Adiós Libertadores
Esta seguidilla de fracasos que acompaña a Universitario desde el inicio de esta temporada no es producto de la fatalidad, una fulminante maldición gitana o una extraña conjunción astral. Rachas como esta no surgen por generación espontánea. Simplemente son consecuencia de una sucesión de decisiones equivocadas, tontas, que van camino a edificar un papelón elefantiásico, esos que no se olvidan jamás.
El campeón, lo sabemos todos, tiene un plantel joven, con potencial, aunque repleto de falencias. Fue el mejor de un torneo irregular, mal estructurado, que tiene como rasgo común un rigor futbolístico inferior al que se practica más allá de sus fronteras.
Sufrió, además, la partida de un jugador fundamental en el engranaje ofensivo (Guastavino), otro que lo fue en los partidos finales (Fernández), así como de dos veteranos que si bien no rindieron a plenitud, tenían un valor simbólico difícil de reemplazar (Galliquio y Ximénez).
No voy a descubrir las bondades de Guastavino. Tampoco voy a caer en el facilismo de afirmar que las partidas de Galliquio y Fernández constituyeron un craso error. Ambos fueron de los jugadores más criticados del 2013, en particular el primero, cuyo declive futbolístico se acentuaba partido a partido. En el caso de Ximénez, si bien es dueño de un carisma insustituible, era evidente que no estaba en los planes del técnico, aunque sigo pensando que su experiencia habría ayudado en partidos complicados por su habilidad para retener la pelota y mantener ocupados a los defensas contrarios.
En tales circunstancias, la preparación para la Libertadores no dejaba mucho margen para el error. Era imprescindible realizar una planificación muy fina, con partidos de preparación adecuados y refuerzos en posiciones cruciales para el andar del equipo (la defensa central, la volante ofensiva y el ataque).
¿Qué se hizo? No se pactaron los amistosos necesarios (uno de ellos, el clásico, se armó sobre la marcha), los refuerzos llegaron tarde (Soto no ha jugado un solo partido oficial; sin embargo, estuvo entre los viajeros a La Paz), se trajeron jugadores de segunda (aunque no son malos prospectos, Martínez y Dalton no jugaron en Primera el 2013) y no se eligió bien. Insisto: ¿Por qué dos centrales? ¿Por qué no se buscó un jugador de las características del ‘Guasta’? ¿Es que acaso no se sabía que García jugaba de otra manera?
No esperaba que la ‘U’ fuera candidato al título de la Libertadores. Ese es un absurdo de marca mayor, propio de quienes olvidan en qué lugar se encuentra el fútbol peruano en el ámbito sudamericano. Si esperaba, por lo menos, que la idea de juego que tanto le costó imponer a Comizzo en la temporada pasada se reflejara en la cancha. Quería, en suma, que la crema jugara con cierta cohesión y, por supuesto, que muera en la suya. Nada de eso hemos visto en estos seis partidos.
Si no se pudo vencer a un equipo tan modesto como The Strongest (lo que dice mucho de nuestro nivel actual), ¿qué podemos esperar para lo que viene en la Copa?
Los fanáticos de las matemáticas que sigan en lo suyo. Por lo que ha mostrado futbolísticamente, estoy convencido de que la ‘U’ ya no tiene opciones en esta Libertadores.
Claro, esto es fútbol, cualquier cosa puede suceder, dirán algunos, olvidando que el hecho mismo de quedar a la espera de un milagro explica la dimensión de la caída sufrida por el equipo de Comizzo.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.