
Siempre van a estar presentes en una fiesta infantil, en la escuela, cuando se visita a los familiares o se sale a pasear y está en los padres encontrar las herramientas correctas para que los disfruten sanamente. Los dulces son un clásico del décimo mes del año, sobre todo cuando se celebra Halloween y los más pequeños se disfrazan con entusiasmo para llenar sus calabazas de caramelos, chocolates o chupetines. Frente a este escenario en el que el menor regresa a casa con una gran cantidad de golosinas, lo menos recomendable es prohibirles el consumo, sino encontrar las herramientas correctas para equilibrar esa dosis de azúcar con una correcta alimentación. Aquí te comparto las claves que puedes seguir de la mano de una nutricionista para no correr riesgos frente al sobrepeso, ya que en la noche del 31 de octubre se pueden ingerir de 4,000 y 7,000 calorías.
“El alto consumo de dulces de forma continua agrava esta problemática, incrementando el riesgo de enfermedades crónicas en la adultez (...) No se trata de prohibir, sino de aprender a equilibrar. Comer con conciencia permite mantener una buena relación con los alimentos y cuidar la salud sin dejar de gozar de las festividades”, explica la nutricionista Linda Flores.
Y es que un exceso de dulces el mismo 31 de octubre o los días posteriores puede traer malestar estomacal, problemas dentales por el azúcar que ocasiona caries, placas y otros problemas de encías, hasta dificultad para dormir por el pico de energía que representa.

Cómo consumir dulces en Halloween sin preocupaciones
- Vigilar las porciones y frecuencia: es crucial controlar la cantidad de golosinas que los niños consumen y la frecuencia. Un trozo pequeño y ocasional es preferible a grandes cantidades diarias, que puede afectar su equilibrio calórico y salud dental.
- Evitar bebidas azucaradas: al acompañar los postres, optar siempre por agua, leche o infusiones sin edulcorantes en lugar de gaseosas o jugos procesados. Esto reduce la carga calórica total y ayuda a balancear la ingesta de azúcar.
- Equilibrar la alimentación del día: si se sabe que los niños comerán dulces, asegurarse de que el resto de sus comidas sean nutritivas, ricas en frutas, verduras y proteínas magras. Enseñarles la importancia de una nutrición balanceada es clave para su desarrollo.
- Optar por opciones caseras: preparar postres caseros en lugar de brindar alimentos procesados. Esto permite controlar los ingredientes, especialmente la cantidad de azúcar y aditivos.
- Gestionar el consumo post-halloween: la noche de la festividad, los niños suelen recibir una gran cantidad de dulces, es importante evitar que los consuman todos de golpe, se puede negociar con ellos para distribuirlos moderadamente a lo largo del mes, enseñándoles a balancear e integrar opciones más nutritivas.

“Fomentar hábitos saludables como la actividad física y una buena nutrición, permite brindar equilibrio para disfrutar sin preocupaciones y asegurar el bienestar de los más pequeños”, agregó la nutricionista de Sanitas Consultorios Médicos.
¿Qué alternativas más saludables pueden incorporarse en Halloween sin quitar la diversión?
Hay dulces o golosinas que son altos en azúcar refinada, colorantes y aditivos artificiales. Estos ingredientes generan picos de glucosa, irritación gástrica, hiperactividad, alergias y caries. Por otro lado, en infantes más pequeños las golosinas solidas como caramelos pueden causar atragantamiento o asfixia. Ante este escenario es importante conocer que la recomendación diaria de azúcar para niños es de 15 a 20 g, equivalente a 3 a 5 cucharaditas de azúcar. Unos 4 o 5 caramelos, una barra de chocolate o un paquete de galletas ya excede lo recomendado.
Si te preguntas cómo pasarla bien en Halloween sin sacrificar la diversión de llenar la calabaza, Maritza Del Castillo, nutricionista del Centro Médico La Positiva, aconseja recurrir a snacks caseros como galletas pequeñas de avena, bolitas de dátil con coco, canchita pop corn, o también, frutas decoradas como mandarinas con caritas, plátano en forma de fantasma, pera con forma de zombi, etc.
“Es importante dar como mensaje al niño que el consumo de dulces fue solo por una celebración. La dieta al día siguiente debe continuar de manera habitual o ser saludable, incluir fibra que proviene de frutas, verduras y cereales integrales, y adecuada hidratación (sin bebidas azucaradas). Se recomienda a los padres que los dulces restantes se ofrezcan en pequeñas porciones en días posteriores para enviar el consumo excesivo”, aconsejó.
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