El libro chino de Alan García
La Casa Editorial El Pueblo, la misma que antaño publicó las obras maestras de Mao Zedong, Deng Xiaoping y Jiang Zemin -entre otros líderes chinos- acaba de organizar en Beijing el lanzamiento del último libro de Alan García, “Confucio y la Globalización. Comprender China y crecer con ella”.
La traducción fue encargada a Shen Qing, un ex embajador chino en Guyana, quien domina el español y terminó el trabajo en apenas tres meses. La edición del libro en chino se titula: “Confucianism and Globalization: 儒学与全球化” <Rúxué yǔ quánqiú huà>
“Acepté el desafío de traducir esta obra porque me provocó curiosidad que un occidental escribiera sobre Confucio. Este libro tiene una característica notable: usa conceptos occidentales para explicar el Confucianismo”, refiere el traductor. La versión en chino reemplazó a “Confucio” por “Confucianismo” en el título inglés-chino, por ser el término más apropiado.
La presentación se llevó a cabo en uno de los salones privados del Hotel Marriott de Beijing y asistieron alrededor de cien invitados especiales – principalmente funcionarios, catedráticos, ex diplomáticos chinos que sirvieron en América Latina, algunos poquísimos extranjeros, y los medios de comunicación de China.
Ante el público local, García afirmó que este era uno de los momentos más felices de su vida. Se excusó de no poder hablar chino (sí, esta vez no habló chino) y expuso, con un intérprete, las motivaciones que lo llevaron a escribir su libro que –según dijo- tiene profundas raíces en China.
“Desde niño tuve la intuición de pensar que en los hijos de los ciudadanos chinos había una interpretación del mundo diferente a la que nosotros recibimos”, destacó. Se refería a la comunidad tusan en el Perú, la cual despertó en él una serie de interrogantes que mucho después solo absolvieron los líderes chinos, mencionó.
En 1983, García llegó por primera vez a China y lo recibió la más alta dirigencia del partido. “Recuerdo con emoción cuando Deng Xiaoping explicaba cómo iba a ser China en los próximos 30 años”, rememoró. Además recalcó que “algunos reconocen con envidia el desarrollo de China que ha sido extraordinario”.
Para García, “Occidente se siente amenazado y tiene temor porque no entiende a China”. Considera que el problema no está en que China produce más, sino en comprender por qué produce más. Esto se debe –concluye- a “una forma de enseñanza y cultura que se nutre de las enseñanzas de Confucio”.
“Los occidentales tenemos un vicio de pensamiento: Creemos que el pensamiento occidental es el pensamiento humano y que todos los pueblos terminarán pensando como los occidentales y ese es el error”, opinó ante un público complacido por escuchar lo que siempre sueña con oír.
“Nosotros discutimos entre el “be or not to be” pero los chinos “están siendo” en su propia realidad”, reflexionó en voz alta. Y no contento, remató: “La forma de ser china, le da ventaja a la forma de ser occidental”. El más feliz era el traductor que -así como en las óperas chinas- entonaba cada vez mejor, cuando traducía al chino los elogios de García.
Rodeada por una audiencia mayoritariamente oriental, me preguntaba si los occidentales en realidad somos tan malvados como nos pinta García. En la relación Occidente-Oriente, poco sirve insistir en el “vs.”, es necesario construir el “y”. Sigo creyendo que el mundo tiene que aprender de China, pero también, que China tiene que aprender del mundo. Buda aconsejaba el equilibrio.
Finalmente, -y después de abordar otros temas- García anunció su conclusión: China continuará creciendo en el mundo. “Muchos creen que China se detendrá como consecuencia de conflictos, y no se dan cuenta que el conflicto ya los tienen ellos, porque no tienen elementos integradores del pensamiento chino. Antes que el pensamiento de Occidente penetre a China, el pensamiento chino habrá ingresado a Occidente”, profetizó.
Como despedida, el ex presidente peruano aseguró que para alcanzar el éxito en su gobierno, él se inspiró en “el pensamiento chino, Confucio y Deng Xiaoping”. “Todo lo hicimos con ayuda de China y del gobierno chino”, señaló agradecido.
Y cerró con la mejor de todas la frases, “tengan en mí al mejor amigo que China puede tener en América Latina”. Xie xie”.
Esto último, significa “gracias”.