Nicola Cruz: «No basta con bajar cantos chamánicos de YouTube y ponerles un beat»
No se considera un DJ. Nicola Cruz prefiere que lo denominen como un “selector musical”, alguien que se divierte escogiendo los tracks más adecuados para crear una atmósfera correcta, natural, orgánica.
Con un primer LP en su haber, Prender el Alma (2015), el músico francés −que radica y se nutre del espíritu latinoamericano de Ecuador− llegará por primera vez al Perú, como parte del festival Electro Selvámonos. Una fiesta de sonidos y creatividad que se realizará este sábado 28 de enero en la playa Punta Negra. Sobre este y otros temas, Nicola nos habló antes de su visita al país.
Tu primer disco, Prender el alma, funciona con un hilo conductor que has descrito como “un viaje selvático y costero”. ¿Este fue el concepto inicial o se fue revelando a medida que concretabas el álbum?
N: Bueno, Prender el alma es un viaje que explora muchas regiones; sobre todo las montañas ecuatorianas. Siempre es un poco de los dos cosas: uno tiene una idea o concepto al momento de crear, pero el camino se va revelando poco a poco.
Se dijo que habías instalado un estudio en la selva ecuatoriana, pero luego aclaraste que este se encontraba en las afueras de Quito. Entiendo que para ti es muy importante estar alejado de la ciudad. ¿Crees que un entorno urbano y no natural podría modificar el sonido final de tus canciones o el mensaje que quieres transmitir con ellas?
N: Mi estudio siempre ha estado a quince minutos de Quito, en un lugar muy tranquilo, con poco ruido y altamente verde. Me parece que eso influye mucho al momento de trabajar. En el caso de varias producciones mías, este entorno, de tranquilidad y silencio, ha tenido un impacto. Sin embargo, todos los días escucho mucha música producida en la ciudad, y es muy interesante. Es cuestión de explorar, hay varios mensajes que dar.
Estudiaste sonido y producción musical en México. ¿Te resultó difícil dejar de lado algunos parámetros académicos para empezar a crear tu propia música y sonidos?
N: De cierto modo, sí y no. Sí, porque la ‘academia’ de música, sobre todo la occidental, es muy impositiva y te redondea a ciertos parámetros específicos. Romper ese paradigma cuesta, especialmente cuando se habla de armonía. Y no, porque la música electrónica es tan libre. Se trata de la simpleza; cuando recuerdas eso, tienes toda la libertad del mundo para crear.
Hay una raíz latinoamericana en tu sonido. ¿Crees que la música electrónica es una plataforma ideal para rescatar todas esas identidades musicales, a veces olvidadas?
N: Me parece que es un camino, sí. Aquí entra también el criterio de cada productor al componer; el respeto a la tradición, el estudio, el entendimiento del género sobre el cual se trabaje y el buen gusto, por supuesto.
¿Es posible que la fórmula de la música fusión-electro se llegue a agotar pronto y pierda su cualidad de “novedosa”?
N: Creo que cualquier fórmula cae en eso: se vuelve rutinaria y aburre. Las repeticiones en el inconsciente se anulan. Es importante entender que no se tiene ninguna obligación de hacer música por tendencia; como, por ejemplo, la música electrónica que es de tan ‘fácil acceso’ hoy en día. No hay apuro de estar lanzando canciones al Internet; no basta con estar bajando cantos chamánicos de YouTube y ponerles un beat. Tiene que haber una idea más sincera detrás; un empuje natural por crear. Eso es lo que prevalecerá.
Tras el lanzamiento de “Prender el alma”, tu sonido te llevó a otros escenarios y públicos en distintas partes del mundo. ¿Podríamos decir que el tipo de música en el que te desenvuelves (y también otros nuevos artistas) es hoy en día una música global?
N: Sí, yo mismo lo considero de esa manera. Creo que sería la etiqueta más general y precisa para lo que hago. Recojo la inspiración musical de muchos rincones del planeta, y así me gusta componer.
En ese proceso global, ¿cuál es la importancia de pertenecer a un sello discográfico en estos tiempos? Tú has colaborado con la disquera de Nicolas Jaar y editado tu primer LP a través de ZZK Records.
N: El sello discográfico siempre ha jugado un papel clave en esto: ser el núcleo de las ideas y la base para desarrollar diferentes conceptos. Me gusta la idea de trabajar de manera tradicional dentro del mundo de la producción musical, con la que te sientes afín al sello con el cual trabajas, y estás cómodo y libre para expresarte como quieras.
Has mencionado que tus shows son variados, ya que dependen del lugar y de la hora en que tocas. En Perú, tocarás en la playa Punta Negra, un paisaje eminentemente costero, frente al mar. ¿Podrías adelantarnos cómo sería tu presentación en este contexto?
N: Es cierto, me gusta pensar un poco los shows en función del espacio. Mis preferidos son los espacios abiertos y naturales; siento que van acorde con mi música. Esta será la primera vez que estaré en el Lima, así que me imagino que el show consistirá en contar todo lo que he venido haciendo, hasta el punto en el que estoy ahora.
► Escucha el primer disco de Nicola Cruz aquí: