FRANCISCO MELGAR WONG
A finales de los años sesenta bandas inglesas como The Pretty Things, The Yardbirds y Led Zeppelin desarrollaron un peculiar estilo de rock basado en el cancionero del blues estadounidense, aunque alimentado por un alegre consumo de LSD y una sensual agresividad tomada de la música soul del momento.
El estilo se mantuvo vigente por un tiempo, pero a mediados de los años 70 empezó a mostrar un creciente desgaste. Se buscaron alternativas, como alargar las canciones y complejizar los arreglos instrumentales con mayor virtuosismo. Pero nada funcionó realmente. El punk se encargó de terminar de enterrar a Zeppelin y todo aquel que escuchaba el blues pesado y sicodélico que se venía cultivando desde hace una década era tildado de reaccionario.
Curiosamente, dos exitosas bandas de rock contemporáneo se han consolidado bebiendo de las mismas raíces que inspiraron los Yardbirds y Zeppelin en el pasado. Se trata de los estadounidenses Black Keys y los ingleses Arctic Monkeys. Estos últimos, gracias a su disco más reciente (“AM”), se llevaron anoche el galardón a mejor disco británico en la edición más reciente de los Brit Awards.
En “AM” los Arctic Monkeys vuelven sus oídos al blues, el soul y a la sicodelia, pero no para hacer música derivativa de los discos del pasado, sino para revitalizarla con sonidos actuales. La sección rítmica, por ejemplo, se halla en primer plano, pero en lugar de los ritmos arrebatados que caracterizaron, por ejemplo, a Zeppelin, la batería permanece en un sólido tiempo de 4/4, que le permite tanto rockear como mostrar su efectividad en las pistas de baile.
La voz es el elemento más cercano al soul en la música de los Arctic Monkeys, con falsetes cercanos a ciertas grabaciones desarrolladas en la versión sureña y de finales de los años sesenta de este género musical. El sello inglés se halla en los intermitentes graznidos altaneros del cantante de la banda, Alex Turner, que por momentos trae a la memoria a vocalistas británicos de blue eyed soul como Richard Ashcroft, por ejemplo.
El disco, en general, mantiene una alta calidad en todas sus canciones y consideramos que el galardón que se llevaron ayer no sólo representa un logro de la banda, sino la vigencia de una forma muy inglesa de beber de la música americana, que, como vemos, no parece próxima a desaparecer.