¿Por qué no juega tu 'referente' favorito en la selección? Uno por uno, veamos
Eso de que en Videna, el recambio de jugadores de selección existe, lo sabemos todos aunque el entrenador lo niegue casi avergonzado. Se dio tras la fecha doble ante Venezuela y Uruguay. Y pese a que en la conferencia aquella en Montevideo, Gareca descartó prescindir de los veteranos advirtiendo que seguiría en la línea ‘conservadora’ habitual porque solo le importaba clasificar, no sabía que pronto cambiaría de opinión. Una reunión inmediatamente posterior en Videna lo hizo recapacitar entendiendo que perder con otros y no con los mismos salvaba la estabilidad institucional, y la propia, más aún cuando existe un proyecto de reelección en ciernes, y que lo incluye a él. Si bien no estaba convencido al inicio, no imaginó que muchos de sus jugadores más queridos harían o dirían cosas que los alejarían de su corazón. Veamos caso por caso, algunas razones sí son futbolísticas.
Joel Sánchez. Empezamos por los más inocuos. Más inofensivo que este chico, ni un hamster. Es un caso especial, porque se trata de un ‘Castigado Nivel VIP’ o algo así. Ya no lo ponen, cierto, pero a diferencia de otros, lo convocan siempre. En la Copa América 2015, a Gareca -tras colocarlo de titular sin que tuviera que arrepentirse de ello- se le ocurrió un día, de pronto, sentarlo temporalmente. La prensa le preguntaba: ”¿por qué no arranca Joel?”. “Está lesionado”, respondía para salir del paso y apagar los chismes. Pero cuando los periodistas un día le preguntaron al jugador, este lo desmintió con cara de palo: “No, yo no estoy lesionado, simplemente es decisión del técnico”. ¿Para qué dijo? Ni más. Ese detalle le pasó inadvertido a varios jugadores que más adelante tuvieron declaraciones que dejaron mal parado al entrenador, creyendo que es medio distraído y luego, por no conocerlo, corrieron peor suerte aún. A Joel al menos lo llevan a pasear, no jugará pero que está conociendo toda Sudamérica con la selección, no tengan dudas. Aquí Gareca dio una señal de su espíritu lúdicamente ‘siciliano’, hace “que todo parezca un accidente”. En los casos que no convoca a alguien presuntamente ‘importante’ para algunos, dice que es casualidad nomás.
Josepmir Ballón. Otro que evidentemente no está afuera por temas disciplinarios. Ocurre que en las habituales mediciones métricas de rendimiento que hacen en Videna, un día saltó un hallazgo importante: el jugador que más balones recuperaba en los partidos oficiales era, hasta ese momento (jugando por banda), Cueva. Y el que menos quitaba, era Ballón, menos agresivo que un Mejoral. Todo bien, si no fuera porque su puesto es volante de marca. Por eso, aunque se porte como los Niños Cantores de Viena, al menos hasta ahora, no vuelve.
Alexander Callens. Su último llamado fue ante Venezuela en marzo. Esa vez, faltando horas para el duelo, Gareca excluye de la lista a tres jugadores: Callens, Polo y Céspedes. Insólito en el caso de Callens porque cuando traen a un ‘foráneo’, ese queda sí o sí hasta el final, salvo que se lesione, y no era el caso. Más allá de lo grato que es siempre ver a la familia, había al momento del retorno a España, una evidente frustración en el jugador, y ya a esas alturas se rumoreaban nuevas inconductas de Juan Vargas que nunca más fue llamado a la selección pero sí jugó la fecha doble completa. Antes de partir, Callens dijo: “El profesor sabe (que quiero jugar), pero tendrá muchos problemas en la cabeza. Yo tengo las ganas de jugar, aportar, pero él (Gareca) es el que se encarga de tomar la decisión. Todos queremos aportar”. Y luego, como jugando, deslizó: “El que venga, tiene que dar lo máximo para jugar en el equipo”. Lo cierto es que con él se tomó la misma medida que con Vargas: “pa’ fuera”. ¿Por indisciplinado? No, por deslizar sutilmente que había un ‘aro’ en la selección. ‘Infraterno’ pues, pensaron.
