
Lo que comenzó como un momento viral en un concierto de Coldplay podría terminar en los tribunales. Andy Byron, ex CEO de Astronomer, estaría considerando demandar a Chris Martin luego de que una escena captada por la “kiss cam” lo expusiera junto a su colega y directora de Recursos Humanos, Kristin Cabot, en un aparente momento romántico.
La polémica se desató durante un show de la banda en Boston, cuando las cámaras del jumbotron enfocaron a Byron abrazando a Cabot. El vocalista, Chris Martin, comentó: “Oh, miren a estos dos”, mientras Cabot intentaba cubrirse el rostro y Byron se escondía rápidamente. Luego, Martin añadió una frase que encendió aún más las sospechas: “O están teniendo una aventura… o son muy tímidos”.
Ese instante viral tuvo consecuencias inmediatas. La esposa de Byron, Megan Kerrigan Byron, eliminó su apellido de casada en Facebook y posteriormente cerró su cuenta. La escena no solo desató especulaciones sobre una posible infidelidad, sino también un torbellino de consecuencias personales y profesionales para el ejecutivo caído en desgracia.

Ahora, según abogados citados por Radar Online, Byron evalúa si tiene fundamentos legales para demandar a Martin por difamación o incluso por interferencia intencional en oportunidades económicas futuras. La abogada Elizabeth Rozin-Golinder explicó que Byron podría argumentar que el escándalo dañó gravemente su reputación y sus posibilidades laborales.
“Si las acusaciones son falsas y se difundieron de forma que perjudicaron la reputación de Byron, podría haber una base legal para una demanda por difamación”, detalló Rozin-Golinder.
Sin embargo, también advirtió que el caso sería difícil de sostener en tribunales. Para que prospere una demanda, Byron tendría que probar que Martin actuó con “malicia real”, algo que parece poco probable considerando que el comentario se dio en tiempo real y en tono de broma.
Además, el hecho de que Byron asistiera voluntariamente a un evento público con Cabot, mostrando afecto frente a miles de asistentes, complica su argumento.
“En términos legales, eso hace difícil sostener que tenía una expectativa razonable de privacidad. La ley no te protege de las consecuencias de tu propia estupidez”, afirmó Rozin-Golinder con contundencia.

Incluso si se desestimara la acusación de difamación, Byron podría intentar otro camino legal: el de la “interferencia dolosa con oportunidades económicas”, en caso de que pueda demostrar que perdió contratos o relaciones profesionales a raíz del escándalo. Pero ese también es un terreno resbaladizo, dado que el momento fue captado espontáneamente y no como parte de una campaña organizada.
Por ahora, Chris Martin no ha emitido comentarios al respecto, y Coldplay continúa su gira mundial sin mayores sobresaltos. Pero lo cierto es que, si Byron decide proceder legalmente, este incómodo momento en la “kiss cam” podría continuar bajo los reflectores.
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