No existen registros fotográficos de la vida de Ana Frank en el campo de concentración. Por ello, la actriz se reinventa para imaginar sus días más difíciles. (Foto: Hugo Pérez)
No existen registros fotográficos de la vida de Ana Frank en el campo de concentración. Por ello, la actriz se reinventa para imaginar sus días más difíciles. (Foto: Hugo Pérez)
Enrique Planas

Siempre recordamos a Ana Frank como la niña judía linda y sonriente, de espíritu rebelde y palabra esperanzadora. Sin embargo, olvidamos que la muchacha de 15 años que escribió la última página de su diario íntimo pocos días antes de ser descubierta por la Gestapo en su refugio al fondo de una fábrica de Ámsterdam, terminó sus días enferma de tifus en los campos de concentración de Auschwitz y Bergen-Belsen. En “El diario de Ana Frank”, la obra de teatro escrita por Francis Goodrich y Albert Hackett en 1955, Patricia Barreto encarna a la niña que sueña con ser escritora pero también a la muchacha que, aún en las peores circunstancias, mantiene la esperanza y su capacidad de perdonar.

La actriz estuvo allí. Viajó a Ámsterdam para recorrer la vieja fábrica convertida hoy en un museo. Apreció el librero que, tras correrse, escondía una amplia habitación en la que durante dos años y medio vivieron Ana y su hermana Margot, sus padres Otto y Edith, los tres miembros de la familia Van Pels y el dentista Albert Dussel. Intentó sentir su miedo, el no poder dormir imaginando en cada ruido la pisada del agente nazi que venía por ellos.

Acompañamos a Patricia Barreto en su primera caracterización del personaje para la sesión de fotos del afiche de la obra que en abril estrenará el Teatro Mario Vargas Llosa. Una cubierta de látex es paso previo a la peluca que simula una cabeza rapada. Luego vendrá el maquillaje. Como fue en el caso de Edith Piaf, ella busca que la transformación sea completa.

La actriz tiene un método personal para enriquecer la construcción de los personajes a los que se entrega: viajar. Barreto no se queda en la búsqueda en Google para encontrar información: necesita el contacto físico, el descubrimiento directo de las fuentes. Lo suyo es una obsesión por seguir los pasos de un personaje mítico que, al fin y al cabo, siente que es parte de ella. “Es algo que me apasiona hacer y que me da mucha diversión. Hace que me reenamore de la actuación. Con el director Joaquín Vargas le damos tiempo al proceso de la obra. Ello permite una licencia para viajar, estudiar, analizar. Normalmente, cuando me convocan para una obra, tenemos dos meses de ensayo previo y el personaje lo resuelves como puedes. Para nosotros, trabajar juntos es beneficioso. Así se forman las compañías de teatro”, afirma.

— Ser como Ana—
Tras leer “El diario de Ana Frank”, Barreto descubrió muchas coincidencias con el personaje que interpreta. Al inicio, le pareció increíble que un libro tan complejo haya sido escrito por una adolescente. Pero tras sumergirse en la época en que ella vivió (el de Ana fue un caso entre miles de judíos escondidos en casas de holandeses), leyendo solo los libros de su padre, entendió el acelerado y doloroso proceso de madurez que transformó la vida de la joven nacida en Fráncfort de Meno, Alemania, en 1929.

Para Joaquín Vargas, se trata de un libro escrito por una joven cuya mentalidad se encuentra muy lejos de las inquietudes de los adolescentes actuales, fascinados por los videojuegos. “Ana era una niña que tenía pasión por el conocimiento. Era despierta y curiosa. Si sus diarios han sido manipulados o no, es algo que nunca vamos a saber. Sin embargo, lo rescatable es lo que dice. Además de pieza literaria, tenemos que tomar el libro como la obra de un personaje real”, explica.

Como señala el director, en esta versión local de la obra de Goodrich y Hackett se intentará profundizar en los mecanismos del nacional socialismo no solo como partido político, sino como una moral cruel que justificó los crímenes más terribles. “Además de la historia de una niña, 'El diario de Ana Frank' es una historia sobre la tolerancia. Ana es una famosa excusa para entender lo que puede suceder con el alma humana”, añade.

Más información
Lugar: Teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional (Av. De La Poesía, San Borja). Estreno: 12 de abril. Temporada: de jueves a domingo, 8 p.m. Funciones para escolares: lunes y martes, 10 a.m. Elenco: Patricia Barreto, Magaly Bolívar, Lilian Nieto, Ricardo Goldenberg, Laura Adrianzén, Martín Velásquez, Gonzalo Tuesta y David Carillo.

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