
La novela web original “Surviving as Yeonsangun’s Chef de Park Guk-jae” (adaptada como “Bon Appétit, Majestad” en Netflix), no opta por un final completamente feliz ni uno enteramente trágico, sino por un cierre que mezcla sacrificio, redención y reencuentro. En sus últimos capítulos, el destino de la chef Yeon Ji-young y el rey Yi Heon (o su equivalente novelesco) se entrelaza con la magia del libro Mangunrok, que sirve como puente entre tiempo, amor y destino.
¿CÓMO TERMINA LA NOVELA QUE DA VIDA A “BON APPÉTIT, MAJESTAD”?
Según el desenlace de la novela, durante la rebelión final, Yi Heon se sacrifica para proteger a Ji-young. Herido mortalmente por una espada destinada a ella, paga con su vida esa protección, un acto que activa el poder del Mangunrok para reescribir el curso del destino.

Pero su sacrificio no es el final absoluto. En una vuelta de tuerca emocional, la novela transporta el alma de Yi Heon al mundo moderno. En paralelo, Ji-young muere en el pasado, pero es despertada en el presente, en un hospital.
El efecto del sacrificio y el poder del Mangunrok crean un loop temporal afectivo. Ji-young despierta en el mundo actual con los recuerdos del pasado, sintiendo el vacío de haber perdido a su amado rey. Mientras tanto, Yi Heon renace al otro lado del tiempo, libre del peso de su identidad histórica y con una nueva oportunidad. Eventualmente, él reaparece en su puerta, vivo, sin las ataduras que lo definían en Joseon, y así ambos se reúnen.
Este final juega con la tensión entre historia y mitología: en la novela, no se descuida que los eventos históricos (como que Yeonsan quedan registrados como tirano) sigan existiendo como memoria colectiva, pero la humanidad detrás del rey separa al personaje del mito. El relato celebra que el amor pueda trascender lo irremediable sin negar la tragedia original.

PARA EL LECTOR, ESE CIERRE ES AGRIDULCE
Hay muerte, pérdida, pero también una esperanza luminosa. Ji-young y Yi Heon no terminan juntos en Joseon, pero se reencuentran en el presente, con la posibilidad de construir algo nuevo fuera de las cadenas del pasado. Ese reencuentro sirve como epílogo simbólico y emocional, cerrando el lazo del viaje temporal.
Vale señalar que la serie televisiva ya adapta algunas libertades. Por ejemplo, cambia el nombre del rey de Yeonsangun a Yi Heon para distanciarse un poco del personaje histórico real. También introduce el “paradoja bootstrap” con el Mangunrok, donde el libro no permanece como objeto externo sino que se funda en el presente porque Yi Heon mismo empieza a escribirlo.
La novela termina con un sacrificio dramático, la muerte de ambos en el pasado, pero a través del poder místico del libro y el lazo emocional entre ellos, el rey renace en el mundo moderno, Ji-young despierta de su coma, y el destino les concede un reencuentro fuera del tiempo. Es un final que reconoce la tragedia, pero no renuncia a la esperanza.
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