Hace 15 años, los semiólogos y lingüistas Eduardo Zapata y Juan Biondi publicaron “La palabra permanente”, un libro que cambió nuestro entendimiento de eso que comúnmente se conoce como oralidad y que, desde cierto academicismo, era asociado a culturas no desarrolladas, y que vivían en contraposición a las sociedades modernas sustentadas en el poder de la escritura. A grandes rasgos, lo que Zapata y Biondi plantearon en aquel libro es que la oralidad no es solo un modo tradicional de expresión o una forma de comunicación, sino es algo más profundo: un horizonte cultural que tiene sus propios códigos, reglas y sentidos, distintos a los de la escribalidad y que se manifiesta a diario en el país. Esto genera una incomprensión de códigos y gran exclusión: una minoría dominante escribal que busca imponer su visión del mundo a una mayoría oral.
El libro apareció en 2006 cuando el país vivía un proceso electoral polarizado —como todos los de este siglo— y levantaba vuelo el fenómeno de las redes sociales que terminarían por imponer la cultura oral sobre la escribal. Porque el otro gran aporte del libro fue constatar que la oralidad y la electronalidad (nacida de lo digital) comparten los mismos códigos.
Ahora, la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Facultad de Ciencias Sociales de San Marcos celebran los tres lustros del libro con un conversatorio en el que participarán el sociólogo Jaime Ríos Burga, presidente de ALAS y profesor sanmarquino, el sociólogo Guillermo Nugent, la periodista Sonaly Tuesta, el sociólogo Moisés Rojas, además de Eduardo Zapata y Juan Biondi.
Consumo y estilo de vida
“No soy lingüista ni semiólogo ni comunicador, sino un sociólogo que, al igual que muchos de mi generación y la gran mayoría del país, vive más en la oralidad y la electronalidad que en la escribalidad, pues esta siempre ha sido más de las élites”, dice el profesor Jaime Ríos Burga. En su opinión, la vigencia del libro se debe a que “expresa toda la complejidad y cotidianidad de nuestra vida social en diversas lenguas, en un Perú diverso y único y en un tiempo intracivilizatorio y de transición global”. “No olvidemos —añade— que en nuestro territorio ha existido una civilización predominantemente oral, milenaria, mítica, que perdura en el tiempo, y que con la modernidad-colonialidad transitó hacia la escribalidad. Sin embargo, hoy marchamos hacia una nueva cultura de vida y consumo de oralidades y escribalidades electronales múltiples y, precisamente, el libro de Eduardo Zapata y Juan Biondi capta los códigos de esas transiciones, permanencias y cambios”.
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Para el sociólogo los vínculos entre oralidad y electronalidad han subordinado la escribalidad y se manifiestan en los nuevos códigos de consumo corporativos, nacionales y populares. “Los oradores de la calle se han convertido en los oradores de los shows en la televisión. Los poetas de la calle que ocupaban la plaza San Martin se ocupan hoy en hacer campañas políticas orales, navegando por todas las redes sociales, creando nuevos movimientos culturales y políticos, unidos a los profetas de las religiones de salvación, verdaderos vendedores y salvadores de almas”, afirma.
Es así que “La palabra permanente” se ha convertido en lectura obligatoria en las aulas sanmarquinas. Esto “porque más allá de la herencia occidental —reflexiona Ríos—tenemos un gen civilizatorio andino milenario que la cultura electronal —a diferencia de la cultura escribal— comprende mejor, alejada de todo racionalismo y racismo”. Y también porque ahora las ciencias sociales están preocupadas por las subjetividades de los individuos y ahí la oralidad se impone. “La oralidad en un mundo de creciente soledad llama a la vida”, dice el investigador. “Y si bien el metaverso de Mark Zuckerberg creará virtualmente un nuevo mundo ideal de vida en el consumo individualizado, la oralidad del ser y saber le dará sentido democrático real a la vida electronal. Un nuevo imaginario civilizatorio universal que une lo que la modernidad y colonialidad separó: lo verdadero con lo bueno y lo bello”.
Oralidad del futuro
El lingüista Eduardo Zapata cuenta que lo sorprendió gratamente la invitación para la celebración del libro, pues no sabía del interés que existía en San Marcos por la publicación. “Fue un libro en el que explicitamos lo que significa para nosotros hablar de los sistemas culturales de la oralidad, la escribalidad y la electronalidad que implican gnosis diferentes, maneras diferentes de entender el mundo”, comenta. Para el autor la oralidad está “vigente y viviente en nuestro país”. No es una cosa del pasado, sino del presente y del futuro. “Cuando empezamos el estudio para el libro —recuerda— muchos decían que éramos un pueblo con fuerte tradición oral, como si eso fuese solo cosa del pasado, cuando en realidad es un presente absoluto, somos una sociedad vertebrada por la oralidad, que hoy ha encontrado un aliado perfecto en la electronalidad. Eso, ciertamente, tiene su lado bueno y su lado malo. Lo bueno es la gran oportunidad que se le presenta al Perú para explotar su diversidad, para agregarle valor a eso que estaba ahí y ponerlo ante el mundo, a través de lo electronal. Eso representa para el Perú una posibilidad de desarrollo enorme y muy rápido”.
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Zapata pone como ejemplos a China e India, dos sociedades profundamente orales que han dado un salto enorme a partir del auge de la electronalidad. Sin embargo, lo electronal conlleva también una pérdida de profundidad. “Eso está sucediendo no solo en el Perú sino en el mundo y merece una discusión aparte —dice el lingüista—, pues debido a la electronalidad las lecturas son más horizontales que verticales, más superficiales que profundas. Eso trae el problema de ausencia de referentes en muchos jóvenes electronales, pero también en algunos viejos escríbales. Claro, los chicos reciben mucha información, pero al carecer de referentes culturales fijos, les impide procesar, vincular, sistematizar esa información y viven en una yuxtaposición permanente, pasan de un tema a otro sin una matriz”.
Otra de las advertencias de Zapata es hacer una distinción entre escribal y escritural. El primero cree que la cultura del libro lo es todo y no hay otra verdad, el segundo ha nacido en la cultura del libro, tiene la gnosis de la cultura del libro, pero cree que el conocimiento no se acaba en el libro, sino que aprecia “lo viviente y positivo” de la oralidad y la electronalidad.
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Organizado por la Asociación Latinoamericana de Sociología, la Facultad de Ciencias Sociales de San Marcos, el Fondo Editorial del Congreso, el conversatorio “Celebramos 15 años de La palabra permanente” se llevará a cabo el próximo 18 de novimbre, a las 6:00 p.m., y será transmitido vía Zoom. Acceso: ID reunión: 83067870422, código de acceso 268557
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