¿Ha mejorado la 'U' con Chemo?
La respuesta tendría que ser simple, pero el rechazo que genera la figura de José del Solar genera todo tipo de aderezos, así que intentemos ir al aspecto puramente futbolístico.
¿Ha mejorado la ‘U’ con Chemo?
Si la última imagen del equipo es el esperpento que heredó tras la partida -¿o habrá que llamarla huída?- de Comizzo, por supuesto que sí.
El equipo ha recuperado cierto orden y actitud. Con Flores ha ganado velocidad e ingenio en el último tramo. De contra, con espacios, resulta peligroso, aunque sigue lejos de ser contundente, de infundir el temor de un once campeón.
Si vamos un poco más atrás y nos remitimos al cuadro que ganó el campeonato en Huancayo, por supuesto que no. Esa ‘U’, pese a todas sus deficiencias, tenía un funcionamiento definido y un jugador como Guastavino capaz de cambiar el destino de un partido de entrecasa. De cómo ese maravillosa ilusión se destruyó hemos hablado ya varias veces, así que insistir por ese camino no vale la pena.
Decía en un post anterior que Universitario necesitaba una reconstrucción, un reformateo. Y que el problema no solo era futbolístico y físico, sino mental. Además de jugar como Chemo quiere, necesita recuperar la confianza en sí mismo, y para ello la labor de persuasión que ejerza el cuerpo técnico es fundamental. En este sentido, la presencia de gente identificada con el club como Chumpitaz, Ibáñez, Pajuelo, Bernales y Manera, más allá de sus cualidades profesionales, fue una alternativa correcta para tratar de salir del hoyo anímico.
Pero sin triunfos es imposible ganar confianza, por eso es tan importante la victoria en Arequipa. Más allá de cómo se consiguió, sirve para descomprimir el estrés acumulado durante 18 partidos. Además, Melgar es un cuadro compacto, complicado, con filo para hacer daño en casa o de visita. Y tiene en el banco un técnico que, a diferencia de muchos otros en el país, la tiene clarita.
Como cualquier líder que se hace cargo de un nuevo grupo, Del Solar necesitaba asentarse en gente de confianza, de ahí la inclusión de jugadores resistidos por la hinchada, pero cercanos a él como Miguel Torres, o su apuesta en la zaga por una pareja joven, aunque desigual, como Duarte-Schuller.
En cuanto al sistema, mantiene su idea de siempre. Es clásico para defender -cuatro atrás y un doble 5- y para el ataque hay una clara apuesta por la creatividad al juntar a Canchita con Flores. El problema es que como intenta jugar con tres detrás del punta (Ruidíaz), Christofer debe correrse sobre la izquierda, lo que le resta recorrido y punche por esa banda. Por eso insistió tanto con Gómez, el único jugador con ida y vuelta por ese sector.
La ‘U’ intenta ser un equipo de transición rápida de atrás hacia adelante. Aunque la presencia de Miguel señale la intención de abrir la cancha por derecha, el juego termina centralizándose porque Canchita no siente su papel como falso extremo y Edison, aunque más libre, cuando engancha lo hace también hacia el centro, lo que le facilita el trabajo a los defensores rivales.
El gran problema, sin embargo, sigue estando atrás. La obsesión por recuperar el balón con rapidez que tan bien funcionó con Reynoso y se recuperó con Comizzo se ha perdido o ya no se realiza con la intensidad de otrora, acaso por razones físicas. Esto provoca que el peso del ataque rival recaiga sobre los mediocentros y como estos no se dan abasto, atrás se sufre demasiado. A ello se suma el mal momento de Chávez -acaso sea momento de insistir con Dalton o sacar del exilio a Luna- y la insistencia de Chemo por Aguirre, muy crudo aún.
Carvallo fue el salvador del equipo en Arequipa, pese a que tuvo también algunos errores, motivados quizá por la poca seguridad que le brinda su bloque defensivo. Desespera apreciar cómo cada centro al área es un martirio por la poca movilidad de los centrales y de aquellos que tienen la misión de marcar a los atacantes rivales.
Además de fortalecerse mentalmente, la ‘U’ necesita sumar jerarquía. Y no puede equivocarse más. En los últimos días se ha hablado de la intención de incorporar a Germán Alemanno, un delantero muy efectivo que estaría a punto de convertirse en peruano, lo cual sería beneficioso ya que no ocuparía una plaza de extranjero. Sin embargo, ha trascendido que se iría a Cristal apenas reciba su DNI.
La posibilidad de recuperar a Diego Guastavino existe, aunque el presidente del Querétaro ha señalado que solo negociará con el club que quiera comprar su pase, lo cual complica su caso.
Asimismo, parecería estar cerca el regreso de John Galliquio, el cual se concretaría a mediados de año. Se dice que, además de razones futbolísticas (¿?), se lo quiere por lo que suma en la interna del plantel.
De acuerdo con las bases, solo se puede incorporar dos extranjeros a partir de agosto tras prescindir de igual número de foráneos que estén en la planilla. ¿Quiénes deben irse? Por lo visto, entre Soto, Luna y Martínez se definirán las cosas. ¿Qué necesita la crema? Un 9 y un 10.
¿Hay posibilidades de salir adelante? Por ahora, el objetivo principal debe ser salvar los muebles. Universitario necesita sumar los puntos que pueda en el Torneo del Inca porque si queda último, empezará el Apertura con tres unidades menos. Luego, necesita creérsela y reforzarse; de lo contrario, la posibilidad de terminar el año peleando el descenso no es lejana.
¿Qué permite soñar en que se puede salir de este pésimo momento?
Dos razones: la calidad de Edison Flores, un jugador capaz de hacer la diferencia en el medio local, y la mediocridad del campeonato criollo. Hay torneos en que cualquiera puede ganarle a cualquiera por la enorme calidad de sus equipos. Aquí sucede lo primero pero por otra razón: la mayoría se ha emparejado hacia abajo.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.
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