Nuevas formas de venta cambian la música clásica
Por Gonzalo Tello
Para nadie sigue siendo novedad que la industria musical ha cambiado completamente. La venta física de discos o el ritual para muchos de ir a la discotienda, pasar horas viendo lo que hay y llevarse a casa grabaciones para escucharlas en reproductores es un hecho del pasado. Este fuerte cambio durante algunos años ha impactado el sector, del cual el que mas ha sufrido es el de la música clásica.
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Y es que con internet y ciertas nuevas tecnologías el primer gran golpe a la industria fue la piratería y las descargas ilegales. Esto afectaba las ventas, por ende había pérdida para el artista y la disquera.
Luego llegó la venta por descargas. Tiendas como iTunes, Amazon u otras, optaron por vender música en formato mp3, que sea descargada bajo compra por track o por álbum entero, algo que las disqueras como Deutsche Grammophon, Harmonia Mundi, por mencionar algunas, también hacen desde su portal web. El beneficio era para los artistas y disqueras, ya que estos ganaban el mayor porcentaje de la venta, y reducía los costos de tener que imprimir copias físicas, ya que se vendía mas por descargas que por discos.
Este nuevo sistema hizo que grandes tiendas como Virgin, Tower Records, HMV, entre otras, cierren sus locales a nivel mundial para dedicarse solo a vender descargas, y así ahorrarse millones de dólares en mantener locales y personal. Este modelo de compra y descarga sigue estando vigente y es usado por iTunes y Amazon, así como por otras tiendas virtuales.
Sin embargo, en los últimos años aparecieron otro tipo de tiendas, llamadas “plataformas”, que ofrecen otra forma de escuchar música a través del streaming (o reproducción de datos), en los cuales uno puede escuchar cuantas veces quiera una canción o álbum, y tener a disposición toda una discoteca virtual con solo un pago mensual, que en el peor de los casos no supera los 8 dólares mensuales. Plataformas como Spotify, Deezer, Google Play o cientos de otras, nos dan acceso a millones de discos y artistas de cualquier género. Especificamente para la música clásica, uno puede encontrar álbums de intérpretes y cantantes, así como sinfonías u óperas completas, y escucharlas en muy buena calidad. Este servicio le paga al artista en base a cantidad de reproducciones que tenga su disco o sus canciones.
Este formato es el que se impone actualmente en el mundo de la música. Aunque es verdad que sirve de mejor manera a la música popular. Para la música clásica es un mundo aparte, y no sirve del todo, ya que uno al escuchar un disco quiere leer textos sobre la obra, es imposible escuchar una ópera en forma aleatoria, y a veces dentro del catálogo de las tiendas, si bien hay mucha música del género, no está catalogada apropiadamente y perdemos información de intérpretes clave.
Tampoco este sistema es beneficioso, como dice este artículo. Sin embargo, es una buena manera de aproximar la música y los grandes clásicos a las masas, así como nuevos artistas tienen una manera de hacerse conocidos, de la misma manera como artistas independientes puede hacen llegar su música a nivel mundial.
No sólo existen plataformas para reproducir música. Portales como Medici.tv transmiten en vivo óperas o conciertos desde los festivales mas importantes, y están disponibles para verse ya sea gratis los primeros 90 días desde su transmisión en vivo, y luego bajo suscripción. Casas de ópera como The Metropolitan Opera, Ópera de Viena, y otros, tienen un catálogo de sus producciones, las cuales también pueden verse previo pago mensual.
Es famoso el Digital Concert Hall, desde donde la Filarmónica de Berlín transmite sus conciertos en vivo y en HD, y uno puede ver toda su temporada, entrevistas y notas a fondo, también al pagar una suscripción.
Todos estos servicios pueden verse o escucharse desde una computadora, un smartphone, una tablet o un Smart TV. Con un solo pago mensual en cada plataforma se puede acceder a su misma cuenta desde cualquiera de estos dispositivos.
El mismo sistema se aplica para programas y series de TV, películas, o programas especiales. El futuro de la televisión y la música ya no dependerá de los canales tradicionales, sino de los archivos y almacenes que nos provean el entretenimiento que queremos en cualquier momento y cuanto queramos.
Como en todo negocio, las tendencias de consumo cambian, y lo mejor adaptarse antes que morir. A la música clásica, que la tiene mas difícil, le debería interesar este tema.