El analista político Erick Sablich, uno de los autores del libro “30-S, anatomía de una disolución”, consideró que la relación entre el Gobierno y el nuevo Congreso será definida por el número de curules que obtenga Fuerza Popular y otros partidos de oposición.
—¿Qué se debe esperar de esta elección al Parlamento que ha sido corta y no ha terminado de generar expectativa?
Lo que nos vienen diciendo las encuestas es que vamos a tener un Parlamento con seis u ocho bancadas, en el que no habrá una fuerza política predominante. Por ese lado, debería haber menos riesgos de confrontación con el Ejecutivo al no existir una fuerza hegemónica como Fuerza Popular. Y no se ve a figuras conocidas, con experiencia y con manejo de la dinámica parlamentaria; es difícil saber cómo va a comenzar a trabajar rápidamente el Congreso. También será interesante ver la dinámica que tendrá con el Ejecutivo.
—El 51%, de acuerdo a la encuesta de diciembre de El Comercio-Ipsos, aún no definía su voto. ¿Cuál es el peligro de que la apatía se imponga en el proceso electoral?
La apatía se ha impuesto. Prácticamente no hemos tenido una campaña, vamos a ir a votar sin mucha claridad; mucha gente no tiene idea aún por quién lo hará. Otras personas podrían optar por el voto en blanco o por ausentarse. No veo tampoco que este escenario represente un gran riesgo, porque [se elige] a un Congreso corto. Que la población no se sienta tan representada por los congresistas no sería tan grave como en circunstancias normales.
—¿Cuál debe ser la relación del Gobierno con el nuevo Congreso? ¿Esto dependerá del peso que tenga Fuerza Popular en este?
Sobre lo segundo estoy totalmente de acuerdo: la relación va a depender de la conformación del Parlamento, qué tanto peso tenga Fuerza Popular y, eventualmente, el Apra u otras bancadas que tengan una línea de confrontación. Y, además, del peso que pueda tener el Partido Morado, al que se le ve más cercano al oficialismo. La incógnita es qué posición tendrá Acción Popular, que hasta el momento lidera las encuestas. Del lado del Ejecutivo, me preocupan un poco las declaraciones del primer ministro Vicente Zeballos, en el sentido de que podría volver a usar la cuestión de confianza…
—Zeballos, en una entrevista en Canal N, afirmó que cabe la posibilidad de que el Gobierno use la cuestión de confianza para defender los decretos de urgencia. ¿Esto significa que el nuevo Parlamento no está exento de enfrentamientos con el Ejecutivo?
Espero que haya sido un exceso del primer ministro y que esa no sea la línea de conducta del Ejecutivo. El uso de la cuestión de confianza no debe normalizarse de esa manera y, por ello, es importante que el Tribunal Constitucional establezca en su sentencia algunos criterios básicos y restricciones para su utilización. A mí me han preocupado estas declaraciones [de Zeballos].
—Acción Popular lidera la intención de voto a pesar de no tener rostros conocidos en sus listas. ¿A qué se debe?
Efectivamente, [AP] no ha presentado candidatos muy conocidos, especialmente en Lima. [Su liderazgo en las encuestas] tiene que ver con su marca conocida y porque hay una asociación positiva, el recuerdo de [los expresidentes] Valentín Paniagua y Fernando Belaunde. Y como no ha sido gobierno en los últimos años, no tiene cuestionamientos por el Caso Lava Jato; no tiene líderes políticos que estén siendo investigados o afrontando procesos. No tiene esta vinculación con la corrupción que sí le afecta a otros partidos.
—¿El próximo Parlamento debe priorizar el nuevo paquete de reforma política que alista el Ejecutivo?
Está bien que el Ejecutivo presente proyectos de ley, que tenga una agenda y que ayude a que este Congreso inexperto, que contará con poco tiempo, tenga temas para ser discutidos. El Ejecutivo puede plantear una agenda, pero espero que no la imponga; que se planteen los temas de la reforma política y la reforma de justicia, pero el Parlamento debe discutir, revisar y realizar sus aportes porque esa es su función.
—¿El nuevo Congreso debe restaurar la bicameralidad?
Es una reforma interesante, pero no creo que por sí sola represente realmente un cambio del sistema hacia algo mejor. El Parlamento debe tomarse el tiempo para la reforma política. El último Congreso nos dejó la sensación de que un Senado pudiera haber ayudado a poner un poco más de reflexión y hubiera disminuido el tema de la confrontación.
—El Tribunal Constitucional, por mayoría, resolvió que la disolución del Congreso fue constitucional. ¿Cómo evalúa esta medida?
Viendo la conformación ideológica del TC era previsible que este iba a ser el resultado. Es un triunfo político para Martín Vizcarra, más allá de que haya sido una decisión dividida. Tres magistrados han considerado que la disolución ha sido inconstitucional. Lo que esperaría es que en la sentencia se establezcan ciertos límites y criterios para el uso de la cuestión de confianza. El TC ha abordado bien los excesos que puede haber del lado del Congreso, en el sentido de que puedan dar la confianza formalmente pero en los hechos la pueden negar. Un ejemplo, es lo que sucedió con la inmunidad parlamentaria. Pero no se han abordado los excesos que puede haber del lado del Ejecutivo. Para mí, [la decisión] es un precedente peligroso, porque existe el riesgo de que un futuro presidente abuse de la figura, interprete a su sano juicio que la cuestión de confianza ha sido negada y eso no me parece .
—El juez Víctor Zúñiga ha adelantado que espera pronunciarse el jueves 23 de enero, tres días antes de las elecciones, sobre el pedido de prisión preventiva contra Keiko Fujimori. ¿De qué manera puede afectar a FP la posible lectura del fallo?
La atención pública a este último proceso a Keiko Fujimori ha disminuido en la medida en que también ha disminuido su influencia política al no haber un Congreso dominado por Fuerza Popular. No creo que una decisión tan cercana a las elecciones vaya a tener un gran impacto. Quizá si el fallo es desfavorable, Fuerza Popular puede tratar de capitalizar políticamente la situación, en el sentido de decir que hay un abuso en contra de su lideresa. Pero no creo que vaya a tener un gran impacto en los resultados de las elecciones parlamentarias.