Mirada al piso, cuello inclinado, cuerpo hacia adelante. Las puertas de los colegios públicos y privados tienen un mismo panorama: escolares que cargan o arrastran mochilas pesadas. La historia se repite al ingresar y salir de las aulas, cinco días a la semana y durante los diez meses del año escolar. ¿Hay espalda que aguante?
No. Ni cuello, ni hombros, caderas, piernas o pies. “La mala postura afecta todo el cuerpo. Hasta la mordida. Cuando se adelanta la cabeza, el maxilar es jalado hacia atrás, lo que termina condicionando a que el niño use brackets en el futuro, pero todo empezó con una mochila con sobrepeso”, explica la Lic. Julieta Álvarez Arcos, terapeuta física.
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Y si empieza con una mochila pesada, se agudiza con el inadecuado uso del teléfono celular.
María Elena Yábar, médico-rehabilitadora del hospital Santa Rosa y vocera del Ministerio de Salud (Minsa) sobre el tema, sostiene que ambos factores han incrementado los problemas musculares en menores, así como de las desviaciones de columna conocidas como escoliosis y cifosis (joroba).
“Ahora es bastante frecuente ver a los escolares con dolor dorsal, de la cintura, el cuello, la nuca, hasta tienen tendinitis en los dedos por los celulares. También se ve una tendencia a la postura jorobada o cifosis postural en niños”, sostiene en diálogo con El Comercio.
Según datos del Instituto Nacional de Rehabilitación, solo durante el primer semestre del 2019, los trastornos posturales ocasionaron discapacidad en el 10.21% de niños atendidos, mientras que la cifra creció a 25.88% en el caso de adolescentes.
Si los problemas no se solucionan a tiempo, el dolor se acentúa con la edad. De hecho, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el dolor lumbar (dolor en la espalda baja) es la causa más frecuente de discapacidad en el mundo.
SUMA DE DOLORES
De acuerdo con la doctora Álvarez Arcos, con las mochilas no solo es el peso, sino también la forma de llevarlas y la combinación con otras malas prácticas relacionadas a la forma de sentarse, caminar, descansar y, por supuesto, utilizar el celular o la tablet.
Las afecciones empiezan con contracturas musculares y dolores en la espalda y zona lumbar (cintura). Sin embargo, la situación se complica en quien tiene predisposición para las desviaciones de la columna vertebral.
“La columna tiene sus propias curvaturas, pero cuando estas pasan determinados grados es cuando se acentúan las alteraciones posturales y se pueden identificar por un hombro más alto que otro, cabezas inclinadas, caderas a diferente altura. Si la escoliosis, por ejemplo, pasa de los 30% se produce afectación en la disposición del corazón, los pulmones y otros órganos”, enfatiza.
El cambio de hábitos es la solución en caso de dolores musculares leves; sin embargo, cuando estos son continuos e intensos, es necesaria la evaluación médica . El doctor Miguel Siccha, traumatólogo pediatra del Hospital Rebagliati, explica que los tratamientos para los problemas de columna varían de acuerdo a la intensidad del dolor o deformidad. Solo en casos graves se puede hablar de cirugías. “Si un niño presenta dolores cuando carga su mochila es un aviso. El dolor es un mecanismo que te avisa que algo no está bien”, indica.
LA CLAVE EN EL PESO Y DISTRIBUCIÓN
Sobre el uso de mochilas, los cambios para evitar males en la espalda y cuello son bastantes simples. Los especialistas consultados por este Diario coinciden en que se recomienda que lo que carga un niño no debe exceder el 10 o 15% de su peso corporal. Es decir, si pesa 30 kg, la mochila debe estar entre los 3 y 4.5 kg.
Otro factor importante, agrega Yábar, es distribuir la carga considerando lo más pesado pegado a la espalda y siempre utilizar ambos tirantes al llevar la mochila. Tener una mochila con los objetos distribuidos correctamente, con tiras acolchonadas y del tamaño perfecto no sirve de nada si todo el peso va a un solo hombro.
Las mochilas con ruedas (carry on) no son necesariamente lo más recomendable. “Si los niños jalan la maleta con el brazo muy estirado hacia atrás también se comprimen los músculos, los nervios, causando dolor”, agrega Álvarez.