La idea de que un asteroide gigante impacte la Tierra con consecuencias letales para la humanidad ha alimentado a la ciencia ficción durante décadas. Pero también ha planteado la necesidad para las agencias espaciales de buscar formas sobre cómo proteger al planeta en caso de que una roca espacial se acerque a nuestro mundo con un desenlace catastrófico.
De hecho, la NASA ha creado la Oficina de Defensa Planetaria para ese fin y en 2022 realizó la primera misión con el objetivo de desviar un asteroide: DART.
Pero, ¿qué tal probable es que un asteroide impacte con la Tierra con consecuencias apocalípticas?
En una reciente investigación, los astrónomos tienen buenas noticias y es que los asteroides potencialmente peligrosos para el planeta no son tantos como originalmente se creía.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Maryland, utilizando el telescopio Zwicky Transient Facility (ZTF) para inspeccionar grandes espacios del cielo, estudiaron una corriente de desechos espaciales que se sabe que se desplaza cerca de la Tierra, llamada enjambre Táuridas.
¿Qué son las Táuridas?
Se cree que son vestigios de un gran cometa llamado Encke. Las Táuridas pueden ser vistas desde la Tierra como lluvia de meteoros entre octubre y noviembre. Además de ofrecer un espectáculo como las lluvia de estrellas, la región ha intrigado a los astrónomos debido a su potencial como escondite para peligrosos asteroides.
Durante la Reunión anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos, celebrada el 7 de octubre, los investigadores dieron este mensaje tranquilizador respecto a estos asteroides.
“Nuestros resultados sugieren que el riesgo de ser golpeados por un gran asteroide del enjambre Táuridas es menor a lo que se creía, lo que son grandes noticias para la defensa planetaria”, indicó Quanzhi ye, quien supervisó el proyecto.
Antes de esta investigación, se especulaba que las Táuridas escondían a una gran cantidad de rocas de gigantes dimensiones, que podrían llegar hasta los 100 kilómetros (62 millas). Este tipo de objetos podrían provocar un gran daño en la Tierra. Tal es el caso del asteroide Chelyabinsk que golpeó Rusia y causó más de 1600 heridos en 2013.
Objetos más grandes podían causar daños catastróficos, como el asteroide que llevó a la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años.
“Afortunadamente, descubrimos que es probable que solo haya un puñado de asteroides, quizás solo entre nueve y catorce, que encajen en esta gran clase de tamaño en el enjambre”, explicó Ye. “A juzgar por nuestros hallazgos, el objeto original que creó originalmente el enjambre probablemente tenía un diámetro cercano a los 10 kilómetros en lugar de un objeto masivo de 100 kilómetros. Si bien aún debemos estar atentos a los impactos de asteroides, probablemente podamos dormir mejor conociendo estos resultados”, agregó el científico.