Cuidado que la cabina de internet se convierta en su segunda casa
Todos los días, a media mañana, Jorgito (lo vamos a llamar así) de apenas 10 años de edad, llega a la cabina pública de Surquillo, para reunirse con sus amigos a jugar World of War Craft. Las edades de los niños fluctúan entre los 6 y 14 años. Disfrutan tanto del juego que pueden jugar de ocho a diez horas seguidas, solo tomando un descanso para ir a almorzar, la diversión también incluye los fines de semana.
Desde este espacio, siempre hemos alentado el uso de videojuegos como entretenimiento. También hemos comentado de la importancia de las consolas en el desarrollo de ciertas habilidades mientras se utilizan. Pero, ¿Es bueno que los chicos pasen tanto tiempo frente a las pantallas? Seguro que los padres tienen mucho que ver en esto.
No voy a dar una opinión a favor o en contra sobre el jugar en las consolas o computadoras. Siendo padre de un preadolescente, el tema me involucra y sería inútil satanizar a los videojuegos, porque después de varios años publicando e investigando acerca del comportamiento y uso de la tecnología entre los miembros de la familia, he podido rescatar comentarios positivos sobre el consumo de videojuegos y consolas.
No culpes a la cabina
No todo el problema se lo podemos achacar a los videojuegos o a las cabinas. Si tu hijo es menor de 13 años, deberías estar al tanto de sus actividades fuera de casa. Recuerda que después de esta edad ya es difícil no caer en la figura del acoso ¿Pero qué hacer entonces?
Tenemos que hacer un mea culpa, de cuando llegamos tarde a casa y apenas nos alcanza tiempo para completar los quehaceres domésticos, ya no nos queda tiempo para compartir con nuestros hijos. “Mañana salimos a jugar porque ahora estoy muy cansado” es la frase recurrente, que por lo general viene acompañado de una molestia. Si no puedes, trata de alentar a tus hijos y amigos para realizar alguna actividad. Coordina con otros padres.
De mi experiencia puedo rescatar que los más chicos siempre van a preferir salir a jugar al aire libre, antes de quedarse a jugar frente a los monitores. Claro que si ya los acostumbraste a mermar su soledad acudiendo a los videojuegos, será más complicado. Sin embargo, no es imposible cortar ese hábito.
Anímate a compartir tiempo con ellos; organízate mejor, date cuenta que hay otras cosas menos importantes que la familia y las podemos postergar. ¿Qué hacer? Acorta tus reuniones para ir directo al grano, quítale horas al Facebook o simplemente trata de organizar todo para que te quede, por lo menos, una hora diaria para ellos . Posterga tus horas de Netflix para cuando los pequeños ya estén dormidos.
Prohibido prohibir
Según el comunicador y especialista en videojuegos Andrés Parra de Romaña* – @AndraxxusGames – Nos dice que un jugador de las grandes ligas en Dota 2, juega aproximadamente seis horas al día con descanso de 20 minutos, aunque para el caso de los aficionados, recomienda que los padres no priven a los chicos del entretenimiento con los juegos, sin embargo recomienda que marquen horarios. Sugiere que en promedio sea de un par de horas al día, y que en temporada de vacaciones, fácilmente se podrían duplicar el tiempo con intervalos para el descanso. Destacó, que la exposición a los juegos durante muchas horas podría complicar su salud: agotamiento mental, dolores de espalda, entre otros. Por lo que deberíamos tener precaución con los más pequeños.
Prohibir no es la mejor opción y siempre tendrá un saldo negativo. Ten en cuenta que los videojuegos tienen algunos beneficios, pero como todo en la vida, el exceso siempre va a jugar en contra. Evalúa esta situación y no seas como el papá de Jorgito. Hazte la pregunta: ¿Mi hijo salió a jugar con sus amigos o se fue a jugar a la cabina? Ponte las pilas
* Personaje de internet. YouTuber, comunicador y gamer. Información de eventos gaming y productos para el gamer convencional. League of Legends .