En redes sociales, una página de Instagram está promocionando hongos que, según afirman, potencian la función cognitiva y la salud intestinal. También sugieren que estos productos promueven la creación de nuevas neuronas y mejoran la actividad cerebral. Sin embargo, varios usuarios y especialistas han puesto en duda si esto es realmente efectivo.
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La página en cuestión se llama GroundEd Superfoods y se presenta como comercializadora de alimentos funcionales. Entre sus productos se encuentra el “Lion’s Mane”. En una de sus publicaciones, afirman que “conocido por su capacidad para potenciar la función cognitiva y la salud intestinal, este superfood es mucho más que un nombre llamativo; es un verdadero cambio de juego para tu mente. Es como darle a tu cerebro un empujón para que esté en su mejor forma”.
Otro de los productos destacados es el “Reishi”. Según la página, “este alimento ha sido un pilar de la medicina china por sus impresionantes beneficios, como fortalecer el sistema inmunológico y promover un sueño profundo y reparador. Conocido como el ‘hongo de la inmortalidad’, contiene compuestos que han demostrado tener efectos antioxidantes, antiinflamatorios y de modulación del sistema inmunológico. Estos efectos contribuyen a proteger el cuerpo contra enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro”.
Ante algunas críticas de usuarios sobre la comercialización de estos hongos, la página aclaró que “queremos enfatizar que nuestros productos están elaborados con hongos funcionales como Lion’s Mane, Reishi y Cordyceps, que no contienen sustancias psicodélicas. Son completamente legales y están enfocados en mejorar la salud integral de forma natural”.
Falta de estudios y prácticas
En una reciente entrevista con El Comercio, la nutricionista Andrea López abordó las crecientes afirmaciones sobre los beneficios de los hongos como el Lion’s Mane y el Reishi. Según López, aunque hay estudios en laboratorios, estos han sido aislados y no se han replicado en prácticas reales. La experta señala que, a pesar de la investigación reciente que sugiere efectos positivos en el sistema cognitivo, los estudios aún no son lo suficientemente robustos. En Perú, los estudios sobre estos hongos se han limitado a entornos de laboratorio, sin pruebas suficientes en humanos que demuestren que realmente puedan impactar de manera significativa en enfermedades degenerativas.
Respecto a las afirmaciones sobre hongos que prometen fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud intestinal, López criticó la falta de pruebas rigurosas. “Se promocionan estos hongos como capaces de mejorar la salud intestinal y ofrecer propiedades antiinflamatorias, entre otros beneficios. Sin embargo, no hay estudios a largo plazo en pacientes que respalden estas afirmaciones”, dijo. López destacó que, “en lugar de basarse en pruebas científicas sólidas, parece que se están basando más en medicina natural y en creencias”.
López también advirtió sobre los posibles riesgos asociados con el consumo excesivo de estos hongos. “Es posible que el consumo excesivo de estos hongos pueda causar toxicidad. Sin pruebas adecuadas, no sabemos con certeza qué daño podría causar en el organismo”, sostuvo. La nutricionista subrayó que “la falta de estudios suficientes hace que sea difícil evaluar los riesgos potenciales, especialmente en personas sensibles o en grandes cantidades”.
En cuanto a las afirmaciones de que estos hongos pueden proporcionar beneficios significativos para la salud, especialmente en el tratamiento de enfermedades degenerativas, López fue crítica. “En enfermedades como el Alzheimer o enfermedades degenerativas, el objetivo es frenar el deterioro. Sin embargo, no hay estudios que respalden de manera contundente las afirmaciones de que estos hongos pueden ser efectivos en este contexto. Las enfermedades como el Alzheimer son complejas y requieren más que remedios naturales sin un sustento científico sólido”, dijo.
Finalmente, López hizo un llamado a la necesidad de más investigaciones. “Es crucial que se realicen más estudios científicos rigurosos para respaldar las afirmaciones sobre estos productos. Necesitamos evidencia concreta de que estos hongos son beneficiosos para la salud y que no podrían causar efectos adversos, especialmente en personas sensibles”, resaltó. Recomendó que “se lleven a cabo más investigaciones para validar los beneficios que se promocionan”.
Por otro lado, la doctora Claudia Matos del Colegio Médico del Perú comentó a El Comercio que, aunque este hongo es utilizado en la medicina tradicional china, “no existe evidencia suficiente para considerar su uso como un tratamiento médico oficial”. Destacó que, aunque hay estudios sobre los efectos de algunos hongos en la salud, “no hay pruebas que indiquen que podamos utilizarlos como tratamiento o sustituto en la práctica médica actual”.
Matos indicó que “los estudios preliminares sobre estos hongos aún no han completado las fases necesarias para obtener una aprobación formal como medicamentos”. Aseguró que, aunque se han realizado investigaciones en laboratorios, “no proporcionan una evidencia científica sólida para respaldar las afirmaciones sobre sus beneficios médicos”. La doctora admitió que “aún no sabemos con precisión los riesgos asociados”. Subrayó la necesidad de realizar estudios adicionales, ya que “sin evidencia científica adecuada, es difícil determinar los efectos secundarios y posibles riesgos del consumo de estos hongos”.
Finalmente, la doctora Matos enfatizó que “es fundamental informar a la población que, aunque un producto sea natural, eso no garantiza que sea seguro o efectivo”. Advirtió que “si un elemento químico puede tener efectos positivos, también puede tener efectos negativos”, subrayando la importancia de contar con evidencia científica sólida antes de recomendar estos productos para problemas de salud.
El Ministerio de Salud (Minsa) informó a este diario que dichos productos están registrados como alimentos, pero no como medicamentos. El Comercio se contactó con la página GroundEd Superfoods para solicitar descargos, pero hasta el cierre de esta nota no se recibieron.
Perspectiva internacional
La industria de los hongos medicinales ha evolucionado hasta convertirse en un mercado multimillonario. Según Allied, una empresa de investigación de mercados, el valor global del mercado de estos productos estaba estimado en casi 8.000 millones de dólares en el 2020, y se proyecta que alcanzará los 19.300 millones de dólares para el 2030.
A pesar de su creciente popularidad, los expertos advierten sobre la falta de evidencia sólida que respalde las afirmaciones sobre los beneficios de estos hongos. La doctora Emily Leeming, investigadora de nutrición en el King’s College de Londres, comentó a BBC News que “estos hongos son el producto de moda actualmente”. Añadió que “se les promociona como fármacos para tener un super cerebro, para ayudarte potencialmente a acabar con la ansiedad, mejorar tu depresión, entre otros beneficios para la mente que se afirman en las etiquetas de estos productos”.
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Sin embargo, Leeming subrayó que “estas afirmaciones, en este momento, son bastante exageradas. No tenemos ninguna evidencia de esos beneficios en humanos o la evidencia que hay es muy limitada”.
El profesor Nicholas Money, experto en biología micológica de la Universidad de Miami en Ohio, también es escéptico respecto a las afirmaciones sobre los hongos medicinales. Money indicó que “hay una enorme brecha filosófica y científica entre ese tipo de experimentos y llevarlos a los niveles de la medicina occidental para ver si realmente funcionan”. Según Money, “actualmente esa evidencia de que estos productos tienen algún efecto comprobado en la salud y el bienestar humanos no existe”.