Carlos Zambrano: Más allá de algunos videos indiscretos en programas de espectáculos y de una célebre expulsión en Santiago jugando Copa América cuando agarró a puntapiés a los chilenos creyendo que estaba en el Huáscar, se sabe de una discusión en el entretiempo del Perú-Venezuela con otro súper referente de selección que ya tampoco está. Mas no fue ese intercambio de ideas lo que terminó de desafectarlo, sino que en el reinicio del encuentro se hizo sacar una amarilla que Gareca consideró ‘voluntaria’ y que lo inhabilitó para el viaje a Uruguay que completaba la fecha doble, quedando ‘libre’ en Lima. Gareca a partir de allí entendió que le servía menos que poner a marcar a Lobatón. Y si le quedaba alguna duda, encima el zaguero al no ser convocado a la Copa América Centenario meses después tuvo esta desafortunada frase: “Esa Copa América no importa mucho. Lo importante es el Mundial”. Los convocados nuevos para la justa desarrollada en EE.UU, al leerlo, deben haberse sentido tan deprimidos como los de la Odepa cuando vengan a ver el avance de obras de los Panamericanos. Cruz para él.
Jefferson Farfán: El fatídico partido con Venezuela también influyó en su destino. Porque el entrenador ya lo conocía como salsero y enamoradizo precoz, lo tenía más que ‘referenciado’. Pero su error capital fue, tras pedir ser considerado para el duelo con los ‘vinotinto’ -pese a no estar apto físicamente, pues venía de una lesión-, ‘echarle el pato’ al técnico por la mala noche, la del encuentro ese, me refiero. “Fue un error ponerme”, dijo cuando las críticas llegaron debido a su incompleta exhibición. Es decir, metió preso al policía que lo dejó manejar sin brevete. Igual, a diferencia de otros, él puede volver.
Luis Advíncula. Este caso ya lo acaban de contar en la FPF, con lo que me ‘quemaron’ un relato. Lo dicho por ellos es verdad. A Advíncula, que para algunos es un súper lateral tipo Cafú, lo extirparon de la selección porque tras una lesión, él pidió a su club tratarse en Lima, y habló con los dirigentes peruanos para que lo exijan también. Luego que consiguió el propósito, y comenzó a trabajar en Videna apareció en plena etapa de ‘rehabilitación’ en un programa de espectáculos a las 5 de la mañana en una ‘disco’, haciendo trabajos aeróbicos tal vez. Pizarro, su capitán, lo defendió de inmediato con ese sentido de complicidad que lo hizo tan querido por la masa de seleccionados desde lo del Golf Los Inkas: “Al día siguiente de entrenar puede hacer lo que quiera, es su día libre. Es como ustedes (periodistas) tienen un día libre y lo disfrutan”, dijo. Bueno, por eso, ya ninguno de los dos está. Olvidó nuestro goleador que el técnico también puede hacer lo que quiera. Y sin necesidad de esperar el día ‘libre’.
Claudio Pizarro: Más allá que igual no hubiese jugado los partidos recientes de Eliminatorias porque tiene una racha de lesiones más larga que luchador de la WWE, a la Copa América sí llegaba. Estaba sano, haciendo pretemporada en ese entonces. También en esta ocasión una desafortunada (para él) declaración significó su adiós. Tras dos actuaciones conmovedoramente malas ante Venezuela y Uruguay, la prensa no quiso ponerle la puntería y se la colocó a Gareca -más fácil, obvio- aduciendo que el ‘Catorce’ estaba jugando en una posición desacostumbrada, detrás del punta, lo que mermaba su enorme potencia goleadora. Ya sabemos que el ‘Tigre’ lo adoraba, si era necesario lo ponía de arquero con tal de darle el gusto de jugar hasta cuando él quiera, 38, 42, 45 años de edad, si lo deseaba. Y ante los cuestionamientos de la prensa de por qué lo puso de ‘enganche’, Gareca solo se defendió, y dijo, en buena onda, que así jugaba en el Bremen. Pero Pizarro en vez de ‘llevarle el amén’, de hacer de tripas corazón y decir que toda su vida, desde chiquitito en Cantolao jugaba detrás del punta, soltó ‘su verdad’: “No, yo en el Bremen no juego ahí, voy de nueve”. O sea, hizo ‘la gran Joel’ y le dio la espalda a quien posiblemente tenía un póster suyo en la sala de su casa. Ahora Gareca no lo llamaría, por muy apto que estuviese, ni aunque se le lesionen los cuatro ‘nueves’ que tiene para el puesto. Si pasara eso, deja a Benavente de punta. Total, él ya está acostumbrado a que lo pongan donde sea y no se queja, asume nomás.