Su gran sonrisa no se apaga aun cuando tiene que pensar en esas cicatrices que se muestran en sus ambos pies. Es que Ana Karina Méndez (23 años) encuentra en esas marcas la motivación para seguir balanceándose sobre las barras, mientras estudia su carrera y hace sus prácticas profesionales.
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“Son mi motivación”, nos dice y no tiene dramas de hablar sobre las dos veces que se rompió los tendones de Aquiles -de ambos pies- y del desgarro del supraespinoso. Son lesiones que la gimnasia le ha puesto en su camino para ahora demostrarse a sí misma que luchar hasta el final es su gran virtud.
Olímpica en Naijing 2014, no pudo concretar otros sueños deportivos por las lesiones, sin embargo, tuvo una segunda oportunidad. La rotura del tendón de Aquiles del pie derecho la dejó sin competir en Lima 2019 y esa desazón hizo que hoy vuelva por más. “No quería que una lesión me retire”, nos comenta.
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Fue a los Bolivarianos con la idea de aportar al equipo femenino -que consiguió medalla de plata-, pero ella regresó con dos oros individuales en saltos y acumulado. “Significan que todavía tengo para dar más. Me llena de la confianza que me estaba faltando”, explica y claro, ve París ya no solo como un sueño: “Ya no es tan lejana a mi realidad”.
Está por terminar sus estudios de psicología y a la vez hace prácticas en el colegio donde estudió. A ese trabajo, le roba algunas horas para correr a la Videna y entrenar al mando de Palmiro del Solar. Ahí, se junta con el equipo nacional para ensayar sus rutinas.
Para Palmiro, la gimnasia está pasando un excelente momento y espera que las decisiones que se tomen en la Federación de Gimnasia sirvan para unificar los criterios de trabajo en todo el equipo, además de encontrar el apoyo económico que siempre es necesario. Se sabe que parte del equipo nacional tuvo que cubrir sus propios gastos para poder viajar a Valledupar.
Pese a todo ello, ahora, ya están mentalizados en lo que será el Panamericano de Gimnasia en Brasil en una semana. Viajarán Fabiola Díaz y se espera poder concretar que Ana Karina también vaya luego de los buenos resultados en los Bolivarianos. Este certamen clasificar al Mundial de Liverpool de octubre, donde ya se empiezan a repartir cupos para París 2024.
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El reto olímpico
La gimnasia regresó de Valledupar con seis medallas, tres de oro. La tercera dorada fue en salto gracias a Edward Gonzales, un chico de 18 años que afrontaba su primer torneo en la categoría absoluta. Un muchacho de risa fácil, pero quien también hace un nudo en la garganta al recordar que tuvo que dejar su natal Trujillo en el 2020 para venir a Lima a estudiar y mejorar su gimnasia porque “acá hay mejores elementos” para su entrenamiento.
Estudia comunicaciones y marketing, pero la gimnasia es su forma de vida. “No puedo estar un día sin entrenar”, nos dice. En la capital recibió el apoyo de una tía que lo acogió en su casa, pero sus mejores momentos los pasa en el polideportivo 1 de la Videna donde entrena con el equipo nacional.
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Él carga con el reto de convertirse en el primer peruano en llegar a unos Juegos. “Estos son los primeros pasos para cumplir ese sueño”, asegura, y sus pasos son firmes, como la gimnasia obliga. En una semana él también viajará a Brasil para los Panamericanos. Sabe que el mundial es la cita que reúne a los mejores y quiere ver su nombre en esa lista.
Ariana Orrego abrió las puertas olímpicas con su clasificación a Río 2016 y Tokio 2020 y ahora ellos se inspiran en ella para alcanzar lo mismo. “Ahora quiero lo mismo y me estoy esforzando para esa meta”, sentencia. Compañeros como Luis Pizarro lo llaman ‘Pulpín’, y Edward ya está realizándose.