Recuperado de https://www.abc.es/…/abci-pediatras-recomiendan-baby-weanin… -Todo-alternativo-cuchara-201602042212_noticia.html)
Hay varias tendencias en cuanto a la alimentación alrededor del mundo y momentos para introducir a los bebés a diferentes grupos de alimentos. Aunque la mayoría termina introduciendo todos los grupos en el primer año de vida, siempre es importante que consultes con el pediatra de tu bebé para ver qué metodología se adapta a tu hijo y localidad. Hay que saber si existe alguna condición alérgica en la familia y estar atentos con ese grupo de alimentos o alimento y decidir con tu pediatra si es que los expondrás a este. Debemos tener en cuenta que, a través de la historia, los bebés han crecido comiendo los mismos alimentos que sus padres comían en versiones modificadas. Desde las primeras comidas tenemos la oportunidad de pasarlas tradiciones familiares a las nuevas generaciones. No hay una ciencia exacta que diga qué alimento es el mejor para empezar esta etapa. En efecto, la gran variación que rutinariamente se les da a los bebés alrededor del mundo indica que ellos pueden manejar una alta gama de alimentos. A menudo, esta comida refleja las tradiciones culinarias de cada país específico, con sus rituales y creencias.
En Japón, el Okuizome (como se llama a la primera comida) se da entre los 100 y 120 días de nacido y contiene una variedad de alimentos, incluidos el arroz pegajoso, pescado, pulpo y vegetales encurtidos. Esto simboliza la abundancia que los padres japoneses desean que sus hijos tengan a lo largo de sus vidas. En Kenya, es muy común que empiecen con el camote como primer alimento; este es rico en fibra, vitamina A, y otros importantes nutrientes. En Jamaica, los primeros alimentos consisten en frutas locales tropicales, como la papaya y los plátanos. En China, los introducen primero al arroz blanco, con pequeñas cantidades de pescado, zanahorias, algas y huevos. A los bebés vietnamitas les dan de comer tradicionalmente sopa saborizada con salsa de pescado y langostinos; mientras que los padres suecos les dan gachas integrales con leche en polvo y aceite de palma. A los bebés franceses cuidadosamente se les expone a una amplia variedad de comida saludable en orden de cultivar un paladar refinado, como sopa de poro, crema de espinacas o puré de coliflor para sus primeras aventuras culinarias. ¿Qué tiene toda esta comida en común? Que refleja la herencia cultural y el valor que le da cada sociedad a los distintos alimentos.
Más allá de los alimentos que más nos gusten y que sean más importantes en nuestras casas, siempre tenemos que pensar en cuáles son los nutrientes que nuestros bebés necesitan para crecer fuertes y sanos. Los más importantes son el hierro, el calcio y la vitamina A.
Además de esto, recordemos que es importante evitar algunas comidas durante el primer año, como la miel de abeja, la comida enlatada (porque contienen o pueden contener la espora del botulismo), la leche de vaca, los pescados contaminados con mercurio, y la comida alta en azúcar o sal. Y, como les dije, también es muy importante que, de haber historial de alergias en la familia, eviten darles a sus hijos productos alergénicos y siempre se asesoren con su pediatra.
Una de las reglas básicas es nunca obligarlos a comer, porque esto puede hacer que se relacionen mal con los alimentos. La idea es que mientras vayan creciendo sean cada vez más conscientes y capaces de tomar buenas decisiones por sí mismos, que disfruten la comida real y que todo esto los empodere.
No se olviden: disfruten su crianza sin estresarse y sin miedo. No hay receta perfecta ni nada es más absoluto en este mundo que el amor que sentimos por nuestros hijos. Al inicio comerán lo que les ofrecemos pero con el tiempo comerán lo que nosotros comemos. Pero también es cierto que a mientras más sabores y texturas estén expuestos los primeros 2 años de vida, será más fácil que mantengan una alimentación variada cuando crezcan y puedan decidir. No hay educación más sólida que el ejemplo que les damos; en el futuro ellos serán nuestro reflejo en muchos aspectos, incluida la forma de alimentarse. Decidan lo mejor para ustedes y su familia.
Mi libro Mis Mejores Recetas para bebés lo pueden encontrar en las principales librerías del país y en ebook (Link : https://www.planetadelibros.com.pe/libro-mis-mejore…/295766…)
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