La industria de alimentos y bebidas tiene aspectos que revisar en materia tecnológica. (Foto: Lucero del Castillo | GEC)
La industria de alimentos y bebidas tiene aspectos que revisar en materia tecnológica. (Foto: Lucero del Castillo | GEC)
/ LUCERO DEL CASTILLO

La cuarentena que el mundo ha adoptado para enfrentar al le ha otorgado un protagonismo más prominente al rol de la tecnología en los negocios.

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En el caso de las compañías de alimentos y bebidas, estas han aprovechado las ventajas de la fabricación inteligente y de la conectividad. En este contexto, Rockwell Automation ha identificado algunos retos en ciberseguridad que enfrenta esta industria en la actualidad.

El primer punto en la agenda es que las ciberamenazas no son un tema menor para este sector.

“Durante los últimos tres años, la industria de alimentos y bebidas ha sufrido algunos ataques que le han costado mucho”, dice Marcelo Sereno, gerente de Industria de Consumo para Latinoamérica de la compañía.

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Sostiene que uno de los principales desafíos de la industria es fortalecer sus capacidades y controles ligados a higiene cibernética.

“Es necesario que las compañías de alimentos y bebidas elaboren un inventario de los activos conectados en la planta, desarrollen programas que encaren las vulnerabilidades, y empleen mecanismos para el respaldo y la recuperación de todos los activos críticos”, apuntó Rockwell.

Además, este rubro necesita trabajar en la planificación frente al ciclo continuo de ataques. Sereno afirma que la industria deben implementar sistemas que monitoreen y detecten todo comportamiento de la red para reaccionar, ajustar el sistema y neutralizar las amenazas.

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La compañía también sugiere que las organizaciones desarrollen su seguridad partiendo de la idea de que cualquier punto individual de protección podría ser neutralizado por los atacantes; por lo que recomienda implementar una estrategia de defensa en profundidad, debido a que esta crea varias capas de protección mediante barreras físicas, electrónicas y procedimentales.

“Es clave que las organizaciones entiendan que la conectividad continua y los dispositivos inteligentes son los catalizadores de la fabricación inteligente, pero también pueden ser una puerta de entrada para nuevas amenazas de seguridad”, subrayó.

Rockwell recomendó que la seguridad se adopte de manera integral en la industria y que vaya desde la alta dirección hasta la planta. Además, debe contemplar todos los dispositivos, los riesgos para el personal, los procesos y las tecnologías que generan eficiencia en el negocio.

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