Ser de Universitario
Hace unos días entrevisté a Andrés Burgo, un periodista argentino que ha escrito una crónica maravillosa sobre el Argentina-Inglaterra de México 1986, llamada “El partido”. Es un relato vivo, vigoroso, construido con una minuciosidad que avasalla y causa admiración a la vez. Cuando le pregunté si era su mejor libro, me dijo que desde el punto de vista periodístico, sí, pero desde el emocional, no. Andrés es hincha de River Plate y cuando los millonarios descendieron de categoría, en el 2011, escribió “Ser de River”. “Soy más hincha de mi equipo que de mi selección”, dijo.
No creo que sea solo su caso. Me he topado con varios buenos amigos que me han dicho lo mismo. En Copas Libertadores no ha faltado quien ha hinchado por un club del exterior cuando enfrentaba a un peruano. “Yo soy hincha de (…), eso de la solidaridad por ser del mismo país no va conmigo”, decían.
Ser hincha de un equipo es algo demasiado importante para desdeñarlo. Se puede cambiar de pareja, religión y hasta de nacionalidad, pero muy pocos cambian de club. Es un sello imborrable que queda grabado por alguna circunstancia: un triunfo, un jugador, alguna coincidencia feliz e, incluso, una derrota.
Y eso es lo bravo: el hincha lo es no solo en las buenas, sino también en las malas. Aguantar esos partidos horrorosos, esos jugadores imposibles que provocan resetearlos de la memoria, es difícil. Provoca no salir de la casa hasta el siguiente domingo.
Yo, como saben quienes leen este blog desde hace siete años, me hice hincha de la ‘U’ a inicios de los setenta. Fue, quizás, la etapa más hermosa que ha tenido el club en sus 92 años de vida. Creo que nunca ha tenido un plantel tan nutrido de estrellas como en aquella época. Repasemos algunos: Chumpitaz, Chale, Cruzado, Nicolás Fuentes, José Fernández, Ángel Uribe, Percy Rojas, Casaretto, Muñante, Soria, Oblitas, Cachito, Baileti, Cuéllar, el Panadero Díaz, J.J. Oré, Ballesteros, Techera y otros tantos más. Pero hubo un momento en que el club entró en crisis, se quedó sin esos jugadores maravillosos y tuvo que recurrir a futbolistas de segundo orden, algunos salidos de sus canteras o de clubes modestos. Salvo Germán Leguía, parte de mi niñez y adolescencia la pasé viendo salir a la cancha a jóvenes empeñosos, deseosos de ganarse un lugar en la historia de la ‘U’, pero sin la estatura necesaria para vestir la camiseta del más grande del país.
En días como estos en que solemos recordar momentos alegres, plenos de emoción, hagamos un ejercicio al revés: recordemos esos equipos que nos amargaron la tarde, que provocaron que fuéramos buleados sin compasión en el colegio, la universidad o el trabajo. Esos que nos hicieron rabiar de impotencia y, seguramente en más de un caso, dudar de ese juramento de amor que hicimos cuando elegimos que Universitario sea el dueño de nuestro corazón.
Equipos que, a pesar de sus errores y de su modestia, hicieron también que nuestro vínculo con la crema no se quebrara, se volviera incorruptible. Porque a la ‘U’ hay que quererla siempre, en las buenas y en las malas.
Aquí mi breve repaso:
Equipo de 1976: Zuloaga, Trigueros, Navarro, Díaz, Toyco y ‘Papelito’ Cáceres (parados); Del Águila, Párraga, Aparicio, Zevallos y Oré. Pese a todo, fueron cuartos, a tres puntos de Huaral y Boys que empataron el primer lugar. El tercero fue Aurich.
El año del infausto 1-6 a manos de Alianza. Están Trigueros, Chale, Cuéllar, Rubiños, Navarro, Díaz (parados); Gómez, Zuloaga, Pichicho, Vílchez y Zevallos.
1980: Bustamante, Cuéllar, Valderrama, Eugenio y García (Parados); Gastulo, Rebatta, José Cañamero, Freddy Cañamero, Echeandía y Elías (hincados). Este equipo fue noveno de 16 (los cuatro últimos jugaron una liguilla por el descenso). Solo ganó seis partidos. Falta Leguía. Fue el último año de Chale.
Ustedes deben tener sus propios recuerdos ingratos, probablemente de equipos más cercanos, como los inmediatamente posteriores al campeón del Apertura del 2002 o los que nos pusieron cerca de la baja en tiempos recientes. Cada quien es dueño de su historia. ¿Qué nos une? El amor indestructible por el mismo club.
¡Feliz aniversario, cremas!
Bonus track:
Hace dos años, como parte de las celebraciones por el 90 aniversario, elcomercio.pe puso en línea esta aplicación para armar el equipo ideal de Universitario de todos los tiempos. Faltan nombres, pero el ejercicio es sumamente divertido. Lo pueden encontrar aquí.