
Para Mae Martin, llevar a la pantalla “Incontrolables” (“Wayward” en inglés), su nueva serie en Netflix, fue el resultado de años de trabajo y obsesión creativa. Pero como suele ocurrir en el rodaje de un thriller cargado de acción y tensión, no todo salió a la primera. De hecho, uno de los recuerdos más curiosos y reveladores del proceso tiene que ver con un simple gesto: sacar un arma de un estuche.
LA ESCENA QUE LE COSTÓ BASTANTE A MAE MARTIN
Lo que parecía una acción rutinaria para cualquier personaje policial terminó siendo un desafío inesperado para Martin. En una entrevista en Us Weekly, el actor confesó que necesitó 17 intentos para completar esa toma de manera correcta.
La razón, según él mismo admite con humor, es bastante sencilla: no se considera una persona coordinada. Y en el universo implacable de los sets de rodaje, esa falta de destreza se tradujo en una escena que se repitió una y otra vez.

Este detalle humano, que podría parecer insignificante, revela mucho sobre la experiencia de Mae al crear y protagonizar “Incontrolables”. La serie, que sigue a un policía de un pequeño pueblo enfrentado al misterio de una escuela local y su enigmático fundador, exigía momentos intensos, cargados de tensión física y emocional. Que un gesto tan básico se convirtiera en obstáculo muestra que incluso los creadores más talentosos pueden tropezar con lo inesperado.
Aun así, la anécdota de las 17 tomas no empaña el orgullo que Martin siente por el proyecto. Al contrario, refuerza la autenticidad del viaje creativo detrás de “Incontrolables”. “Es surrealista para mí que la gente finalmente vaya a verla”, declaró, recordando el tiempo que pasó imaginando y escribiendo la historia antes de llevarla a la pantalla. El esfuerzo valió la pena: hoy la miniserie ya está disponible en streaming.

PARTE DE ESA DIFICULTAD EN EL RODAJE TAMBIÉN SE DEBÍA AL TONO VISCERAL DE LA PRODUCCIÓN
Martin cuenta que a menudo estaba cubierto de barro, agua o sangre falsa durante las jornadas de grabación. El realismo de estas escenas, sumado a su inexperiencia en secuencias de acción física, hacía que cada pequeño detalle requiriera paciencia y repetición. Lo que para otros actores podría ser natural, para Martin fue un aprendizaje en plena filmación.
Más allá de los tropiezos, “Incontrolables” representa una consolidación artística. Martin no solo protagoniza, sino que también escribe y produce la serie, aportando una visión personal a cada detalle. Ese control creativo explica por qué se toma con humor los errores en el set: son parte del precio de dar vida a una obra tan personal. En sus propias palabras, fue “una locura y una experiencia emocionante”.
Quizá la anécdota de las 17 tomas se convierta en una metáfora del propio camino de Mae Martin: persistencia, repetición y finalmente éxito. Así como logró sacar el arma del estuche en la toma correcta, también logró transformar una idea que rondaba en su cabeza durante años en una serie que hoy conquista a los espectadores de Netflix. En ambos casos, la clave fue la misma: no rendirse ante la primera caída.
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