Historia de C
Fotos: Baidu.com
No, no es la Historia de O (que la he leído, no he visto la película) sino la de C. Pero antes de contarles esta historia erótica es necesario recordar que en chino, como en varias otras lenguas asiáticas, el apellido va antes del nombre y no al revés. Por ejemplo, Hu Jintao, se apellida Hu y se llama Jintao; Yao Ming se apellida Yao y se llama Ming; Mao Zedong (y no Tse-tung) se apellida Mao… y mejor a secas.
Recuerdo que cuando estuve en Lima durante la APEC, no faltaron banderolas, carteles y hasta titulares en los diarios que decían: “Bienvenido presidente Jintao”, o también “Jintao declaró que ….”. En China, llamar a una persona por su nombre de pila refleja demasiada cercanía. A Hu solo su esposa y su amante lo llaman “Jintao”… o quizás “Jinjin” en diminutivo cariñoso. Pero volvamos a la historia de C.
Hasta febrero el muchacho se llamaba Zhao C 赵 C. Hace 23 años, su padre Zhao Furong, escogió el inusual nombre de “C” para su hijo, según explicó “en honor a la C de China y con la intención de animarlo a estudiar inglés y mirar al Occidente”. Oeste en chino se dice “xi” 西 que suena como la C en inglés. En 1985, los formularios de registro se escribían a mano y la administración local no puso obstáculos.
Pero desde que apareció la segunda versión de los documentos de identidad (DNI), el sistema no acepta el alfabeto latino en la base de registro, así que el Buró de Seguridad Pública no le renovó su carnet. Además viola el reglamento sobre la obligatoriedad de nombres en caracteres chinos.
Zhao C no podía creer que el nombre que había utilizado en documentos oficiales por más de dos décadas, repentinamente no era válido y debía adoptar otro. Como el papá de C es un conocido abogado de la provincia de Jiangxi, se fueron a la corte en lo que fue “la primera demanda en China por el derecho al nombre”.
“Quiero mi nombre, que es fácil de recordar, y mis compañeros de clase me llaman Cici”, declaró Zhao ante la prensa. Algunos medios occidentales creyeron que se trataba de una chica y publicaron “joven china lucha en los tribunales por su derecho a llamarse C”. Por cierto, no es fácil reconocer a través del nombre, si se trata de un hombre o una mujer. Por eso es común que detrás del nombre aparezcan símbolos como 男 (M) o 女 (F).
El juicio que ha demorado tres años despertó una gran polémica en China. Zhao C ganó en primera instancia y perdió en segunda. Finalmente se llegó a un acuerdo, Zhao C adoptaría un nombre en caracteres chinos y todo el proceso no le costaría ni un yuan. Su padre declaró que hasta el momento no han elegido un nuevo nombre pero esperan sugerencias.
La historia de C no ha sido la única ni la más complicada desde que aparecieron los registros computarizados. En el 2004, un padre de familia quiso inscribir a su hijo como Wang @ 王@ . Sucede que la pareja se había enamorado a través de Internet así que su retoño, fruto no solo de correos electrónicos, debía llamarse @. En China, @ se lee casi como en inglés “at”, lo cual suena muy parecido a “ai ta” 爱他 que significa “lo amo”.
Hay otras historias más enrevesadas pero que están relacionadas con los caracteres chinos y la tecnología. Hasta el 2007, casi 60 millones de personas no podían registrarse en el nuevo sistema computarizado porque sus nombres utilizaban antiguos caracteres chinos que la base de datos no reconocía. En otros casos, los mismos padres habían combinado caracteres para formar uno nuevo que por su originalidad nadie podía leer.
Es la historia de Ma Cheng que en chino se escribe:
Los que pueden leer caracteres y han llegado hasta aquí, no se asusten. El segundo caracter es la forma antigua de 马, es decir 馬, colocada tres veces de forma horizontal y no en triángulo. Los tres “馬” forman un nuevo caracter que se lee como “cheng”. Para los que no saben caracteres el nombre de Ma es “recontra chino”.
Sucede que el abuelo de Ma Cheng, cuyo apellido significa “caballo”, encontró en un antiguo diccionario el caracter “cheng” que en su interior contenía tres caballos. Sin embargo, el caracter es tan desconocido que algunos prefieren escribir en pinyin 马 CHENG.
Cuando apareció la primera versión de los documentos de identidad, el sistema no contenía este antiguo caracter. Si bien continuó llamándose Ma Cheng, ahora su nombre en caracteres lucía así: 马马马马, lo cual en China se lee como Ma Mamama, aunque ella dice que la mayoría la llamaba “Mama Mama”.
Frente a estas historias la mía es insignificantemente anecdótica. Me llamo Patricia Castro Obando, pero me sucede con frecuencia –y NO necesariamente entre chinos o extranjeros sino entre peruanos- que en infinitas ocasiones me llaman, me escriben o me buscan como “Patricia Obando” o incluso como, la “Señorita Obando”.
Y entonces yo les digo, “ni señorita, ni Obando”.