Coronavirus. Por orden del gobierno, los peruanos deben estar en situación de aislamiento por 15 días. (Foto: Óscar Paz / El Comercio)
Coronavirus. Por orden del gobierno, los peruanos deben estar en situación de aislamiento por 15 días. (Foto: Óscar Paz / El Comercio)
Daniel Goya

¿Cuales pueden ser las consecuencias psicológicas del aislamiento social?

Una primera reacción de las personas puede implicar confusión, en algunos casos cólera, impotencia, incertidumbre. Estas emociones puede llevar a la persona a sentir una ansiedad relacionada con el y esto tendría directa relación con la información que recibimos a través de los medios de comunicación.

¿Históricamente que otros casos similares al nuestro se han registrado?

Hay estudios que se realizaron sobre las poblaciones que fueron expuestas a virus como el SARS y el ébola y justamente los hallazgos tienen que ver con la ansiedad que puede formarse tras pasar por la cólera, la impotencia y la incertidumbre.

¿De acuerdo a esos estudios cuáles son las personas que pueden ser mas vulnerables durante el aislamiento sociales?

Aquellas personas que sufren de depresión y de ansiedad o cualquier otro trastorno mental. Para esas personas es importante diseñar rutinas. Muchos están trabajando desde sus casas porque la naturaleza de su trabajo y la tecnología se los permite. Para ellos es importante que planteen su día y sus actividades lo más parecido a cuando van a su centro de trabajo.

¿Qué deberían hacer las personas en sus casas para alejarse de las emociones negativas que mencionó?

Se deben realizar ejercicios, la actividad física es importante. Estamos restringidos, no podemos hacerlo en la calle, así que hay que hacerlo dentro de la casa. Incluso bailar es una excelente idea.

Las personalidades, desde las más introvertidas hasta las más extrovertidas, cómo deberían enfrentar el aislamiento social?

Bueno, la persona introvertida está más acostumbrada a estar consigo mismo. Para ella es una gran posibilidad de conocerse más, pensar y analiza No tendrían que padecer mucho durante este tiempo. En cambio, las personas más extrovertidas, o mejor dicho, aquellas que no suelen tomarse tiempo para estar solos, para meditar o hacer una inspección interna en sí mismas deben tener cuidado porque podrían surgirles emociones negativas y eso hay que verlo con calma. Este tipo de personas debería enfocarse hacer cosas, siempre hay lago que arreglar en la casa, que limpiar o que ordenar. Esto con el fin de no estar pensando en que estoy encerrado y no puedo salir.

Hay personas a las que no les gusta estar en su casa ¿por qué?

Hace muchos años leí, cuando empezaba el desarrollo tecnológico que tenemos hoy, que en el futuro no iba a ser necesario trasladarse, movilizarse, para ir a trabajar. Que todo se iba poder hacer desde casa. Pero luego, los descubrimientos, tras la implementación de ese tipo de trabajo remoto, señalaron que las personas no iban a sus centros de trabajo solo porque fuera necesario, sino porque necesitaban el contacto humano. La interacción humana es importante porque sirve como amortiguador ante muchos problemas y situaciones del día a día que todos debemos enfrentar. En ese sentido el aislamiento social tiene un costo para cada uno de nosotros y que debemos asumir, sobre todo cuando se trata de un objetivo como disminuir el índice de contagios de una pandemia.

En apariencias, atravesar por estos momentos debería cohesionarnos como comunidad, pero hemos visto por la televisión personas comprando productos sin importarle desabastecimiento ¿Cómo se explica esto?

Estas situaciones de pandemia deben llevar un sentido de comunidad. Decir “si yo me cuido, cuido al otro y si el otro se cuida también me cuida a mi”. Pero hemos visto cómo en la mañana del lunes habían personas que todavía no habían entendido lo que significaba la medida la medida del gobierno de quedarse en casa. Incluso hubo empresas que han obligado a sus trabajadores a que vayan a trabajar. La verdad es que no estamos acostumbrados a pensar en el otro y lo pudimos ver en las compras en los supermercados.

¿Somos menos solidarios de lo que creemos cuando percibimos la amenaza más cercana?

Hay que tomar este tema con pinzas, porque lo que sucedió en los supermercados de aquí, también sucedió en los supermercados de Australia, Estados Unidos, España e Italia. Quiero decir, no es algo propio peruano, sino una situación propia de una pandemia. Si nos ponemos a pensar, hace unos años ante las consecuencias de El niño costero, los peruanos dimos una respuesta solidaria. Pero tal vez lo que nos pasa es que no reaccionamos de manera inmediata sino después de asegurarnos de que nosotros estamos bien. Y tiene que ver con la percepción de amenaza, cuando es físico y visible es más fácil de actuar, pero cuando es invisible, como un virus es más difícil poder actuar.

La convivencia por tantos días y por tantas horas seguidas pondrá a prueba a muchos muchos hogares.

La convivencia tiene una doble cara. Una cosa es que convivas con alguien a quien solo ves en el desayuno y la cena y otra es que estés las 24 horas con esa persona o esas personas. Este aislamiento sociales será, en ese sentido, un ejercicio de tolerancia y paciencia en muchos casos. Estar en familia tiene sus pros y sus contras.

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