Universitario #cadavezmascerca
Acaso fueron los goles más gritados de la temporada, los más dramáticos, los más esperados… ¡pero qué mal se jugó! El estupendo replanteo del segundo tiempo no hace olvidar el desastre del primero, que acabó empatado gracias a un providencial jugadón de Alexi Gómez que Ruidíaz transformó en gol. Con diez la ‘U’ jugó mejor que con once. Ganó, emocionó, pavimentó el caminó hacia los ‘play off’, pero dejó innumerables dudas.
El mejor camino para ganar siempre será jugar bien. El nivel de Universitario dista de ser bueno, pero es tan pobre nuestro torneo local que haciendo poco se puede obtener una victoria. Y, si quieren, hasta un título.
El partido lo gana la ‘U’ porque golpeó en los momentos oportunos: en el final del primer tiempo con el gol de Ruidíaz y en el amanecer del segundo con el cabezazo de Ximénez. Luego, manejó el encuentro no solo porque se paró mejor -Romero equilibró la mediacancha y el Chino le dio marca y potencia al ataque-, sino porque el equipo de Castillo fue muy pobre ofensivamente. UTC tenía todo para llevarse los tres puntos del Monumental: maniató a la crema en el principio, la desesperó, la tuvo a su merced… pero no supo liquidarla. Dilapidó su ventaja por escasez de ideas en los últimos metros y, aunque suene feo, falta de clase. Es en momentos como este cuando se prueba la estampa de los equipos y UTC mostró que, al menos hoy, no la tiene.
Con diez, Carvallo pasó menos apuros que cuando la ‘U’ jugó completa. Galliquio y Duarte hicieron un segundo tiempo impecable, Chávez dejó de equivocarse y Gómez se calmó. Sin brillar, Rainer se puso el overol y trabajó como un obrero más, Ruidíaz dejó de retroceder en busca de la pelota y Guastavino tuvo más libertad para movilizarse por el medio y el frente de ataque.
DEUDA DE JUEGO
Por las circunstancias en que se produjo, por lo que significa en el camino a la final, fue un triunfazo para escribirlo con mayúsculas. Quienes estuvimos en el Monumental lo gritamos hasta quedarnos sin garganta y vimos buena parte del segundo tiempo de pie, con el corazón acelerado. Sin embargo, el análisis frío indica que a pesar de lo que diga la tabla, el juego de la crema no ofrece garantías. En el primer tiempo fue desesperante la poca capacidad para el desmarque y el escaso volumen ofensivo. También la pobre presión en la marca, sobre todo por los costados, lo que permitió que la visita complicara con pelotazos cruzados a la espaldas de los centrales.
Comizzo también puso lo suyo. Para mi gusto, Guastavino ayuda más como hombre de refresco. Cuando ingresa en el segundo tiempo, su regate y velocidad causan zozobra porque encuentra más espacios y defensas cansadas. Empero, el error del técnico estuvo en enviarlo por la izquierda, cuando el uruguayo trabaja mejor cuando tiene libertad para moverse por el frente de ataque, como ocurrió en la segunda etapa.
No es la primera vez que se regala un tiempo tontamente. Pareciera que el equipo necesita un incentivo -ir abajo en el marcador o tener un jugador expulsado- para empezar a hacer lo que mejor sabe: quitar la pelota rápido, tocar en velocidad, desmarcarse, tirar paredes.
El partido de este miércoles, ante Gálvez, es fundamental, aunque no decisivo para alcanzar la final. Aún quedan salidas peligrosas a Chiclayo, Ayacucho y Chimbote, así como enfrentar a San Martín que no es, ni por asomo, pan comido.
¿Lo mejor? La ‘U’ sigue dependiendo de sí mismo. Y está, como dice el hashtag, #cadavezmascerca. Hinchemos para que se alcance el objetivo.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.