Suplemento desde el fondo del mar
La última vez que escuché hablar sobre fitoplancton fue en una clase de biología, recuerdo que lo relacionaban con microorganismos en el fondo del mar, alimento de algunos peces, quizá. Pero el otro día tuve una nueva experiencia con él, abrí un pequeño sachet que contenía una lámina muy delgada de fitoplancton, y como si fuera un caramelo de menta lo puse en mi boca por unos segundos hasta que se deshizo. Me sorprendió que el sabor fuera agradable, pero me sorprendió más aún que me dijeran que esa laminita equivalía a comerse más o menos 200 vegetales.
Resulta que ya se están vendiendo en Lima algunos productos a base de fitoplancton que prometen alucinantes beneficios para nuestra salud. Y aunque aún no los he probado como para tener una opinión sustentada, decidí investigar un poco más sobre él y cómo nos beneficia. No encontré muchos estudios disponibles, pero sí la historia de Tom Harper, canadiense creador de la primera “granja marina” de fitoplancton para consumo humano, quien cuenta en videos cómo se habría curado de un agresivo cáncer gracias a este alimento.
Alguien podría estar pensado, ¿cómo es que ahora las personas podemos comer lo mismo que comen los peces y las ballenas?, ¿no hay un salto en la cadena alimenticia aquí? Pues es cierto, lo que ha hecho Harper en su granja es procesar el fitoplancton de tal manera que pueda ser absorbido por nuestro organismo y limpie y purifique nuestros líquidos, nuestra sangre y nuestros órganos tal cual lo hace con el océano.
Al estar alimentándonos más cerca a la base de la cadena alimenticia, los beneficios de consumir fitoplancton en ese estado parecen ser extremadamente positivos, entre algunos de ellos se mencionan la calidad del sueño, el mejoramiento de la visión y de la piel, el alivio de alergias y el control del colesterol. Es un concentrado de todo lo que se necesita para dar vida, y por eso se le ha llamado “la leche materna de la tierra”.
Dalia Huamán, Nutricionista holística y vegana, con quien conversé sobre el tema, consume fitoplancton a diario. Cuando fui a visitarla ella me dio el sachet con esta lámina de fitoplancton con sabor a menta y limón, y me contó sobre sus grandes poderes antioxidantes, cómo desintoxica nuestras células, refuerza nuestro sistema inmunológico y nos da 400 veces más energía que cualquier otro vegetal.
¿Será ésta la verdadera revolución de la salud? Habrá que probar. Si el fitoplancton es el principal productor de oxígeno de nuestra atmósfera, definitivamente algo bueno debe hacer en nuestro cuerpo.