Los mitos del invierno
Conversar con la doctora Patricia García, jefa del Instituto Nacional de Salud (INS), fue muy revelador para mí. Por fin conseguí una justificación científica que respalda mis ganas de comer un helado en pleno invierno, querer dormir sin medias, o acostarme con el cabello mojado. “El frío no enferma”, se encargó de recalcarme la doctora. En la conversación me aclaró muchos mitos que se tienen sobre el invierno. Si quieres saber más sigue leyendo. Me dijo que el problema son los comportamientos de riesgo que la gente suele adoptar, debido a las condiciones del clima. Es decir, el frío no es el causante de las enfermedades, pero sí ayuda a que se den las condiciones necesarias para que los contagios sean más frecuentes.
O sea, los virus y las bacterias, que causan los resfríos y la gripe están todo el año, solo que durante el inverno –por las bajas temperaturas- la gente suele confinarse en ambientes cerrados, sin ventilación, lo cual es lo ideal para enfermarnos.
Mitos rotos
Yendo al grano, lo que me dijo la doctora sobre las creencias con respecto al invierno son las siguientes:
Sobre el abrigo: Es bueno abrigarse, pero solo lo suficiente para estar cómodo. Si uno suda cuando está abrigado, eso quiere decir que lo hemos hecho en exceso. Abrigarse lo suficiente permitirá a nuestro cuerpo tener una temperatura adecuada para soportar el frío. De esta manera no sentiremos la baja temperatura y nuestras defensas no bajarán.
Sobre el baño: No bañarse a diario en el invierno porque hace frío está mal. El baño diario es saludable. La frecuencia no debe disminuir. El horario del baño es indistinto. Bañarse en el día o en la noche no lo hace a uno más o menos susceptible a coger una enfermedad.
Acostarse con el cabello húmedo: Hacer esto no nos causará un resfrío. Probablemente, a las personas más susceptibles a la humedad les causará una congestión nasal a la mañana siguiente, pero no ocasionará un resfrío. Todo depende de la comodidad. No hay un respaldo científico que confirme o desmienta el peligro de este comportamiento.
Un heladito en invierno: El comer cosas heladas en invierno no nos va a predisponer a una infección en las vías respiratorias. Sino, hay que ver cómo en otros países, donde hay temperaturas más bajas, se venden cosas heladas durante todo el año. La doctora repite que todo debe estar relacionado con la comodidad de la persona.
No abrir las ventanas: Sabemos que es muy rico amanecer en un ambiente caliente durante una mañana fría de invierno, o quizás que esos aires criminales no nos perforen los pulmones cuando vamos en el micro. Sin embargo, mantener los ambientes cerrados solo favorecen a que si alguien tiene una gripe o un resfrío el virus o bacteria se pueda diseminar. Es necesario ventilar las habitaciones por lo menos un par de veces al día y cuando vaya en un micro o una combi siempre procure –en la medida de lo posible- tener una ventana abierta para promover la circulación del aire.
Las sopas y las bebidas calientes: Las mamás y las abuelas siempre recomiendan sopitas, cafecitos y tecitos para calentar el cuerpo. Sin embargo, esas bebidas son muy abundantes en agua y poco nutritivas. Mafalda tenía razón. Lo mejor para que nuestros cuerpos sean más resistentes a las enfermedades relacionadas con el invierno es mantener una dieta sana, muy rica en vegetales, principalmente que cuenten con vitamina C y Zinc. De esta manera, nuestro organismo contará con todos los elementos necesarios para reforzar nuestras defensas. Los suplementos vitamínicos también son recomendables, pero hay algo que debe quedar muy en claro: NO EXISTE UNA RECETA M