Dos jóvenes murieron electrocutados el domingo 15 de diciembre cuando realizaban labores de limpieza en el restaurante McDonald’s de Pueblo Libre (Foto: Renzo Salazar)
Dos jóvenes murieron electrocutados el domingo 15 de diciembre cuando realizaban labores de limpieza en el restaurante McDonald’s de Pueblo Libre (Foto: Renzo Salazar)
Eduardo Morón

Empecemos con un dato que nos pone en jaque: en el Perú la tasa de muertes por corresponde al de un país de ingresos bajos, no al de un país de ingresos medios altos, que es lo que somos. Esta dura realidad nos golpea en la cara cada día. Un día se presenta como la muerte de dos jóvenes en un restaurante de , como una decena de muertos al borde de una carretera, o unos muchachos que mueren carbonizados al trabajar encerrados en un container. Todos los días tenemos muertes por accidentes en las noticias. Todas estas muertes son evitables. Todas. Quisiera enfatizar que a pesar de que en todos los casos mencionados existe regulación que exige tomar acciones de prevención, muchas veces optamos por no hacerlo.

En esta reflexión quisiera entender por qué sucede esto y cómo se puede corregir. Una regulación que nos exige mucha prevención, pero que tiene pobre fiscalización o verificación de quien la impone no sirve de mucho. Hay dos maneras de corregir este problema: (1) poner los incentivos correctos a quien va a fiscalizar, (2) introducir incentivos para que quien debe hacer la prevención le importe hacerla. Es decir, alinear incentivos para que el resultado sea el que la sociedad quiere: evitar la mayor cantidad de muertes evitables.

¿Cuál es la indemnización que paga el Estado por la falta de diligencia de sus fiscalizadores? Cero. Es decir, si fallezco en un bus interprovincial que tiene GPS conectado a Sutrán y que iba a exceso de velocidad a vista y paciencia de la autoridad, la indemnización que reciben mis deudos del Estado es cero. ¿Qué sucedería si es que el fiscalizador estuviese obligado a pagar una indemnización si no ha sido diligente en forzar al fiscalizado a cumplir la regulación? Esto ya sucede, cuando, por ejemplo, el Gobierno impone a las empresas que contraten pólizas de seguros para trabajos considerados riesgosos. Como la obligación de pagar indemnizaciones se transfiere a las aseguradoras, son ellas las que gustosamente promueven mayores acciones de prevención en las empresas.

Otro ejemplo de cosas que ya se hacen en otros lados: en España, la regulación premia la prevención: las concesiones de carreteras en España se extienden más años automáticamente si es que el concesionario logra una reducción significativa en los accidentes fatales en su vía concesionada.

Es importante entender que habrá prevención solo si es que queda muy claro quién se hará responsable por los daños causados. ¿Por qué evito manejar por encima del límite de velocidad? La razón es simple: lo más probable es que el daño (muerte o lesión severa) será sobre mí mismo. En el lenguaje de los economistas, yo estoy internalizando el daño. Cuando el daño es causado sobre otros, para que yo esté dispuesto a ser precavido debe ocurrir que yo voy a terminar pagando los daños que ocasiono en otros. Si el monto de esos daños es bajo o tengo muchas opciones para evitar ser responsable con mi patrimonio, tenderé a ser menos precavido. ¿No será que nos cuesta muy poco la vida de un peruano lo que nos incentiva a tener un comportamiento tan poco prudente?

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