De campeón a equipo del montón
En solo dos meses, el campeón peruano se ha transformado en un equipo del montón. Dar dos pases seguidos parece un acto de heroísmo, disparar al arco contrario tiene ribetes de proeza. Los héroes de la estrella 26 son fantasmas desconcertados que vagan por el campo como si huyeran de su glorioso pasado. Mientras tanto, desde la tribuna, la hinchada observa con desesperación y rabia cómo sus ilusiones se diluyen, cómo el once que hace tan poco les hizo hinchar el pecho de orgullo, languidece con prisa, se hunde en la medianía, agoniza sin remedio.
La ‘U’ no solo entristece, también apena. La derrota ante Vallejo demostró que los errores se acentúan y las respuestas no aparecen. La impotencia mina el equilibrio emocional y provoca que se sucedan situaciones que lindan con el ridículo como la tonta expulsión de Olascuaga o el error increíble de Ruidíaz en el penal.
No hay un líder en la cancha y los gritos de Comizzo se estrellan contra la coraza de la mediocridad. El campeón clama a gritos por medio kilo de ideas. Posesión sin gol es sinónimo de intrascendencia y la crema no encuentra la vacuna.
El equipo no extraña a Guastavino, sino a alguien que juegue como él. En otras palabras, un jugador distinto, que los ilumine con un enganche o un disparo de larga distancia. ¿Ruidíaz? El Chato es, sobre todo, un definidor. Su sequía de goles en la temporada lo explica: no tiene quién lo asista. Es por ello que lo vemos más lejos del área que dentro de ella, buscando la pelota, tratando de armar una jugada, disfrazándose del ’10′ que, entendámoslo, no es.
Luis García no tiene la explosión del ‘Guasta’, juega a otro kilometraje, con pausa, a veces excesiva. Por ahí va Christofer, quien peligrosamente ha empezado a caminar por la ruta emprendida por tantas otras promesas truncas. El ‘Si tu quisieras’ es una chapa que le cae a pelo.
Imagino que muchos dirán que los ’10′ están en camino a la extinción, que hoy se privilegia lo colectivo, que no puede dependerse de un solo jugador. Estoy completamente de acuerdo con ello. Pero el juego de la ‘U’ es tan previsible ofensivamente que sin un jugador de estas características, muere en la intrascendencia.
El campeón está pagando caro la mala lectura de sus necesidades y, amarrado a ello, la mala elección de sus refuerzos. Creo que Luna, Martínez y Dalton no han venido a robar y, al menos en el torneo local, no lo van a hacer mal (no he visto a Soto, así que no puedo opinar). El problema es que en lugar de traer tres defensas (Luna es más marcador que volante), se debió buscar a un mediocampista ofensivo, el gran talón de Aquiles desde la temporada pasada. Tirar todos los dados a Canchita, García y Rainer fue un error que se evidencia en cada partido.
No han sido pocos los errores de planificación: los refuerzos llegaron tarde y no se programaron adecuadamente los partidos de preparación. El Clásico fue un riesgo innecesario que, por suerte, no dejó lesionados ni otros problemas.
Comizzo reclama comprensión, paciencia y pide que recordemos que el año pasado el equipo también demoró en armarse. Olvida que esta vez las obligaciones son mayores -la Libertadores, defender el campeonato-, así que es absurdo buscar excusas. Nadie le pide aspirar a un título internacional, sí mostrar un equipo con un estilo de juego, cierta cohesión o que, para ser crudos, sea capaz de dar tres pases seguidos.
Pese a todo, sería un error monstruoso que la AT hiciera eco a las voces que empiezan a escucharse en contra de la continuidad del artífice de la corona del 2013. Comizzo ha armado un cuadro joven, integrado por jugadores con potencial, lo que aún le brinda crédito para seguir adelante. La seriedad institucional no implica únicamente ser austero en el presupuesto o pagar a tiempo planillas y proveedores, significa también respetar procesos. El torneo del año pasado se obtuvo justamente con ello, porque en el peor momento, la AT sostuvo al técnico. Lo mismo debe ocurrir ahora.
¿Hay posibilidades de salir de este bache? Si la ‘U’ marcó diferencias el año pasado fue por su velocidad tanto para la recuperación del balón como para salir al ataque. Hoy necesita volver a jugar de esa manera, con y sin la pelota. Aunque en el nivel internacional ello no se va expresar en superioridad, le permitirá dar pelea. Y la crema debe morir en lo suyo, luchar con sus armas hasta el final.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.
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