¿Dar el Lolo en concesión? ¿Por qué no?
Globo de ensayo, cortina de humo para tapar el objetivo mayor (la venta de Campo Mar) o deseo sincero. La nueva administración de Universitario de Deportes anunció que no solo pretende usar Campo Mar para pagar la millonaria deuda del club, sino que quiere darle un uso comercial al Lolo Fernández, sin perder su propiedad.
En entrevista al diario “Gestión” [citada por "Perú 21"]. Carlos Alberto Moreno señaló: “Nuestra idea es levantar la carga legal para que el bien tenga el mayor valor posible, y sobre esa base el club tenga un mejor patrimonio. Así, el estadio Lolo Fernández se convertiría en un centro comercial como concesión, como ocurre con Plaza San Miguel, propiedad de la Universidad Católica del Perú”.
La idea no es nueva. Es más, en los estertores de la administración de Rocío Chávez y Ayar López Cano se planteó convertir el Lolo en un complejo multiusos que incluyera un estadio para 35 mil espectadores y un centro comercial (Cómo diablos iban a meter todo eso en un terreno tan pequeño es algo que la parejita nunca supo explicar).
El ‘Lolo’ de Rocío y Ayar.
DOSCIENTOS TRAUCOS
La situación económica de Universitario es dramática, por eso le urge generar ingresos. Según “Semana Económica”, al 13 de setiembre de este año la deuda concursal alcanzaba los 374,3 millones de soles, lo que al cambio significa unos 110 millones de dólares. Para esos hinchas que creen que una suma de ese nivel se puede pagar pasando alcancías por las tribunas o jugando partidos amistosos, les recuerdo que solo para iniciar la reconstrucción de Pisco, tras el terremoto del 2007, el Gobierno calculaba que necesitaba 100 millones de dólares. Y el pase de Paul Pogba al Manchester United costó un poquito más: 120 millones de dólares.
Según Transfermarkt, el pase de Miguel Trauco, el mejor jugador de la plantilla actual, está tasado en apenas 500 mil euros (unos 545 mil dólares). El club necesitaría unos 200 Traucos para pagar todo lo que debe.
En las circunstancias en que está la ‘U’, desprenderse de sus activos es una necesidad. Quienes siguen este blog, saben que he escrito sobre esto en más de una oportunidad. Descartada la venta del Monumental porque los edificios perimetrales pertenecen a los palquistas, las opciones se reducen a Campo Mar y al Lolo. En el primer caso son 52 hectáreas cuyo valor comercial puede superar largamente el monto de la deuda. Hace unos días, el alcalde de Lurín, José Arakaki, señaló en “Gestión” que el precio del metro cuadrado en su distrito alcanza los 1,000 dólares.
Cerca del club de playa crema no solo hay lugares de esparcimiento, sino un outlet y un condominio, así que la demanda aparentemente está asegurada. ¿Qué falta? Cambiar la zonificación del terreno -resulta asombroso que no se haya podido hacer este trámite, pese a que hace años que se habla del tema- y efectuar una tasación adecuada.
En el caso del Lolo hay, como señala Moreno, cargas legales que superar. En principio, el terreno se entregó bajo la condición de que tenga un uso exclusivamente deportivo. Luego se dio la ley 30064 (en el 2013) que permitía entregarlo al Estado como pago por deuda tributaria. El valor del terreno es insuficiente, así que esta última alternativa está descartada.
Como era de esperarse, algunos hinchas han empezado a lamentarse ante estas dos posibilidades. “El patrimonio del club no se puede vender”, “El Lolo es parte de nuestra historia”, “Allí jugó Lolo Fernández”, “¿Y las tribunas de madera que eran del viejo Estadio Nacional? ¿Qué va a pasar con ellas?”, dicen, como una triste letanía.
“Toditito para mí”.
