Universitario: que sea el inicio de algo nuevo
No recuerdo si me enteré escuchando “Ovación”, como lo hacía todas las noches, pero al día siguiente la noticia ya la tenía “La Mañana de El Veco”. Y allí conocí la dimensión de la desgracia. El 8 de diciembre de 1987, el avión con los chicos de Alianza de había estrellado en el mar de Ventanilla. Marcos, Escobar, ese magnífico volante que era José Casanova, Daniel Reyes, Tomassini… Era imposible, no había forma de creer que hubiera sucedido.
Por la noche, con mi papá y mi hermano, hicimos lo que otros miles: ir a Matute, recorrer sus graderías y sentarnos en Occidente, mientras mirábamos la cancha, incrédulos, en silencio, preguntándonos qué había pasado, por qué le había ocurrido a ellos.
Luego vino el drama del rescate, las historias, los cuentos -la pelota falsa que mostró Alejandro Guerrero en un programa- y la tristeza que, a pesar del tiempo, no se termina.
Y vino también una demostración de grandeza del hincha crema durante el homenaje que se hizo a las víctimas. Ver en una tribuna a gente de la ‘U’ gritando por Alianza, a ojos de nuestros tiempos, resulta surreal. Pero ocurrió. Su capacidad de solidarizarse con el rival, de hacer suyo su dolor, fue uno de los momentos más emocionantes de la historia del fútbol peruano.
No quiero imaginar qué sucedería si la ‘U’ tuviera la desgracia de sufrir una tragedia como la que hace 29 años partió el corazón del aliancismo o como la que hoy destroza el alma de los hinchas de Chapecoense. Parte de nuestras vidas se iría con ellos.
Este miércoles, Universitario tiene un partido muy bravo. Melgar es el equipo más compacto del torneo y, a pesar de sus arrebatos absurdos, tiene al técnico más cerebral del país. Aunque en estos tiempos la lógica suele abrirse paso en el planeta fútbol, la garra es un plus que le da aire a la esperanza crema, sobre todo en etapa de definiciones.
La ‘U’ carece de un equipo equilibrado, pero arriba con Trauco, Gómez, Guasta, Manicero, Rengifo y Polo afilados la capacidad de hacer daño está intacta. Esa contundencia debe aparecer para que el marcador sea claro y se pueda viajar a Arequipa con cierta tranquilidad.
Pero la noche abre también otra puerta: es la gran ocasión para mostrarle al mundo que la grandeza no solo se expresa en un campo de juego. El homenaje que se hará al Chapecoense antes del ‘U’-Melgar es el momento para hacerlo. Sacarse el estigma de la violencia es una tarea pendiente para un importante sector de la hinchada merengue. Respetar el minuto de silencio por los fallecidos en Antioquía debería ser el inicio de algo nuevo.
La solidaridad no es sinónimo de flaqueza, el respeto no significa estrechez. El hincha de Universitario debe entender que la matonería es la peor manera de expresar su amor por el club.
Empecemos desde hoy. No lo hagan solo por las víctimas, háganlo por la ‘U’ y ustedes mismos. Siempre se puede cambiar, siempre se puede ser mejor.