
Gaspar Soler tiene 74 años y ha pasado casi tres décadas de su vida en Estados Unidos, específicamente en el sur de la Florida. Para ser más exactos, llegó hace 27 años desde Honduras, y desde entonces ha vivido bajo la protección del Estatus de Protección Temporal (TPS), un beneficio migratorio que ahora llega a su fin para miles de personas como él.
La noticia le cayó como un balde de agua fría: tiene hasta el 8 de septiembre para abandonar el país, o de lo contrario podría ser detenido por ICE y deportado. “Mi plan era continuar aquí hasta morirme, pero… realmente no sé qué hacer. Tendré que irme para mi país, porque es la única alternativa que tengo”, confiesa.
El TPS para ciudadanos hondureños fue cancelado bajo la administración del presidente Donald Trump. Aunque el programa sigue vigente por unos meses más, la decisión de no renovarlo significa que quienes aún lo tienen estarán en situación irregular a partir de septiembre del próximo año.

Trabajó y pagó impuestos
Gaspar cuenta que durante su tiempo en Estados Unidos ha vivido con rectitud. Trabajó, pagó impuestos y no tuvo problemas con la ley. “Aquí ganaba $1,500 semanales, le daban $500 al tío Sam y me dejaban $1,000 semanal”, relata. Su voz no denota arrepentimiento, pero sí una mezcla de tristeza e impotencia.
A su edad, lo que más le preocupa es su salud. Requiere atención médica diaria y tratamientos que, teme, no podrá recibir en su país natal. “Me preocupa mucho porque los seguros de Honduras…”, dijo antes de guardar silencio. Luego añadió con amargura: “Los hospitales son unos elefantes blancos”.

Gaspar no es el único
La situación de Gaspar Soler no es aislada. Miles de inmigrantes de Honduras, Nicaragua y Venezuela enfrentan el mismo escenario. A menos que una corte federal intervenga antes del 8 de septiembre de 2025, todos deberán dejar el país, abandonando familias, empleos y años de vida construida en Estados Unidos.
En el caso de Nicaragua y Venezuela, el TPS también expirará el 10 de septiembre de 2025. Para Haití y El Salvador, el beneficio continuará hasta el 3 de febrero y 9 de septiembre de 2026, respectivamente.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) justificó la decisión alegando que “las condiciones en estos países han mejorado”, aunque muchos beneficiarios del programa consideran lo contrario. Para ellos, regresar no es una opción sencilla ni segura.
Mientras tanto, Gaspar cuenta los días con incertidumbre, temiendo un futuro que nunca imaginó enfrentar después de haber hecho de Florida su hogar por casi tres décadas.

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