Estos reclamos lastimeros los hemos escuchado innumerables veces. Cuando Alfredo González presidía Universitario, la deuda tributaria alcanzaba apenas los 6 millones de dólares. Por esos años, el empresario mexicano Jorge Vergara -dueño de la multinacional Herbalife y del Chivas de Guadalajara- intentó comprar la institución. El proyecto no se concretó por la oposición de un grupo de socios e hinchas bajo el grito de que la ‘U’ no se vendía, que era un sentimiento y otros demagógicos etcéteras más, que González y sus adláteres de turno apoyaron con singular pasión.
El mexicano Jorge Vergara.
Ya por ese entonces la situación institucional era precaria, pese a que el tamaño de la deuda tributaria era minúsculo si lo comparamos con el de hoy. Según “Semana Económica”, cuando González dejó la presidencia, en caja había apenas 12 soles.
En el 2001, Real Madrid arrastraba una deuda equivalente a unos 200 millones de euros. En una operación controvertida, el club presidido ya por Florentino Pérez vendió los terrenos de su ciudad deportiva en la zona de Paseo de la Castellana, en la capital española, a unos 495 millones de euros. Así pudo sanear la institución y consolidar su poderío.
¿Es duro desprenderse de algo que se quiere, que ha sido parte de uno por tantos años? Así es. Pero cuando los ingresos y los ahorros no alcanzan para pagar lo que se debe, hay que recurrir a lo que se tiene a mano para no desaparecer. Unos venden su auto, otros su casa o buscan en el armario las joyas de la abuelita. En el caso de la ‘U’, esa joya es Campo Mar y el Lolo puede repotenciarse para generar una renta sin perder su propiedad. ¿Por qué no hacerlo? El romanticismo es un acompañante fiel, un efectivo masajeador de la autoestima, pero no paga facturas ni da de comer. Si alguien conoce otra opción para sanear a la institución, que la diga. Yo, al menos, no veo otra salida.
Lo que sí sería desastroso es que después de este tortuoso proceso, Universitario vuelva a caer en manos de inescrupulosos, como esos que lo destruyeron mientras besaban la camiseta que tanto decían querer. Ahí sí, sería el final definitivo. Ya no habría Campo Mar ni Lolo que lo salve.
El destino
Como a muchos de ustedes, me parece peligrosísimo que la crema haya caído en manos de Gremco, pero como adelanté a través de la cuenta del blog en Facebook, el Gobierno tomó la decisión de resolver el tema de los clubes de fútbol bajo procesos concursales y la Sunat tuvo que dar su brazo a torcer. La constructora del Monumental desea recuperar su dinero rápidamente y bajo esa condición se nombró a Consultoría de Finanzas Corporativas como nuevo administrador, que se ha propuesto sanear el club en no más de cuatro años.
La resistencia de los Leguía a entregar el mando es sospechosa, más aun si tenemos en cuenta que el Clásico está a la vuelta de la esquina y que estamos en época de renovaciones de contratos y venta de jugadores. ¿Por qué tanto interés en permanecer en la ‘U’? Por el bien de ellos y la institución deberían aclararlo de una vez por todas.
ACTUALIZACIÓN (27 de octubre del 2016, 6:22 p.m.)
Basado en el reporte que hiciera Colliers Internacional para la administración de los Leguía, “Semana Económica” señala que es mejor dar en concesión Campo Mar a 30 años y no vender. La deuda se pagaría en 12 años y a partir del año 13 el club recibiría una renta de 13,7 millones de dólares, unos dos millones de dólares más de lo que ingresa a sus arcas anualmente. Es decir, la ‘U’ tendría recibiría unos 25 millones de dólares al año, suficientes para su consolidación institucional y armar un equipo importante al menos en el ámbito sudamericano.
Lo mejor es que el club no perdería la propiedad de Campo Mar y al término de la concesión se quedaría con la infraestructura desarrollada.
¿Lo tomará en cuenta Carlos Alberto Moreno?