La 'U' de San Rainer y su discípulo Raúl
Aunque San Rainer y su discípulo Raúl ocupan las portadas de los principales diarios, portales y noticieros del país, permítanme quedarme con otra imagen: la del equipo unido en un solo abrazo, pletórico de triunfo, después del triunfazo en Cajamarca. Resta mucho aún, pero el valor de la victoria ante UTC está más allá de los tres puntos: la ‘U’ se bajó a un rival directo, de visita y quebró una racha que amenazaba con alargarse. Y la victoria, aunque no lo parezca, no fue cuestión de dos.
Hay apodos antojadizos o que suenan a broma. En el caso de Rainer, le calza perfecto. Torres es, sin duda, el motor de un equipo que por momentos pierde la marcha porque sus piezas funcionan a ritmos distintos.
Todos conocemos la principal falencia crema: la irregularidad. Sabemos que Christofer suele olvidarse que tiene todo para ser un crack, que Carvallo es uno bajo los tres palos y otro cuando debe cortar un centro o que Gómez es un cable pelado. Y que así como se aplaude la persistencia de Comizzo por promover un estilo de juego dinámico y diferente, cuando se equivoca, lo hace feo. ¿Por qué jugó ayer el ‘Chapu’ los 90 minutos? O, sencillamente, ¿por qué jugó?
Pese a todo, ahí está la ‘U’. Manejando la pelota con cierta solvencia, jugándola al ras, aprovechando la velocidad de sus chiquillos cuando tiene espacios. A pocos meses de cumplir 34, San Rainer volvió a tomar el báculo y le enseñó el camino del triunfo al pueblo crema. Y su discípulo Raúl, extrañado ante Cienciano, confirmó que lo suyo no es milagro, ni inspiración pura. Es 9 a secas y su palabra es gol.
Acaso un electrocardiograma podría ser la mejor expresión gráfica de la campaña merengue. Hay errores, leves y pronunciados; también aciertos y actuaciones para el recuerdo. Esa es la ‘U’ versión 2013, esa es la crema humilde que sueña con acariciar la gloria otra vez. Es el equipo de Comizzo, pero también de Rainer, Ruidíaz y Carvallo; es el once de Duarte, Toñito, Gómez, Galliquio y hasta de Olascuaga o el resistido Fernández. Es el equipito por el que nadie daba ni medio sol a principios de año. Son los chicos que nos saludan abrazados desde el camarín, que quieren que su sonrisa sea la nuestra, y que nos dure hasta fin de año. Es la ‘U’ maravillosa que nos mueve el corazón. Es nuestra querida e inolvidable ‘U’.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.
ACTUALIZACIÓN (17-09-13 / 6:09 P.M.)
Hace 17 años, cuando murió Lolo, me tocó escribir una nota sobre su partida. Arrancaba así:
“3 y 30 de la tarde. La hora en que las razas se funden en un solo color. La hora en que un sólo grito atraviesa las gargantas. La hora en que el estadio explota, el corazón se acelera y el balón empieza a rodar, el gran Lolo Fernández adelantó su partida”.