Videoconferencias, archivos compartidos en la nube, acceso remoto al escritorio o control de maquinarias desde el celular, son algunos de los términos que se han vuelto cotidianos estos días de aislamiento social, para evitar el contagio del coronavirus.
Se estima que menos del 30% de los trabajadores de grandes corporaciones estaban acostumbrados al teletrabajo, eso que ahora define su día a día. Un estudio de Mercer señala que, a raíz de esta crisis, el 60% de las compañías que operan en Latinoamérica están generando flexibilidad para trabajar desde casa, pero solo un 28% de ellas promovía habitualmente el teletrabajo.
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Las consecuencias de este cambio en la forma de trabajar van más allá de las clásicas quejas de distracciones (niños llorando, TV a todo volumen, etc.) y de los mayores riesgos de seguridad en una red con deficiencias en el servicio.
Lo más grave es que se traducen en una posible alza del desempleo, pues no solo hay muchas funciones que aún no son factibles de hacer en remoto, sino que las empresas medianas que hoy están sin poder operar, terminarán desvinculando a empleados temporales.
El 33%de los proyectos de teletrabajo fracasan porque no se tiene un track de gestión del cambio soportado por los directivos, sostiene Álex Morris, director de Xértica.
Alexander Schober, analista de DuckerFrontier, estima que el mercado laboral peruano tendrá un índice de desempleo arriba del 8% este año, cifra similar a la que se tuvo con la crisis financiera del 2009, siempre y cuando el PBI crezca 1,4%. En los estimados previos al coronavirus, la tasa de desempleo del 2020 estaba en 6,5% y el PBI con un 2,7% de alza. Para el 2021 se espera que llegue al 7,7%, pero no volverá al nivel pre-COVID-19.
¿Aliada o enemiga?
Al temor del contagio se suma el de los efectos económicos en la fuerza laboral, que la digitalización obligada de los procesos de negocios ha generado. La conciencia sobre la necesidad de iniciar la transformación digital ya era evidente antes del coronavirus –el 93% de las empresas lo considera importante y un 70% lleva dos años en ese sendero, según un estudio de RTM/Pad– pero no estábamos listos para ser 100% digitales.
Hugo Alegre Brousset, director de RTM, considera que este virus nos está enseñando que no estamos preparados y nos fuerza a aprender a tomar decisiones difíciles a tiempo. A la fuerza laboral le toca reconvertirse, añade, y reentrenarse en nuevas capacidades apoyadas en el uso de herramientas cada vez más inteligentes y autónomas.
El inevitable ‘shock’ laboral de la Industria 4.0 iba a llegar de todas maneras, pero ha sido adelantado por esta crisis, obligando a las empresas a reiventar procesos.
El 60% de las empresas han optado por dar flexibilidad para el teletrabajo en la región debido a la pandemia, según Mercer.
Varios estudios del World Economic Forum (WEF) han advertido ya sobre los efectos que el uso de la inteligencia artificial (IA) y la robótica generarán en el 50% del empleo, y un estudio de Frey y Osborne, dos profesores de Oxford, ha estimado que el 47% de los empleos actuales estarán en manos de los robots para el 2033, tal como cita Álex Morris, director país de Xértica.
Mientras las empresas nativas digitales han tomado esta crisis con la flexibilidad que las caracteriza, la mayoría de medianas empresas están empezando a librar su desafío de un cambio de ‘mindset’ para el mundo del trabajo, a una velocidad más lenta que en el ámbito personal, aclara Juan Pablo Sanguinetti, gerente de Whalecom Perú.
El problema va más allá de preparar la infraestructura para el elevado uso de las videoconferencias o de que se duplique el tráfico, como asegura Cisco que ha ocurrido desde que se inició esta emergencia, llegando incluso a picos de 22 veces la cantidad de tráfico en China durante la crisis, y de 4 a 5 veces el tráfico normal en Corea del Sur. El desafío es acostumbrar al personal a esta nueva realidad.
El panorama, empero, no es totalmente gris. Tal como sucedió con la llegada de la imprenta y las fábricas inglesas, desaparecen algunos oficios para surgir otros nuevos, destaca Sanguinetti.
Un estudio de DuckerFrontier para Microsoft señala que, si se aplica intensamente la inteligencia artificial, se puede elevar el volumen de trabajadores altamente calificados en todos los sectores productivos para el 2030: un 44% en lugar del 22% actual. El desafío hoy es formar a esos nuevos perfiles profesionales.
Un nuevo sendero a seguir
Hoy, aun cuando –según RTM– solo hay un 2% de empresas maduras en términos de transformación digital, ya existe un déficit de profesionales locales expertos en nuevas tecnologias –científicos de datos, por ejemplo– que requiere una reformulación del currículo en la academia.
Hugo Alegre, director de RTM, advierte que se debe trabajar en un reentrenamiento y capacitación de los jóvenes desde el colegio en nuevas habilidades como: creatividad, capacidad de multiculturalidad, tolerancia, flexibilidad y ética.
Además, se debe cubrir el déficit de profesionales en tecnología desde el colegio: la programación y base de electrónica deben enseñarse desde primaria, para que salgan de secundaria listos para ser científicos de datos,indica Víctor Murray, profesor de UTEC.
A nivel universitario, hace falta que más universidades se dediquen a la formación de mano de obra calificada en la tecnología actual, que es el gran déficit de la región. Estamos bastante bien en formación de gerentes con capacidad de gestión, pero eso no es suficiente, agrega el coordinador del Grupo de Investigación de Inteligencia Artificial de la PUCP, César Beltran.
El cambio tiene que ser cultural y abarcar a la academia, la empresa y al Estado, añade Carlos Huamán, director de DN Consultores. Además de ser evidente, con esta crisis, la necesidad de una infraestructura de banda ancha adecuada para el teletrabajo y la digitalización de procesos, se requiere un cambio en la forma de pensar del ciudadano acompañado de un ‘gobierno digital’.
En cuanto al marco legal, a primera instancia el teletrabajo está normado. Erick Iriarte, de Iriarte & Asociados, aclara que el problema de hoy con el teletrabajo no es crear leyes, porque estas existen, sino en clarificar el cumplimiento de las mismas, empezando por el personal.
La norma en sí es perfectible, agrega Felipe Gamboa, director de Innovación legal de Miranda & Amado, pues tal como está desincentiva a esta modalidad al imponer condiciones excesivas. Pero eso no basta, pues está pendiente el diseño de un marco normativo acorde a esas empresas 4.0, puntualiza Huamán.
La era de la robótica
- En el mundo ya existen robots capaces de realizar muchas profesiones humanas simples y complejas. Desde escribir un reporte o cocinar pasta hasta construir una casa, hacen de todo, pero todavía están lejos de masificarse en la región.
- Álex Morris, director país de Xértica, comenta que según la Federación Internacional de Robótica (IFR, por sus siglas en inglés), en el 2017 había 42.041 robots industriales en América Latina, lo cual refleja un crecimiento del 26% anual.
- Más de la mitad de dichos robots estaba en México (27.010). Le seguía Brasil con 12.373 y Argentina con 2.238. En Chile solo había 182 y apenas 48 en el Perú.
Sepa más: En el corto plazo, los expertos recomiendan a las empresas capacitar a sus empleados en temas de tecnología, no imponerlas, sino inculcarlas vía programas formativos. Esto le dará nuevas habilidades al trabajador y permitirá a la empresa estar preparada para los cambios. Estas capacitaciones pueden darse en escuelas ejecutivas o profesionales
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