Campeonatos... los de antes
Este post se lo debo a Lucho Alayza, hijo. Tras mi última publicación donde afirmaba no entender cómo demonios se disputaba el Nacional de Rally, Lucho tuvo a bien escribirme y hacerme llegar al link escondido donde se encerraban las reglas de este torneo.
“Desde el año pasado el campeonato se compone de dos fases: clasificatoria y final. En la clasificatoria debemos correr al menos tres pruebas del club de tu localidad”, me cuenta Lucho. El reglamento así confirma que los Clubes de Base deben seleccionar dentro de su calendario de rally 2014 al menos cuatro (4) pruebas para la etapa clasificatoria. Las demás pueden ser mantequilla y para que la gente departa nomás.
Cabe resaltar, y ojo que es complicado esto, que el puntaje final de la etapa clasificatoria se determinar de la suma de las tres mejores carreras del campeonato de su localidad y en base al ranking final se bonifica, por categoría, a los primeros 10 posiciones con puntos de 10 al 1.
La final consta de dos carreras (cada una de dos etapas y donde cada una tiene un puntaje independiente). Los pilotos clasificados tiene que correr al menos una de las fechas. Es importante entender que si se inscriben deberán ir asistir en al menos una carrera o en caso contrario pagarán una UIT de multa (¡WTF!). La primera carrera se disputa del 8 al 9 de noviembre y la segunda del 6 al 7 de diciembre.
“Puede ser un enredo, pero ha servido para que los clubes de provincias potencien sus campeonatos internos y para que el nacional lo disputen al menos 5 autos por categoría, contrario a los que ocurrió desde el 2009 donde empezaron a haber campeones solitarios y categorías desiertas”, nos confiesa Alayza y razón no le falta pero me cuesta pensar que esta es la mejor solución.
Lima históricamente ha congregado cerca del 70% de las licencias de automovilismo lo que significa que los pilotos limeños bajo este reglamento tiene que correr en su ciudad: Lima. Esto quiere decir que este suculento parque automotor se lo disputan dos instituciones: el ACP –presidido por Eduardo Dibós quien además es jefe del grupo de Trabajo que maneja la Fepad- y el Automóvil Club de Lima –presidido por Ricardo Flores último presidente de la Fepad-. ¿Me están bromeando, no?
El año pasado, por ejemplo, Álvaro Brandes decidió correr el campeonato del Automóvil Club de Huancayo… y ganó. Sin embargo como no había corrido el campeonato de su localidad la Federación, si la que maneja Dibós, le dijo de arranque que era por gusto porque a él le correspondía disputar los campeonatos limeños. ¿Esto tiene lógica?
Muchos podrán decir. “No pues…en Huancayo hay menos competencia y es más fácil campeonar”. De arranque podemos decir que Huancayo tiene muchos mejores trazados que por ejemplo el histórico prime de “El Basural” que siempre programa el ACP. Por otro lado el nivel competitivo no es malo y por último según el sistema de puntuación descrito a la final clasifican los 10 mejores de cada categoría o sea… todos.
Al final queda en claro que este campeonato es consecuente con la Federación que nos gobierna por estos días: sin sentido. Las intenciones pueden ser buenas pero de ganas no se vive y mucho menos se progresa.